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Estar en el hospital era una tortura, por suerte tenía buena compañía conmigo, Mikey, Emma y mi hermano eran los que se pasaban todo el día conmigo, así que no había un momento en el que estuviera tranquila y en silencio, pero aun así, permanecer siempre encerrada en una habitación sin poder salir, me resultaba bastante aburrido

Deseaba con toda mi alma que me dieran el alta, lo cual conseguí casi una semana después de mi accidente, por fin me dejarían ir del hospital de una vez por todas, ¿Lo malo? Tendría que hacer reposo por un tiempo, así que cambiaba la camilla del hospital por la cama de Mikey...

Sabes, puedo vestirme sola- me quedé viendo al rubio arrodillado frente a mí, amarrando mis zapatillas

No, no puedes, así que cállate y deja que cuide de ti- me regañó

Me crucé de brazos molesta e hice una mueca por el movimiento que había hecho, ya que había tirado un poco de mi herida

Ten cuidado princesa- suspiró- si tu herida se vuelve a abrir tendrás que quedarte mucho más aquí y eso no te gustaría ¿Verdad?- negué rápidamente- entonces compórtate y déjame cuidar de ti

Apreté mis labios dejando que él terminara de ponerme las zapatillas y me tomó en brazos para sentarme en la silla de ruedas

Me siento inútil- bufé

Eres muy testaruda- se quejó- ¿Por qué no dejas que cuidemos de ti?

Siempre fue así- mi hermano entró a la habitación para acercarse, hincándose frente a mí- jamás dejó que nadie cuide de ella, siempre intentó hacerlo todo sola- me miró serio- esta vez no te queda de otra, así que deja que cuidemos de ti, leoncita

Estiré mi mano hacia él para apoyarla en su mejilla acariciándola lentamente y suspiré antes de asentir, lo que lo hizo sonreír

Buena chica- Mikey besó mi cabeza- es hora de ir a casa

El rubio empujó la silla pero tomé la mano de mi hermano por lo cual tuvo que detenerse y el de ojos dorados me miró confundido

Alcánzamelas- señalé las flores que estaban en la mesa y las tomó enseguida para entregármelas- gracias

¿Y quién te dio esas flores?- preguntó el rubio sacándome de allí- no vi a nadie traerlas

Es... es un secreto- lo miré y le saqué la lengua

Son raras- afirmó

Son mis favoritas- levanté mis hombros mirándolas, ya estaban un poco marchitas, pero aun así seguían siendo hermosas- no son fáciles de conseguir, no las venden en cualquier lado

Mmm ¿Me estas engañando con algún millonario o tienes un sugar Daddy?- entrecerró sus ojos- si es un sugar, ¿No querrá consentirme a mí también?

Eres un idiota- reí mirándolo- no te engaño con nadie...

Lo sé, solo bromeaba- besó mi cabeza deteniéndose en la puerta del hospital- es hora de ir a casa princesa

Mikey me tomó en brazos cuando consiguió un taxi, el cual nos llevó a los tres a la casa de los Sano y apenas se detuvo el rubio me tomó nuevamente entre sus brazos

Sabes que el doctor me dejó caminar unos pasos ¿Verdad?- suspiré- puedo caminar hacia dentro

No, ahora cállate y aguántatela- me regañó- cuanta menos fuerza hagas mejor para ti

Pero no por ello debes llevarme a todos lados en tus brazos- rodé mis ojos

¿Acaso no te gusta estar entre mis brazos?- levantó una ceja

Our Destiny | Mikey / Manjiro Sano | +18 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora