Park Jimin perdió parte de su pierna hace varios años en un tragico accidente, hoy es uno de los Youtubers más conocidos, además de asistir a un grupo de apoyo para personas en situación de discapacidad.
Otro dato: Se encuentra completamente enamora...
El día ya no era tan aburrido para Jungkook, pasaba tanto cuanto podía hablando con su Chim.
Y la verdad Jin no podía estar más agradecido de la vida por volver a tener parte de su amigo de vuelta.
— ¿Qué es ese nombre de mierda? – escuchó el mayor susurrar a Yoongi – de seguro lo quiere estafar por su discapacidad, o solo lo está utilizando...
— Shh! No voy a permitir que apagues a Jungkook, Min Yoongi, es la primera vez que veo una sonrisa en su rostro desde hace más de 2 años– amenazó con la cuchara de palo en la mano, haciendo que el castaño se callara al instante– además él también asiste al grupo, por lo que no podemos hacer más que confiar.
— Veré en su celular quien es el chico y...
— ¿Estás esperando que busque mi bate para callarte?– amenazó con la voz más seria que encontró y consiguió que su amigo guardará.– ¿Hace cuanto no veías esa sonrisa?... Veré con su psicólogo de quien se trata pero no voy a sacrificar la sonrisa de Kook por mis dudas.
Yoongi asintió poco convencido, y fue por su amigo al living. Quien no dejaba de sonreír ni por un segundo, dictando cosas a su teléfono.
— Creo que ya debo ir a comer, escuchó las botas de mi hyung, hablamos después lindo. – murmuró el pelinegro guardando el teléfono en su bolsillo
— Jin está terminando, ¿quieres ayudarme con la mesa?– ofreció y el pelinegro aceptó, estirando su mano hasta su amigo – ¿hablabas con tu novio?
— No es mi novio Hyung, quién querría ser novio de alguien como yo...
— ¡Jin! Creo que necesitaré el bate– gritó acercándose a la mesa del departamento– ¿porque no querría ser tu novio?
— Hyung, tengo suficiente con cagarles la vida a ustedes.
La seriedad en el tono de Jungkook, era quizás la cosa que más le molestaban, tanto como el contenido de esas palabras.
— No me cagas la vida joder, fue mi decisión acompañarte, cuantas veces debo decirlo...
— ¡Hey! ¿Qué pasa acá? – interrumpe Jin, quizás porque las palabras de Yoongi se escuchaban en cada rincón de la habitación
— ¿Porque cuidas de Jungkook, Hyung?
— Es mi hermanito menor, ¿porque no lo haría?— responde el mayor con obviedad, mirando serio a Yoongi quien no despegaba su vista de las expresiones del pelinegro frente a él.
— ¿Sientes que Jungkook es una carga para ti?
— Yoongi – amenazó Jin como respuesta, abrazando por el costado a Jungkook, que se mantenía con su cara hacia la nada.
— Jungkook dijo que tenía suficiente con cagarnos la vida a nosotros... – el dolor en la voz de Yoongi era evidente.
¿Jungkook había sido un trabajo? Sí, por supuesto que nadie lo negaba, estuvo un año encerrado en el departamento, habían días en los que no salía de la habitación y terminaban derribando la puerta. Los 3 intentos de suicidio tampoco ayudaban, pero aquí estaban, siendo la familia que han sido desde niños.
Y por supuesto que no se arrepentirán ni por un segundo, porque saben que pese a la inmadurez que era su amigo antes del accidente, sabían que él haría lo mismo por ellos.
— Voy a imaginar que no dijiste eso, ahora nos sentaremos a comer y espero que empieces a pensar en la raza de tu perro.
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