- ¡Por fin! - dijo victorioso el oji-verde mientras miraba a un rubio que estaba dormido en uno de los sillones - Oye~ -- ¿Qué es lo que quieres aquí? - Pregunto fríamente aquél chico, en sus ojos se podía ver tristeza, angustia y ningún rastro de vida -
- ¿Tú eres Shu cierto? -el oji-azul se sentó y asintió- ¿No has visto a mi hermano Kanato? -
-No, tal vez Reiji sepa...- dijo mientas se ponía de pie y comenzaba a caminar en dirección a la salida del cuarto. - ¿Qué esperas? -
- ¡Si! -contesto algo feliz, ese chico no era tan engreído como creía.
Siguieron caminado hasta llegar a una habitación bastante grande con enormes estantes de libros, en medio de éstos había un sofá y una mesa, en el sofá se hallaba sentado un chico con anteojos, el cual leía un libro bastante grande al parecer de Raito.
- Reiji - lo llamo el rubio, haciendo que el pelinegro cambiara su expresión tranquila por una de molestia.
- ¿Qué es lo que quieres? -Pregunto con indiferencia, mientras se ponía de pie -Shu...-
Shu suspiro y cerro los ojos, ya que como siempre era imposible llevar una conversación con su hermano.
- Raito, te quiere preguntar algo-El pelinegro desvió su mirada hacia Raito y lo miro detenidamente. - ¿Qué es lo que quieres? - Pregunto tratando de sonar "amable".
- ¿No has visto por este lugar a mi hermano Kanato? -
Si, estaba con ese hombre -contesto calmadamente.
- ¿Porqué preguntas?- Escuche a mi madre decir que Padre se lo había llevado...- dijo bastante calmado, pensando que solo había sido un error.
- P-padre...- Reiji comenzó a respirar agitadamente.
- Ese hombre - por otra parte Shu comenzó a temblar. Raito solo los observaba sin entender.
- ¿Qué sucede? -
- Shu...- llamo el pelinegro.
- Lo sé, Raito, pregúntale a nuestra madre si padre se ha marchado - El nombrado no entendía. - ¡Ve rápido! -
- ¡Si! - El oji-verde salió corriendo de ese cuarto en busca de la segunda esposa. Corrió por varios pasillos buscándola sin ningún éxito, hasta que recordó las palabras de su madre: "Ésa mujer siempre está en el jardín bordando, pff parece una anciana humana" . Raito corrió lo más rápido que pudo y efectivamente, aquella mujer estaba en ese lugar.
- ¡Beatricx! -La mujer volteo y se sorprendió al ver al niño, el cual corría rápidamente en su dirección. - ¿Qué es lo que sucede? -
- Shu, quiere saber si padre se ha marchado - Dijo respirando agitadamente.
-Fue a visitar a Christa-sama, ¿Raito qué es lo qué sucede? -pregunto acercándose a él.
- No lo sé, Shu y Reiji me mandaron a preguntarle eso -Contesto dándose media vuelta.
- Me tengo que ir. ¡Gracias Beatricx! - Comenzó a correr nuevamente.- De nada - Susurro sentándose nuevamente.
Nuevamente el castaño corrió por los largos pasillos hasta llegar a la habitación donde se encontraban sus hermanos.
- ¿Qué te dijo? - Pregunto el rubio.
- Que fueron a visitar a Christa - Los otros dos chicos desviaban sus miradas.
- ¿Qué es lo que sucede con padre? -- Te lo diremos, pero primero tenemos que ir con Subaru - Dijo nuevamente el rubio. - Reiji - el sólo asintió
- Vamos-Raito los seguía sin entender, pasaron unos minutos y llegaron a esa torre, la cual estaba bastante alta y aislada del castillo. - ¿Entraremos a ese lugar? - Pregunto un poco dudoso.
- Si - Contesto Reiji.
- ¡Subaru! - Grito el rubio mientras entraba en la gran torre.
- Cállate... - susurro un pequeño peli-blanco, el cual estaba sentado en uno de los escalones de la torre.
- Perdón - se disculpo tratando de sonar tranquilo.
- Y, ¿Qué es lo que quieren? -Pregunto irritado por la presencia de los contrarios.
- Subaru... - Lo llamo Reiji - ¿Él donde esta? -
Subaru al escuchar "él" se estremeció - Y-ya se ah ido... -
Los dos hijos de Beatrix bajaron la mirada - Ya veo...- Susurro el rubio.
- Llevaba con el a ese niño del peluche. Seguramente se divertirá con él... -
- ¿Q-qué quieren decir con eso?- Pregunto Raito, no entendía las palabras de sus hermanos.
-R-raito...aquel hombre al que llamamos padre...-
En otro lugar.
-¿Qué sucede Kanato? -Pregunto un hombre de cabellos largos y albinos.
- N-no es nada... - Contesto abrazando a su preciado Teddy.
- Mmm... de acuerdo - Dijo suspirando. - Ah, hay algo que tienes que saber -
- ¿Qué es? -
- Vivirás con otros niños -
- ¿Eh? - El rostro de Kanato se lleno de asombro.
-Si, para ser exactos son cuatro- Dijo enseñándole cuatro de sus dedos.
- ¿Son sus hijos? - Pregunto demasiado intrigado, había escuchado de su madre que su padre era mujeriego y además tenía tres esposas, pero ahora le dice que tiene otros cuatro hijos ya es demasiado.
- Los adopte - Respondió como si tener 10 hijos fuera lo más normal del mundo.
- Ah... - Fue el único sonido que salió de los labios de Kanato.
- Sus nombre son Ruki, Kou, Yuma, y el pequeño Azusa, si no me equivoco son un año mayor que tu - Hablo mientras lo miraba fijamente. - Pero...solo Azusa es más adorable y lindo- Esta vez lo dijo susurrando para el.
Kanato guardo silencio, algo no cuadraba bien.
En el castillo.
- ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! - Gritaba Raito.
- ¡Raito! - Grito Shu - Detente, no puedes hacer nada... -
- ¡Claro que haré algo! No dejare que el...que el... - Las palabras no podían salir de su boca, solo podía apretar los puños y mirar al cielo esperando una señal de luz, pero solo pudo ver el cielo nublado y las gotas de lluvia comenzaban a caer.
- Es algo que no puedes evitar...solo puedes rogar para que se aburra de él y lo traiga de vuelta... - Esta vez el que hablo fue Reiji.
- Él tiene razón, no hay nada que puedas hacer - Apoyo Subaru.
- Si le digo a madre... -
- ¿Crees que ella pueda hacer algo contra el rey de los vampiros? - Pregunto aquél rubio - Nadie puede hacer algo para evitarlo, era él o era Ayato... -
- ¡Y-yo tomaré su lugar! -Exclamo desesperado Raito.
- Raito, sabes perfectamente que él te odia - Dijo Reiji.
-Tiene que haber algo que pueda hacer - Hablo mientras caía de rodillas - No puedo dejar que él...él... -
- Abuse de él...- termino la frase aquel peli-negro, el cual bajo la mirada al igual que Shu y Subaru - ¿Al igual que hizo con nosotros cierto? -Termino de hablar mientras alzaba la mirada viendo a los ojos de Raito.
Raito comenzó a llorar.
¿Realmente eso era algo inevitable?Continuara...
ESTÁS LEYENDO
¿Me perdonas?
Fanfiction-Prologo- Cuando te traicionan una vez ¿Puedes confiar de nuevo en esa persona que alguna vez apreciaste, no, más bien que amaste? ¿Qué pasa cuando te enamoras de tu propio hermano? ¿Qué sucede cuando por error sellas tu destino con un demonio? ¿Pod...