JAXTON
Cuando sentí su boca sobre la mía, no me lo pensé más. Agarré su cuerpo por la parte baja de la espalda y la junté de un tirón al mío.
No tengo ni idea de lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor, pero juro que me importaba entre cero y nada.
Los labios de Lydia estaban suaves y su lengua se entremezcló con la mía, explorando en mi boca. Joder, ¿cómo era posible que supiera tan bien?
Sentía mi cabeza dando vueltas mientras ella hundía sus dedos en mi pelo. Tiró de él para pegarme más y yo hice exactamente lo mismo con sus caderas, sintiendo una enorme necesidad de tenerla mucho más cerca.
Noté que su cuerpo chocaba con brusquedad contra la moto y sus piernas se quedaron atrapadas entre las mías.
Mi cuerpo se sacudía y escuché que se le escapaba un leve gemido de la boca.
De pronto tenía la urgencia de que sucedieran muchas más cosas que no habría estado bien hacerlas delante de todas esas personas, que seguramente estarían alucinando, pero repito, me daba completa y absolutamente igual, ahora mismo en mi mundo solo estábamos yo y esa boca que se movía con tanta destreza que iba a acabar desquiciándome.
Menos mal que se separó, porque os juro que yo no habría sido capaz.
Nuestros pechos subían y bajaban desacompasadamente, no recordaba haber estado así de agitado en años, parecía un chaval de trece años que acaba de descubrir el porno y lo que puede hacer con su mano derecha.
No era normal.
Pero cuando vi sus labios, de pronto todo empeoró.
Estaban hinchados por el beso y estaba mucho más guapa que antes, si es que eso era posible.
Pasó sus dedos por mi nuca, tirando todavía un poco de la parte de debajo de mi cuero cabelludo y sentí un cosquilleo raro en la espina dorsal.
Me obligué a separarme, sin decir ni una sola palabra.
Ella tampoco habló, simplemente se apresuró en montarse detrás, un poco acalorada.
Sonreí orgulloso al verla en ese estado, pero lo cierto es que yo estaba igual.
Intenté tranquilizarme pero, cuando me monté y noté su pecho contra mi espalda, empecé a tener un serio problema.
Miré disimuladamente hacia abajo.
"Creo que alguien se ha despertado..."
Mierda.
¡Amigo! ¡No es el momento! ¡Abajo! ¡Ahora!
¡Joder!
Me pasé las manos por la cara, sentado ya en la moto. Menos mal que era de noche, que estábamos a oscuras, que la gente estaba demasiado distraída con la euforia de la carrera y que Lydia estaba nerviosa mirando hacia todas partes, porque sino habría estado en un buen lío.
Estábamos unos metros más atrasados. Dylan y Charlotte ya se habían colocado en el puesto de salida, esperando. Pero Adam todavía no había cogido el micrófono, así que eso me daba un poco de margen para tranquilizarme.
Empecé a pensar en mil cosas, tratando de que se me bajara la erección, el problema es que sus manos rodeando mi cuerpo y sentir su respiración en mi cuello no estaba ayudando en absoluto.
"¡Travis Jaxton! Estás a punto de jugarte la vida, con Lydia a tu espalda. ¡Por favor, contrólate!"
Intenté obedecer a mi conciencia y entonces la voz de Adam comenzó a escucharse a través de los altavoces.

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Y si llueve, petricor
Romance¿Qué harías tú cuándo esa vocecilla de tu cabeza no para de repetirte una cosa? Que no eres perfecta. Lydia tiene que soportar vivir con esa voz, día tras día, tratando de ignorarla pero, muchas veces, no resulta nada fácil. La voz interior de Jaxt...