—Sky, ¿estás bien? ¿Qué pasó? —suelta la tableta y corre a mi lado — ¿Eres... eres interna?
Sonrío ante el comentario.
—No, claro que no —toco una de sus manos suavemente, tratando de tranquilizarla —. Soy actriz, estaba grabando afuera cuando una fuerte ráfaga tumbó unas luces y mira. —señalo mi cabeza.
—Oh, gracias a Dios, lo menos que quería era terminar siendo como en las series donde los doctores se acuestan con sus internos —suspira —. Entonces actriz, a ver —la veo revisar otra vez la tablet —. Parece una contusión. ¿Síntomas?
—Me duele mucho, me mareo cuando muevo la cabeza, nauseas... —ella solo asiente — ¿Me puedo ir?
—Oh, no... No... Debo suturar y luego debes estar un par de horas en observación.
— ¿Horas? —pregunto, casi horrorizada.
—Sí, horas. —dice tranquilamente — ¿Necesitas que le avise a alguien que estás bien?
—Yo... Creo que el director aún está esperando por saber de mí y el técnico de luces.
—Bien, yo le diré. Mientras, una enfermera limpiará la herida y luego vendré a saturar. ¿No te importa si vienen internos?
—Yo, amm, no, creo que no.
Dejo caer la cabeza sobre la almohada. Hace unas 24 horas estaba en la cama de esa mujer y ahora soy su paciente con el uniforme de un interno. Tengo que darle crédito a la serie, usa el mismo color de uniforme que el hospital. En la serie el jefe de trauma era un mujeriego, me pregunto qué otras cosas habrán tomado de la realidad. La cortina vuelve a correrse y una enfermera entra con una bandeja.
—Si te duele solo dime, trataré de ser delicada.
Con sumo cuidado saca la venda que hasta ahora ha sido lo único que ha estado deteniendo el sangrado y comienza a limpiar. Es doloroso y por instantes siento que todo me da vueltas.
—Listo, linda. En un momento regresa la doctora y te suturará, si necesitas algo, llama.
Tomo mi celular y envío un mensaje rápido a Amber. Es tarde y debe estar preocupada. Le explico brevemente lo que me ocurrió y que aún estoy en el hospital. Ella se ofrece a venir por mí y llevarme a casa. Es una oferta que debo declinar. Sé que los lunes son pesados y me sorprende que no esté ya dormida, hacerla perder la noche por mí sería una tontería, yo puedo tomar un taxi al salir o pedir un Uber.
La cortina se abre nuevamente y entra Holly con dos internos. Una chica y una chica que llevan el mismo tipo de pijama que yo. Se detiene, observándome.
— ¿Una interna? —pregunta la chica.
—No, doctora Cox, nuestra paciente es la señorita Mathews, sufrió una herida en la cabeza cuando parte del set de grabación afuera del hospital cayó por los fuertes vientos.
—Es un asco esa gente grabando. —comenta el chico.
—La paciente es parte del elenco que salió herido —termina Holly viendo directamente al joven doctor —. Sufrió una contusión por el golpe, suturaré la herida y estará en observación.
— ¿No debemos hacerle preguntas o nosotros suturar?
—No, no tengo tiempo para perder ahora mismo y no dejaré que le cosan la herida y dejen marca en una actriz —los pobres médicos parecen ahora un poco avergonzados —. Observen y aprendan.
Ninguno parece feliz con la idea, pero yo estoy contenta de que no vayan a dejar una cicatriz en mi cabeza.
— ¿Dejará cicatriz?
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A Christmas Gift
RomanceSkylar Mathews es una chica de Kansas que ha llegado a New York persiguiendo sus sueños de ser actriz. Un leve accidente la pone en el camino de la persona correcto, aunque ella se niega a dar su corazón. Las circunstancias en la época navideña la...