¿Es el?...1

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Greeicy.☁️

Los recuerdos vienen a mi mente mientras lo miro, frente a mi tomando un café mirando su teléfono.

No le logro ver bien la cara pero algo me dice que es el, es el chico que me rompió el corazón a los 14 años, al cual evité todo los años que duró la High School y el cual odié en ese momento por el dolor que me causó.

Quiero que el universo me este haciendo una broma, quiero estar equivocada y que él no sea aquel chico.

No debería hacer lo que estoy pensando pero cuando se me viene una idea a la mente es difícil que no lo haga, camino hacia la dirección de la mesa en que se encuentra.

Me pongo frente a él y verlo levantar la mirada hacia mi hace que mi valentía disminuya, pero ya estoy frente a él, no me puedo arrepentir ni salir corriendo de la cafetería porque pensara que soy una maldita loca.

—Hola, te puedo acompañar —Siento como su mirada se desliza por mi cuerpo hasta mi cara.

—Si claro —Se levanta para retirar la silla lo cual no le permito y me siento antes de que el toque la silla.

Trato de tranquilizarme y no permitir que mi nervios me dominen, lo veo volver a sentarse sin que su mirada se retire de mi.

—¿Nombre?

—Greeicy— Omito mi apellido por si es aquel chico, aunque con su voz hace que me convesca un poco más de que es el.

—¿Edad?

—25.

—¿Tienes novio?

—No.

Pensara que...

—Que bueno por que no me gusta ligar con chicas que tienen novio— Habla con una tranquilidad mientras yo siento como los latidos de mi corazón aumentan.

—No estoy tratando de ligarte— Acercó más mi rostro al suyo tratando de que solo él me escuche.

—¿Buscas solo sexo?

No se que es peor que pensar que quería ligar o que piense que estoy buscando a alguien para pasar la noche.

Si le dijo que no, me preguntara para que me acerque a él y no le puedo decir quien soy, no se si es el chico que pienso o no.

—¿Cómo te llamas?

—Aron.

Puede ser una coincidencia que se llamen igual.

—¿Apellido?

—Abbey, ¿eres detective?--- Levanta una ceja con curiosidad.

—No, solo preguntaba— trato de no mostrar mis nervios en mi voz.

Ya no hay duda que el chico que tengo enfrente es el mismo, el mismo chico que me rompió el corazón, el primer chico del que me enamoré.

—No contestaste mi pregunta.

—Si— Su mirada se encuentra con la mía lo que hace que me ponga más nerviosa y que empiece a mover mi pierna bajo la mesa.

—¿Te gusta el pastel de chocolate?--- Su pregunta me toma por sorpresa.

—Si.

Se levanta para pedir el pastel y si no fuera porque no me quita la mirada ya me hubiera escapado de aquí.

—Toma, el pastel de aquí es delicioso— Pone el plato con una rebanada de pastel en la mesa para luego caminar hacia su asiento.

—Gracias— Tomo el tenedor para agarrar un pedazo de pastel y meterlo a la boca esperando que la comida me ayude a tranquilizarme.

Me meto a la boca el último pedazo de pastel que me queda, dirijo mi mirada a su plato el cual aun tiene la mitad de la rebanada de pastel de chocolate.

—¿Quieres algo más?

—No, ya quiero irme— hablo antes de pensar en mis palabras.

—¿Tienes prisa?--- Se levanta de su asiento para tenderme la mano.

Le doy mi mano mientras me levanto para comenzar a caminar hacia la salida, hace calor lo cual me agrada ya que los últimos días ha estado un frío insoportable que sientes que te vuelves un cubo de hielo.

Suelta mi mano para abrir la puerta de un auto negro, no se de que marca ya que no conozco nada sobre autos.

—¿Para qué?

—Pensé que tenías prisa por conocer mi departamento.

Dudo por un instante pero se que no me ara daño a la mejor a cambiado pero sé que sería incapaz de hacerle daño a alguien, no éramos los mejores amigos pero éramos amigos.

Solo eso.

Me acomodo en el asiento pensando en cómo decirle que no va a pasar nada entre nosotros.

Pasa su mano por mi rostro con una delicadeza como si no quisiera romperme o como si fuera un cristal al que está tocando, empieza besando mis mejilla para bajar hasta mi clavícula y la otra mano baja hacia mi piernas que están cerradas, me permito disfrutar de los besos que va dejando en mi cuello.

Nuestras miradas se conectan y por primera vez no la retiró, su mano entra entre mis piernas, sus ojos siguen viendo los míos y no necesita hablar ya que con la mirada me está pidiendo permiso el cual le doy.

Abro las piernas lo suficiente para que su mano se siga deslizando entre ellas, suelto un pequeño jadeo cuando su mano llega cerca de la parte más sensible de mi cuerpo.

Sube dándome pequeños besos sobre mi cuello y mejilla hasta llegar alrededor de mi oído.

—Nos pueden dar una multa si un policía nos mira— Susurra esas palabras para luego sacar la mano de mis piernas y alejarse de mí.

Trato de controlar mi respiración mientras me acomodo en el asiento para luego ponerme el cinturón de seguridad.

Enciende el auto para luego salir del estacionamiento y empezar a manejar por algunas calles.


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Annie Lee✨

Una segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora