La luz del fuego y el retumbar de los tambores, los cantos y silvares de flautas hechas de manera y huesos, bailaban regocijandose por su nuevo Olo'eyktan. El aroma a mar y montones de comida preparadas por las madres de la aldea abrían el apetito de los niños y pescadores. Aquella celebración fue un espectaculo maravilloso para los Omatikaya, y un honor para los Metkayina. Aonung salío finalmente para reunirse con los suyos, se sentía conmovido por tantas sonrisas dedicadas a él, regalos por parte de los niños y comida especialmente para él.
Aunque estaba disfrutando cada instante de su cumpleaños y nombramientos como líder, no pudo evitar buscar con la mirada a Neteyam; lo vio sentado comiendo y viendo a los demás bailar, se reía al ver a Tsireya intentando enseñarle a Lo'ak a bailar los bailes típicos Metkayina. El peso de la mira de Aonung fue sentida por Neteyam, quién al verle le saludo con la mano. Sería solo por esa noche, realmente quería pasar tiempo junto a todos los que lleva en su corazón así que le hizo un gestó para que él se acercará.
-Sé que me pediste tiempo Neteyam, solo quisiera estar...contigo, esta noche.-confesó Aonung al ver al joven ya enfrente de él.-Ven sientante.-Neteyam se sentó al lado del Olo'eyktan.
-¿Como estás?-preguntó algo sencillo para iniciar una conversación, y aunque se sentían incomodos por el silencio entre ambos estaban agradados de estar cerca.
-Feliz, gracias por preguntar.-dijo mientras apretaba sus nudillos por nos nervios.-Me trajeron tarta de frutas, ¿Quieres?
-No debería, eso se lo traen solo al Olo'eyktan si no estoy mal.
-No estás mal, pero yo quiero que comas conmigo.-dijo entregandole un trozo de la tarta.-Además creo que es demasiado para mi solo, y tengo que mantener esta gran beldad que me caracteriza tanto.
-¿Cual?-dijo en forma de broma para luego recibir un pequeño empujón por parte de Aonung.-Es broma, es broma...si lo eres.
-Gracias.-dijo mientras inflaba el pecho demostrando orgullo.
-Que soberbio.-añadió.-Y gracias por la tarta, se ve bastante rica.-Neteyam metío un poco de tarta a su boca para finalmente degustar.
Neteyam se sentía agradado al lado de Aonung, aquel momento era como si ambos estuvieran en total soledad tan centrados en ellos mismos que no lograban percibir algunas miradas que recaían sobre ellos. Neteyam tomó un pequeño fruto de la tarta y lo acercó a los labios de Aonung para que este le recibiera; lo hizo pero no esperaba que el Olo'eyktan no solo recibiera el fruto de sus dedos sino que este le diera una pequeña lamida a su dedo.
-¿Que? no voy a dejar que se desperdicie.-añadió Aonung al notar que Netetam no decía nada al respecto.
-Si,si claro.-dijo sarcástico.-Por cierto, te queda bien el collar.
-Me queda bien porque lo estoy usando yo.-dijo con una sonrisa, le encantaba molestar a Neteyam, esa mezcla que él tenía en su rostro en la que por dentro quería reíz pero por fuera quería demostrar enojo.-Ame cada detalle, gracias.
-Lo hice con..-susurró.-Amor.
-¿Con que lo hiciste? disculpa es que no te escuché bien.-dijo acercandose un poco a Neteyam.
-Dije esfuerzo, con mucho esfuerzo.-dijo acercandosé un poco al oído de Aonung para que este le escuchara bien, pues los tambores estaban cada vez sonando más fuerte.
-!Oh¡ claro me imagino, desde que tenga una calilla debío de costarte mucho trabajo.-dijo feliz para luego mirar su collar, sería un objeto muy preciado para él.
La celebración duró hasta por la noche, después de reír, comer y bailar estaban exaustos. Varios Metkayina hicieron sus pequeñas reuniones para beber fruta fermentada y seguir con su pequeña fiesta, los más jovenes se fueron a dormir. Neteyam y Aonung decidieron caminar por la playa juntos, admirando como el cielo se reflejaba en el mar.
-¿Quieres nadar un rato?-preguntó Neteyam mientras se dirigía al mar empapando sus pies, extendió su mano hacía el Olo'eyktan para invitarle al agua. Aonung tomó la mano de Neteyam y ambos nadaron tan solo a unos pocos metros de la orilla.
Aonung miraba el agua que se había vuelto un espejo del cielo, era como si ellos dos estuvieran nadando en el cielo.-Es hermoso, ¿No crees?-dijo mirando como las estrellas se reflejaban en el agua.
-Si lo es, es bastante hermoso.-dijo igualmente mirando el mar.
Sus miradas se reencontraron, sus cuerpos siendo empujados por el mar haciendo que estos estén más cerca; una pequeña sonrisa nerviosa y evitando el contacto visual por los nervios que les bada tenerse tant cerca, Aonung tomó un mechón del cabello de Neteyam para ponerlo detrás de su oreja.
-Se te viene el pelo a la cara.-añadío en voz baja Aonung, como si pudieron escucharles.
-Gracias.-dijo Neteyam junto con un suspiró, una ola le acercó más hacía él, seguramente esa lo que el destino quería. El joven Omatikaya obedeció a todos y cada uno de sus impulsos; apoyando sus brazos sobre los amplios hombros de Aonung.- Hey.
Aonung sonrío y le tomó de las caderas.-Hey.-sin pensarlo tanto acercó sus labios hacía él.
-Tus labios son salados, me gusta.-dijo Neteyam para luego devolverle el beso a Aonung.-¿Así se sentirá besar el mar?
-Espero ser un trozito del mar.-añadió, Aonung acercó a Neteyam un poco más hacía él, sintiendo sus pechos juntos y sus corazónes cantar entre si. Sin aviso alzó a Neteyam, al principio el Omatikaya no sabía que hacer pero posteriormente rodeo las caderas de Aonung con sus piernas.-¿Esta bien?
-Esta más que bien.-respondío tranquilamente, Neteyam se inclinó un poco para besarlo en el cuello, sentir como el corazón y la respiración de Aonung se acerleraban era una sensación que le encantaba sentir.-No quisiera que esta noche acabe nunca.-confesó
-No tiene porque acabar ahora, aún tenemos mucho tiempo-añadío mientras acariciaba las piernas de Neteyam.
Unos besos más bastaron para que ellos supieran que era ahí y ese momento ideal para unirse, Neteyam le entregó su trenza a Aonung para que este la una con la suya; de pequeños habían escuchado sobre la leyenda de dos machos que hicieron una unión entre ellos, algunos dicen que murieron de viejos y otros dicen que ellos jamás existieron, pero ellos dos eran reales y estaban ahí para sentir como una parte del otro entra en ellos, una parte del alma del otro viviría en cada uno de ellos. Cerrando los ojos por la placentera sensación que les daba estar finalmente conectados en todos los sentidos, mirandose a los ojos supieron que sus mentes y cuerpos ya eran uno; se deshicieron de sus telas dejando que estás floten en el agua.
-¿Estás seguro que quieres esto Neteyam?
-Nunca he estado tan seguro de algo, solo ve despacio.-arqueando un poco su espalda al sentir el falo del Olo'eyktan dentro de él. Movimientos rítmicos y sueves que con los minutos se hicieron cada vez más intensos.
Hijo del mar e hijo del cielo, unidos en esa noche que sería el total inicio de una unión más profunda de la que ellos creen poder imaginar.
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𝑆𝑎𝑙𝑡𝑦 𝐾𝑖𝑠𝑠𝑒𝑠 ┊𝐴𝑣𝑎𝑡𝑎𝑟
FanfictionEsporádicamente pensaba en él, a pesar de los años seguía su rostro fresco en su terca memoria. 7 años después Neteyam regresa para reencontrarse con los suyos; convertido en un Na'vi adulto y sin ningún rastro de lo que fue, una historia y vida apa...