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[ Amy Rose ]

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[ Amy Rose ]

Silver avanzó a grandes zancadas hacia ella. La oreja izquierda de Amy se mueve hacia un lado, al escuchar el elevador abrirse. Canalizó su situación y sin que se le notase, ella permaneció quieta, alguien había llegado al pasillo.

Su salvación.

Una mujer de limpieza, Amy ni siquiera voltea a verla, su vista periférica le ayuda. La mujer pasa por su lado, y Silver ya no estaba gritando, se quedó quieto y helado. Entonces Amy entrecerró sus ojos, sus emociones se suavización y vió que él no tenía ninguna oportunidad de ponerle una mano encima. Ahí estaban los dos viéndose fijamente, apenas y pasa un rato de que la mujer de limpieza avanzó, es él quien vuelve a abrir la boca.

—...¿Qué fue lo que le hiciste? Esa noche que estábamos todos juntos. Y te quedaste a solas con él. ¡Responde! —le gritó al ver que ella no decía una palabra.

Analizó su comportamiento y a juzgar por las comisuras temblorosas de sus labios y sus cejas frucidas del erizo, analizó que no tenía idea de nada, fácilmente una denuncia. Así que podría aplicar sus estrategias.

—Me debes estar confundiendo. ¿En serio ibas a golpearme? —la voz de Amy era apacible— ¿sin siquiera conocerme? Que poco hombre. Menos mal me has alzado la voz. No tardarán en expulsar a un maniático cómo tú —dijo ella sin dejarle de mirar fijamente, se molestó, fulminante, gritó —; ¡¿Qué es lo que te pasa?!

Silver dió un paso atrás y se quedó en silencio. La amenaza de Amy le había hecho dudar. Amy sonrió internamente y avanzó hacia él sin dejar de mantener su expresión firme.

—¡Yo sé que fuiste tú! ¿Quién más lo iba a hacer? —se detuvo y cerró sus puños.

—Llamaré a recepción que me estás acosando y encarando falacias.

Amy pasó a su lado decidida a ir a su habitación.

Silver la intentó tomar del brazo, pero ella reaccionó rápido; y lo empujó contra la pared, chocando contra el vidrio de la ventana.

—¡Aléjate de mi! ¡Maldito loco! —gritó ella y de pronto sonó alarmada, y fingió estar asustada.

La puerta de un vecino se abrió, asomando la cabeza, Silver estaba apunto de empujarla también, pero Amy dió un paso atrás, ella gritó exasperante;

—¡¡Este hombre quiere golpearme!!

El vecino se interpuso y Amy reflejó una cara llena de miedo, sabía que nadie podría dañarla.

—¡Qué demonios! ¡Aléjate de la señorita! —interpuso el vecino y empujó a Silver.

Él no comprendía la situación. El hombre rápidamente se acercó hacia Amy y le preguntó si estaba bien, a lo que ella volvió a repetir;

—¡Me está acosando! ¡Quiere hacerme daño!

—¿Qué? —el vecino se enfureció y gritó— ¡¡Largo de aquí, pervertido!! ¡¡Voy a llamar a la policía!!

𝐋𝐀 𝐇𝐀𝐁𝐈𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora