La incomodidad nos rodeaba mientras caminábamos entre la decena de obreros que trababan arduamente en cada pieza de metal que formaban las vías del tren. El jefe de ferrocarriles estaba sumamente contento con la ampliación y parecía incluso adorar a Abraham como un Dios por la ayuda que le estaba dando al pueblo, sentimientos encontrados se arremolinaban en mi cabeza cada vez que algo así pasaba ¿Cómo alguien con tal astucia para hacer crecer al mundo, podía tener una mente tan retorcida? Y sin duda, creer que era un tonto manipulado por las garras de mi madre era aún más complicado...
Mi hermano caminaba tranquilamente frente a nosotros, ocupado en su conversación con aquel par de hombres que se encargaban de la construcción, cosa que nos dio algo de margen para respirar con tranquilidad en la retaguardia. Aiden caminaba frente a mí, atento a cada minúsculo movimiento de los obreros y maravillado con los mecanismos que tenían allí, en otra época sin duda me hubiese acercado a él, quizás ideando alguna travesura para escapar de Abraham y que él pudiese explorar el lugar... Pero sabía que las cosas entre nosotros eran complicadas. Los hermanos de Naomi parecían mucho más serios, cuchicheando entre ellos cosas que no alcanzaba a escuchar. Irónicamente Thomas era mi única compañía.
Me preguntaba como estaría siendo el día de las mujeres, el que mi madre propusiese una reunión entre todas era claramente una treta disfrazada de amabilidad, esperaba que al menos Teresa pudiese proteger a Dalia de cualquier problema. Naomi volvió a mi mente como un relámpago capaz de obnubilar cualquier otro pensamiento, me preocupaba... Mil preguntas rondaban mi mente y no hallaba una respuesta, me aterraba pensar en que me odiase aún más, en que le hubiese hecho daño e incluso que ella misma se estuviese torturando por lo sucedido.
Tenía que hablar con ella.
— Jovencitos, que alegría verles por aquí. — Saludó de pronto un hombre de enorme bigote blanco y sonrisa amable.
— Un gusto volver a verlo, señor Williams. — Respondió Jacob al instante. Recordaba haber visto al hombre en la fiesta de año nuevo; sin embargo, su actitud me resultó curiosa, pues sin dudarlo se unió al grupo saludando alegremente a aquel par.
— ¿Han dejado a su hermana en casa? ¿O tendré la dicha de verla hoy?
Los chicos sonrieron forzosamente, pero antes de que pudiesen decir una sola palabra, Abraham se detuvo y caminó rápidamente hacia nosotros, interrumpiendo la conversación.
— Señor Williams, discúlpeme por no fijarme en su presencia antes. — Se interpuso causando que más de uno girase los ojos disimuladamente.
Pero nada se podía hacer en esos casos, Abraham era un imán social, naturalmente el hombre no dudo en adelantarse junto a él enfrascándose en una conversación tan entretenida como un juego de golf.
— Ni se te ocurra.
Escuche de pronto mientras caminábamos y debí hacer uso de mi mejor máscara de seriedad cuando de soslayo observe a Jacob disuadir a Harry de lanzarle un pequeño trozo de madera a Abraham. Como extrañaba los viejos tiempos. Aunque a decir verdad, ellos no eran los únicos que querían ver a Abraham caer de cara sobre las vías.
Sabía que mi madre era la que estaba detrás de aquel absurdo viaje, quería separarme de Dalia, pues al ser ella el eslabón más débil, intentaría utilizarla como puente para llegar a mí y finalmente cumplir su cometido de enviarnos lejos. El comportamiento de Dalia no había variado en lo absoluto, aun cuando aquella horrible conversación seguía rondando en mi mente. Pero a decir verdad, ya no sabía si la chica podría ser lo suficientemente fuerte como para plantarle cara a mi progenitora.
Debía cambiar las cosas de una vez por todas.
— Thomas. — Llamé al muchacho y este asintió al instante. Aquel ridículo viaje terminó beneficiándome, pues sin saberlo, me habían dado la oportunidad perfecta de enviar a Thomas a la ciudad sin levantar demasiadas sospechas.
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Jeune fille indomptable
Roman d'amourPudo pasarle a cualquiera, pero no. Esa gran tragedia le cambio la vida para siempre a ella... Ahora Naomi deberá ocuparse de toda su familia, deberá protegerlos de la maldad de otros. Tal vez se pierda a si misma. O Tal vez encuentre una luz en m...