Tres o Cuatro Veces (Parte Dos)

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Capítulo 2.— Tres o Cuatro Veces (Parte Dos)

Pov Sunghoon:

Reí con bastante fuerza al mirar al de mejillas regordetas tratar de comer dos donas al mismo tiempo luego de que apostaramos por un par de billetes.
Evidentemente el pobre hombre se atragantó provocándole un susto a la azabache.

— Sunoo sabes que de esa forma podrías morir — comentó IU con preocupación — ten toma un poco de agua.

— Gra...mmm...cias — respondió felizmente al obtener el botín.

Con calma repose mi cuerpo sobre el asiento del auto. Esperamos allí un par de minutos hasta que él saciará su hambre. Cuando lo hizo caminamos con seguridad a la casa de gran tamaño.
Todo parecía normal, o al menos lo estuvo por una hora hasta que más tarde llegó aquel idiota. 

El novio de IU, un chico vanidoso y tedioso que por más asco que fuera verlo, debía portar interés en sus más mínimas interacciones con mi amiga pues así sería el modo más justo para darle una patada en el culo.

Lo más extraño es que decidí omitirlo por hoy, pensar egoístamente en mí y explorar en lo más profundo de mi ser lo que puede llegar a ser capaz con un poco de sinceridad. 

Bebí el último tragó y con una sonrisa victoriosa me marché, dejando a todos atrás.
Oí unos cuantos llamados por parte de Sunoo, pero no los suficientes para detenerme.

Mirar más allá fuera de tus límites se volvía sumamente interesante, algo nuevo y ha su vez te das cuenta de la importancia de las cosas.

Suena absurdo, pero jamás me había permitido detallar estos al rededores. Siempre era la misma rutina y he aquí lo que tanto vine buscando.

Acomodé mi torpe cuerpo al lado de la señorita que se entremezclaba en las destellantes luces de los edificios que se admiraban desde este balcón, atrapándome gracias a su poco desinterés a lo que la gente murmurara o gritoneaba.

Su mundo y solo eso, una total envidia para Park Sunghoon, mientras tanto la noción del tiempo se hacía escasa al darme cuenta de como su cabeza había chocado contra mi brazo.

Pareció haberse puesto nerviosa, es decir, yo también lo estaba, “¿me tomaría por un acosador?”, temí; y aunque hizo el esfuerzo de disculparse preferí hacer de las mías y aprovechar la oportunidad. Saber al menos su nombre.

Cosa que no resultó ser así.

— ¡¿Noona estás aquí?! — exclamaron desde las extensas escaleras, presenciando una decepción total para éste pobre individuo.

Tal vez era su novio”, me dije después de que se alejará lo suficiente. 

[...]

Dos semanas después...

Bufando acomodé la hostigosa corbata que colgaba sobre mi cuello y en tan poco tiempo llegaron esos dos individuos con felicidad en sus finos rostros. 

Daba igual la forma en el que ellos me mirarán, ya que no estaba para impresionar a nadie y tras varios elogios caminamos de un lado a otro hasta volver al mismo lugar continuando con lo mal que le iba en la universidad al pobre Kim.

— ¡Perderé la beca si continúo así! — exclamó con tristeza.

Negué inmediatamente golpeando con suavidad su frente, diciéndo y demostrándole que era capaz de hacer hasta lo imposible quien con una sonrisa asintió demostrando confianza.

Al estar satisfecho giré la cabeza para presenciar alguna novedad, cuya voz recibió el premio mayor. La misma de aquella vez, solo que a diferencia de está ocasión la chica con la que estaba con él, no era la misma a la que yo aún recordaba.

La Fuerza del Destino ||Sunghoon y tú|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora