🛹
El tiempo se agotaba, al igual que mi paciencia.
Esa sensación de querer estrellar el teléfono contra el pavimento delante de todos aquellos universitarios me consumían aquella soleada tarde.
Todo parecía indicar que aquel era un falso perfil de Grindr, ya que se esfumó de mi bandeja de entrada como de la app. Apuesto a que había desactivado su ubicación o hasta la propia cuenta. O quizá, sólo se acobardó de arriesgarse a coger en aquel parque abandonado a unas cuantas cuadras de ahí.
Imbécil.
Caminé por la acera frente a la universidad de Beacon Hills mientras encendía un cigarrillo y acomodaba mis gafas oscuras bajo el sol primaveral.
Un tipo me había echado a patadas de su puesto de frutas al momento de continuar fumando mientras escogía una manzana fresca, lo que ocasionó que unos chicos skaters de alguna fraternidad de aquella universidad me acogieran en su tonta pista protegida inteligentemente por un extenso techumbre
-¿me das uno?- un atractivo chico delgado y castaño se acercó a mí limpiando su patineta
-cuando logres hacer volteretas en el aire, con gusto- contesté con algo de sarcasmo distraído en mi teléfono, en el que recibí una nueva notificación proveniente de aquella ardiente aplicación
-pues no soy muy bueno haciéndolas en el aire, pero sí en otras partes.. - aquel comentario lo había percibido como uno insinuante, pero al momento de hacer contacto visual con él, y confirmarlo, el castaño había regresado con sus amigos.
El chico era guapo y dominaba la rampa con una sonrisa victoriosa en su rostro frente al grupo de chicos. Cada que se inclinaba sobre su patineta aprovechaba para darle un rápido ojeada a su trasero en aquellos blue jeans.
El hecho de que no me miraba de vuelta o que no realizara alguna señal me frustró de inmediato. ¿Por qué seguía ahí? Ya eran las tres y no me quedaban más cigarros para fumar ni nada interesante en Grindr o algún ligue estando rodeado de tantos muchachos.
Los observaba malgastar sus labios y bocas para vociferar tonterías y expandirla para soltar insoportables risillas que me ocasionaban migraña, en lugar de simplemente aceptar ir por ahí a follar al aire libre o proveerme una señal para igualmente ir a coger.
Nada.
Me puse los lentes nuevamente e introduje mi mano en mi bolsillo para extraer las llaves de la motocicleta y largarme de ahí para ir a masturbarme a mi apartamento con Slayer retumbando por todo el lugar...
Pero algo alocado y sumamente ardiente ocurrió frente a mis ojos, los cuáles fueron los únicos capaces de apreciar tan caliente y fugaz escena.
Esta vez, al momento de inclinarse, aquel skater castaño enseñó su ropa interior.
La que resultaba ser una diminuta tanga color rojo compuesta por tan sólo unas cintas delgadas con ajuste bajo asomándose por encima de sus jeans... Dios...
Al momento de detenerse, elevó la patineta con su pie y la tomó con su mano izquierda, mientras con la derecha llevaba a cabo un saludo de cuates con sus amigos. Iniciando la dolorosa despedida luego de haber perdido el tiempo fingiendo ser buenos patinadores.
Yo tenía los ojos puestos sobre él. Esperaba que otorgara alguna seña y terminara tan desesperante martirio. Y así fue.
El castaño volteó a verme y guiñó su ojo dibujando una coqueta sonrisa en su rostro. Aquello había sido una cogida confirmada.
💦
Me siguió hasta el abandonado parque que se encontraba cerca de ahí. Había una vieja pista donde decidió patinar normalmente mientras inspeccionaba la zona. El lugar estaba desierto, pero cada cuánto un auto transitaba por allí y era mejor actuar discretamente.
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The hottest confessions of a cruising bareback sex stan; cortos ✨
FanfictionEl misterioso motociclista Derek Hale tiene un candente fetiche por hacerlo en los lugares públicos de la ciudad de Beacon Hills.