Baby there's blue in your eyes ✦ daddykink! [ls]

003

Harry sale de la ducha con un largo suspiro de por medio.

El vapor se riega por las amplias paredes, empañando la puerta de cristal y el espejo redondo que ocupa gran parte del muro de la derecha. La toalla ahora descansa alrededor de su cadera, afianzada por un nudo indefenso y casi flojo que con un solo tirón podría deshacerse y dejarlo al descubierto en la privacidad de su propio cuarto de baño.

El pelo le gotea sobre los hombros, mechones que se enrollan en las puntas y que se escurren en la humedad de esa larga ducha que tomó para quitarse de encima los estragos de un día que definitivamente ha sobrepasado y salido de su cotidianidad. Ha estado rememorando los sucesos de la tarde, uno por uno, desde la cancelación de Mark para ir a comer con él hasta la presencia de un desconocido por el que ha tenido que hacerse pasar de novio para salvarlo de una situación horriblemente singular con un sujeto que ha tenido todas las de ser un abusador.

No ha sido una experiencia particularmente divertida, mucho menos entretenida. Al contrario, el magnate ha llegado a la conclusión de que ha sido demasiado para unas veinticuatro horas que, para colmo, ni siquiera se han acabado. Se consuela a sí mismo con la idea de que pasadas las ocho, el resto de su noche se basará en puro descanso y sosiego junto a su amante, y eso resulta ser suficiente para calmarle los músculos del cuerpo y hacerle saber que no todo se ha arruinado.

Se calza los pies con sus sandalias de baño y camina hacia el estante en el que guarda sus artículos de higiene personal para agarrar su desodorante y aplicárselo sin más. Luego de eso se humecta las manos y los codos como usualmente hace en esa rutina nocturna que continúa después de la cena y cuya parte final ocurre justo antes de irse a dormir.

Se echa un vistazo en el espejo, revisando cuánto vello facial se riega por la zona de su mentón para determinar cuándo exactamente debe dedicarse a retirarlo como normalmente hace, y decide que por esta noche no es necesario ocuparse con esa tarea. De manera que no le queda más que salir del baño para pasar directo hacia la alcoba.

Se detiene en seco justo en la puerta polarizada, pues su mirada viaja automáticamente hacia el hombre que se encuentra del otro lado de la pieza, de pie delante del espejo ovalado que cuelga a un lateral de la pared, cerca de la inmensa cama de cobertores cafés y almohadones que al final de la noche terminan en el suelo porque Harry solo puede dormir con una sola almohada o de lo contrario sufrirá de una tortícolis que no lo deje vivir en paz.

Se está quitando el nudo de la corbata que estuvo rodeando su cuello desde esa misma mañana, con los primeros botones de la camisa desabrochados y la chaqueta fuera de su cuerpo desde probablemente hace rato, quizás desde el momento en que ingresó a la habitación.

—No te escuché llegar —habla el millonario de cuencas verdes, echándole un breve vistazo a su novio antes de dirigirse hacia el armario, cruzando el muro abierto que se divide con la pared y que organiza entre estantes todas las prendas que poseen—, ¿tocaste la puerta?

No ha sido necesario alzar la voz por la escasa distancia que los separa, pero por la falta de respuesta Harry se imagina que su pareja debe de estar esperando por su regreso para poder contestarle. Se apresura en ponerse ropa interior y agarrar un conjunto de pijama para vestirse en un parpadeo. Vuelve a la alcoba con la toalla en la mano y escucha cómo su amante tararea en una consideración desconocida que el rizado espera descubrir en cualquier momento.

—No lo hice —responde Mark tan pronto como lo mira a través del reflejo, recorriéndolo de pies a cabeza en la distancia con cierta sugerencia permanente que contrasta con el apacible tono de voz que siempre emplea a su alrededor, siendo una especie de música para los oídos de un rizado que parpadea casi con pereza. Se está quitando el reloj de la muñeca y los gemelos plateados de esa camisa negra que todavía cubre ese pecho que ha utilizado como refugio en más de una ocasión—. No estabas escuchando música, así que supuse que necesitabas tu tiempo de meditación en el agua tibia.