— ¡No te me acerques!
Como un animalillo herido, mi instinto se disparó llevándome a retroceder rápidamente, sabía perfectamente lo que podía significar el estar atrapada con ese hombre... Iba a hacerme daño y esta vez no había nada que se lo impidiese.
Aterrada, le vi levantarse hecho una furia, sus ojos irradiaban la más pura ira. Los tallones que le había provocado con la madera de la gaveta, resaltaron en su espalda como si me gritaran que buscase otra forma de defenderme, así que sin dudarlo corrí por la habitación en busca de algo más que pudiese serme útil. Pero entonces, el toro enfurecido reaccionó y rápidamente me bloqueo el camino.
— ¡¿Es cierto?! — Gritó aturdiéndome. Tenía que encontrar una forma de salir de allí cuanto antes. — ¿¡Llevas a un bastardo en tu vientre!?
Las mentiras de su madre le habían enfurecido aún más, no podía creerme que algo así le molestase, él no me amaba, no éramos una pareja real ¿Y aun así una absurda mentira había conseguido herir su orgullo?
— Tu madre te está mintiendo ¡Mira lo que está haciendo! ¡Va a asesinarnos y te culpara de todo! Piensa por una vez. — Intenté apelar a cualquier minúsculo vestigio de sentido común que le quedase. — Tus hermanos también deben estar atrapados en este desastre.
Pero de nada sirvió pues una fuerte bofetada me hizo retroceder, mi mejilla ardía espantosamente y aturdida no pude si quiera pensar en algo más que sujetarme a la pared para no caer. Instintivamente coloqué mis brazos al frente en el intento de protegerme, pero entonces el aferró mis muñecas con fuerza subiéndolas sobre mi cabeza y cerrando nuestra cercanía. Mi cuerpo temblaba frenéticamente y me creí incapaz de mantenerme en pie por mucho más tiempo.
— Miserable oportunista. — Susurró tan cerca de mí que debí apartar mi rostro en el intento de evitarle. Su aliento apestaba a alcohol. — Tú me perteneces ¡Como te atreves a siquiera mentirme!
Un nuevo puñetazo impacto contra mi estomago doblando mi cuerpo dolorosamente. Mis piernas no lo aguantaron más y ahogada me dejé caer en el suelo; Abraham no se quedó tranquilo con ello y sus manos no tardaron en aferrarse a mi cabello obligándome a elevar el rostro dolorosamente.
— Yo... Jamás... Voy a pertenecerte. — Escupí aun cuando me faltaba el aire y todos los músculos de mi cuerpo se tensaron del miedo que tenía a recibir otro golpe.
Pero para mi sorpresa, él sonrió... Abraham soltó una enorme carcajada tan extraña que me erizó la piel, estaba completamente loco. Sin embargo, aquello me dio el espacio suficiente para reaccionar, pues él se alejó un par de pasos dejándome oportunidad de levantarme nuevamente y prepararme para lo que fuese que quisiese hacerme.
— Campesina estúpida... Enamorada de Andrew. ¿En serio piensas que tendrás una vida de cuentos con tu príncipe? No seas ingenua. — Se burló con tal amargura que parecía como si él mismo estuviese sintiendo tal dolor decepcionante. — Tan solo eres otra asquerosa víbora rastrera como ella.
¿Se estaba refiriendo a su madre...?
Realmente no tenía esperanza alguna de resolver aquella terrible situación con el don de la palabra, dudaba enormemente que Abraham fuese una persona que mágicamente cambiaria su actitud y se transformaría en el príncipe oculto dentro de la bestia. Pero... Si existía una sola posibilidad, por pequeña que fuese, de salir de allí sin más heridas... Entonces debía intentarlo.
— Abraham... Eres un hombre inteligente, por favor, piénsalo... Si yo muero, nuestro trato terminara muy mal para ti, el pueblo entero e incluso tus amigos de la ciudad ya creen que has intentando envenenarme... Si ella nos hace daño, te culparan a ti. — Era tan claro lo que estaba haciendo la señora Stephen ¿Cómo es que seguía a su lado? ¿Cómo no se daba cuenta? — Mis hermanos no tienen culpa de nada, ellos no te han hecho nada y solo serán un daño más en esta tragedia... ¿Y tú familia? Incluso si odias a Andrew ¿Qué le pasara a Aiden? Es un niño, él te quiere...
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Jeune fille indomptable
RomansaPudo pasarle a cualquiera, pero no. Esa gran tragedia le cambio la vida para siempre a ella... Ahora Naomi deberá ocuparse de toda su familia, deberá protegerlos de la maldad de otros. Tal vez se pierda a si misma. O Tal vez encuentre una luz en m...