A pesar de la calidez que sentí en aquel establo, la mañana se encontraba parcialmente nublada, con un tono gris que opacaba incluso el color de las flores; el suelo estaba lleno de lodo y la escasa nieve que en algún momento nos acompañó había desaparecido. Andrew no me dejó sola hasta que me interné en la habitación de Clara, sabía que estábamos contra el tiempo y ambos debíamos movernos rápidamente.
— ¿Naomi...? — Ni siquiera tuve tiempo de llamar a su puerta, pues no sabía si Abraham me estaba buscando o si la señora Stephen ya se encontraba en camino a la mansión. — ¿¡Pero qué sucedió!?
Mi aspecto debía ser peor de lo que esperaba, pues la pobre Clara saltó de su cama al instante, aturdida la vi casi caer al enredarse en sus sabanas, pero aun así llego hasta mí y tirando de mi mano me arrastró lejos de la puerta antes de pasarle el pestillo.
— ¿¡Abraham le hizo esto!? — Volvió a chillar, mitigando su voz a consciencia, su preocupación me enterneció y rápidamente negué con la cabeza. — Nunca debí dejarla sola.
— No me paso nada, Clara... Al menos esta vez Abraham no es el culpable de que este aquí. — Me burlé en el intento de aligerar los nervios de la chica. Pero, por el contrario, ella arrugo el entrecejo y me miró como si fuese algún bichejo extraño. — Pero no tengo mucho tiempo, por favor ayúdame a mejorar esto... Si Abraham me ve así, atar cabos será muy sencillo para él.
El desconcierto debió ser más grande de lo que pensé, pues Clara se quedó allí por un par de segundos que me parecieron eternos... No quería tener que explicarle todo lo sucedido y por suerte, tras la enorme incomodidad del momento, le vi parpadear un par de veces retomando la consciencia; ella asintió en respuesta y finalmente corrió hacia el escaparate de su habitación. Realmente pensé que la chica tendría alguna forma de llevarme a mi habitación sin ser vistas o que consiguiese uno de mis vestidos, pero en lugar de ello, la muchacha saco toda su ropa y la esparció sobre la cama.
— Este. — Señaló entonces un conjunto que en otras circunstancias no usaría. — Venga aquí.
Ni siquiera tuve tiempo de opinar, pues la chica me ayudo rápidamente a deshacerme de aquel vestido lleno de paja y lodo, mientras yo deslizaba los pantalones cafés por mis piernas. Mi cabello era un completo desastre, lleno de paja, enmarañado y lleno de rizos debido a la humedad.
— Haga lo que deba hacer y luego la esperare en su habitación para colocarle algo apropiado. Mis cosas las moveré hoy mismo a su habitación también. — Me informó como solía hacer cada mañana. — Visitare a sus hermanos en un momento y...
— Espera, Clara. Hay un cambio de planes. — La muchacha era mi aliada en todo aquel lio y no quería que quedase atrapada si se desataba una guerra interna en ese lugar. — Lo que voy a pedirte es riesgoso, si alguien lo nota podrías estar en graves problemas y no sé si podría protegerte... Pero no confió en nadie más para ello.
— Usted es mi señora, lo que me pida lo hare sin dudar. — Zanjó la chica al instante. Le debía tanto... Realmente esperaba poder recompensarla luego.
Saber que contaba con su ayuda me daba tranquilidad, así que sin perder tiempo extendí mis brazos hacia su escritorio y ella rápidamente me entregó papel y lápiz, todo estaba sucediendo tan apresuradamente que ni siquiera sabía por dónde comenzar, sin embargo, sabía que tenía personas en quienes podía confiar...
— Sacaras a los pequeños de aquí... — Susurré, en ese punto incluso temía que las paredes nos escuchasen. — Los llevaras con Tony Russo y le entregaras esta carta. — Le expliqué, era horrible llenar mi mente de las peores situaciones posibles... Pero si quería mantener a todos a salvo, debía hacerlo. — El sabrá qué hacer y te dará refugio también, te encargo a ti su cuidado.
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Jeune fille indomptable
RomansaPudo pasarle a cualquiera, pero no. Esa gran tragedia le cambio la vida para siempre a ella... Ahora Naomi deberá ocuparse de toda su familia, deberá protegerlos de la maldad de otros. Tal vez se pierda a si misma. O Tal vez encuentre una luz en m...