LUNA ROJA: INHERENTE AMOR

CAPÍTULO XI: DECISIONES

Enid tomo el brazo de Merlina con ambas manos, aplicando la fuerza suficiente como para lastimarla consiguió aflojar su agarre, Addams gruñó y rodó a su lado para incorporarse y tomar unas tijeras y cortar las vendas que le impedían moverse adecuadamente. Enid tosió, escucho el ruido metálico de las tijeras y de inmediato se puso de pie y vigilo los movimientos de Merlina, la cual rasgo las vendas en su totalidad.

- ¡Merlina! -exclamo Enid sonrojada al ver como las vendas caían al suelo y quedaba desnuda frente a ella. - ¡TAPATE!

Addams se puso en guardia y sostuvo las tijeras con más firmeza. En un brinco acorto la distancia y alzo las tijeras para encestar un golpe pero Enid se quitó al último momento la abrazo por atrás y la llevo contra la pared, en el golpe repentino Merlina soltó las tijeras, sin dar tiempo a que se escapara, la empujo más contra la superficie, daba la apariencia de que Merlina estaba queriendo unirse a la pared. Contuvo las manos de Merlina y las puso encima de la cabeza, parecía un matón arrestado, irónicamente eso le dio un toque erótico que puso nerviosa a Enid.

- ¿Te rindes? -le gruñó Enid abochornada y enojada.

-Jodete. -replico Merlina con aspereza y comenzó a removerse en busca de soltarse. - ¡Déjame!

-Merlina, quiero hablar contigo, no pelear al grado de querer asesinarnos.

- ¿Y sobre qué quieres hablar? -le dijo sarcástica.

-No fui yo quien ataco primero, fuiste tú. ¡Quien debería estar enojada soy yo! -exclamo con aires contrariados. -Por favor, somos amigas, dime que pasa, no eres así sin una buena razón.

Al oír la palabra "amiga", Merlina sintió una punzada, no de dolor como el que le escocia sino en el pecho, como si su corazón se detuviera de pronto, era de esperarse. La amistad era importante para Enid, lo era en ese momento y debía concentrarse en eso. Enid no podría traicionarla, porque era su amiga y las amistades eran sagradas para Enid. Mientras fueran amigas no sería traicionada, estarían juntas para siempre.

-Tuve una visión. -confeso. -Una donde... una donde hay un traidor cercano a mí, me engañara cuando más vulnerable este. Y pensé que serias tú, después de todo somos cercanas.

Enid se sorprendió al oírlo, no era algo emocionante como esperaba sino... triste. Merlina no recibió respuesta rápida, ya estaba por pedirle que la soltara cuando un mareo intenso la hizo perder la apreciación del entorno y balbuceaba a Enid que la recostara. La chica comenzó a hablar sin percatarse de nada, entonces el cuerpo de Merlina se relajo en extremo, Enid comprendió todo: sin vendaje y con el ajetreo de hacía poco consiguió que las cicatrices se abrieran. Con cuidado la llevo a la cama y recostó con miedo, la sangre salía a borbotones y no había nada de material médico.

-Sabanas... ropero... herida. -murmuro Merlina con esfuerzo. -Compresión fuerte... sangre tuya... beber.

Enid corrió al enorme ropero que tenia arriba las sabanas limpias, bajo y con cuidado la desdoblo y la primera tercera parte fue con la que contuvo directamente la hemorragia, y con la restante rodeo el vientre con fuerza y sin poder anudarlo, mantuvo la presión en la herida. Merlina apenas y respiraba debido al inmenso dolor, hizo un ademan de ponerse la mano en la boca. Enid había visto a Setesh hacerlo anteriormente, no sabía si podría funcionar pero debía intentarlo. Se mordió la mano con fuerza, contuvo las ganas de gritar y le ofreció la mano a Merlina, la chica abrió la boca pero no parecía poder tragarla, era poca y la herida sano de inmediato. Enid maldecía su capacidad regenerativa por primera vez y volvió a morderse la mano, trago sangre suficiente para llenarse la boca y se acerco a los labios de Merlina, la beso. Sintió el movimiento de los labios de Merlina al tragar y se separaron un poco, jadeando. Addams apretó los dientes y tomo la mano de Enid que estaba en su vientre y la alejo un poco.