Cap 18- El proyecto de Viktor.

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Yuri Plisetsky había ganado la medalla de oro en las nacionales de Rusia; en el siguiente evento su calificación fue tan alta como en el primero lo que lo posicionó en la cima. Yuuri sintió una enorme felicidad y satisfacción cuando el rubio subió al podio por su medalla dorada la cual simbolizaba la recompensa a la lucha emprendida meses atrás pero sobre todo era la prueba de que había superado un doloroso pasado para dar paso a una nueva etapa, pues eso justamente era lo que había ocurrido y que mejor testimonio que los entusiastas comentarios de los medios de comunicación que no dejaban de hablar de la leyenda del patinaje artístico japonés ahora convertido en coach de una nueva promesa que se vislumbraba seguiría sus pasos.

Por desgracia su vida personal seguía envuelta en la incertidumbre, en aquel balcón del hotel de Moscú había comprobado que para Viktor era mas que un humano con quien tenía un deber, Yuuri al tocarlo de esa forma descubrió que el ángel estaba enamorado aunque este ni siquiera entendiera el significado de dicho sentimiento, esto era lógico ya que el reino celestial pese a que se rige por el amor este es por completo diferente al que existe en el mundo de los mortales por ello creyó (quizás erróneamente) que sería mejor guardar silencio sobre su descubrimiento ya que confesar sus sentimientos con claridad no haría más que confundir al ángel además de posiblemente acelerar su partida si llegaba a pensar que estaban rompiendo alguna ley divina, esto era algo que llenaba de terror y dolor al japonés no obstante proseguiria en su idea al menos por el momento. ¿Pero que pasaba con Viktor? pues bien, el ruso después de aquel beso sintió que una nueva etapa había iniciado al lado del pelinegro, aun asi estaba lejos de acertar a la causa por la que se llenaba de gozo cuando el nipón estaba cerca lo cual le hacía querer estár a su lado en todo momento y todo lugar cosa que la mayoría del tiempo hacia para la felicidad de Yuuri.

Una noche a mediados de diciembre justo a la semana de volver de Moscú mientras una copiosa lluvia de escarcha helada cubría a San Petersburgo, Yuuri Katsuki clavaba su tenedor en un filete de pescado al que le faltaban tantas cosas y le sobraba t...

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Una noche a mediados de diciembre justo a la semana de volver de Moscú mientras una copiosa lluvia de escarcha helada cubría a San Petersburgo, Yuuri Katsuki clavaba su tenedor en un filete de pescado al que le faltaban tantas cosas y le sobraba tanta sal pero que aun asi agradecía enormemente puesto que el ruso dedicó gran esfuerzo para ponerlo en su plato por lo cual no pudo dejar de celebrarlo como si se tratase del mas suculento manjar.

--Gracias Viktor, estaba delicioso.-- dijo dando un último bocado.

--No es necesario que mientas, sé que debe estar horrible.-- respondió el ángel que estaba sentado frente a él jugueteando graciosamente con una pajilla de plástico entre los labios.

--Tienes razón; está horrible.-- admitió el nipón riendo sonoramente.

--¿Crees que le falta más sal?.--

--¡Oh no por favor!.-- contestó Yuuri riendo más aún.

Después de unos minutos Viktor se percató de cómo Yuuri volvió a su gesto serio tal como lo había mantenido desde que llegó de trabajar, eso significaba que algo le ocultaba asi que decidió que debía investigar que era.--¿Pasa algo malo?.-- preguntó con una dulce sonrisa.

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