[ Advertencia: consumo de bebidas alcohólicas, mención de autolesiones, homofobia, contenido sensible ]
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después de un quinto shot de tequila su garganta se acostumbró al ardor, sus hombros lograron relajarse y pudo disfrutar de la tarta de fresa que pidió cuando ingresó al bar. será el alcohol corriendo por sus venas o el sabor dulce en su paladar, que lo hizo recapacitar si debía seguir persiguiendo al chico de su sueños; después de todo no existe alguien que pueda compararse.
tal vez eso explique el porqué de su estado de ánimo. heeseung tiende a dejarse llevar por lo que dicen los demás (independientemente si es real o no), y al escuchar que sunghoon está enamorado no supo cómo llevar esa decepción amorosa. no es como si él y sunghoon llevaran largas conversaciones: heeseung tiene aquella manía de evitar hablar con él, por miedo a trabarse y que todo tenga un giro aburrido o incómodo.
al parecer los niveles de timidez de heeseung crecen arriba del cien por ciento al encontrarse rodeado de muchas personas; no obstante, con una es suficiente para que la ansiedad se dispare. y está perfectamente bien porque no es algo que pueda controlar solo, para eso está su psicólogo que lo ayuda a poder llevarlo, o al menos poder vivir, con esa ansiedad constante.
incluso sus problemas familiares no le dan tanto temor de hablar.
pasó su cabello hacia atrás, sus dedos deslizándose con facilidad; sin dejar de pensar en cómo sería la chica que roba los suspiros del amor de su vida. en cómo hubiera sido si él fuese una chica linda, extrovertida y atlética. que sunghoon lo esperara después de sus practicas, que lo acompañara hasta el portón de su casa, que los fin de semana viniera a cenar con sus padres y lo más importante: que lo amara.
¿era mucho pedir? lo quería sólo para él: no tuviera ojos para nadie más, que todas su cartas de amor (al igual que sus canciones, poemas y dibujos) fueran dirigidas a él. mientras más deseaba más dolía y no se le hacía justo.
─me trae otro, por favor ─rogó, su estómago seguía sintiéndose vacío y aunque su hígado pidiera a gritos que se detuviera, no podría hacerlo. se dejó llevar por el sabor amargo y adictivo.
por qué la vida debía ser demasiado injusta.
después de beber dos tragos más se acercó con pasos temblorosos a la pista de baile. no estaba en todos sus sentidos cuando comenzó a moverse de lado a lado. se perdió a sí mismo y no recuerda en qué momento fue.
¿habrá sido la primera vez que habló en persona con sunghoon?, ¿o mucho antes? la música sonaba a todo volumen, impidiéndole a heeseung poder escuchar los latidos de corazón. ¿estaba muerto?, ¿aquel era el infierno? sólo quería cerrar los ojos esperando que todo tuviera solución.
naturalmente, sabía que semejante deseo estaba alejado de la realidad.
de un momento a otro heeseung sintió su cuerpo pesado, sus brazos y piernas se movían como si tuvieran vida propia. estaba borracho; sin duda. lo único que tenía en mente eran las palabras de danielle.
él tiene a alguien más.
heeseung lo vio venir. sunghoon es lindo: era inevitable que lo apartaran de su lado.
luego que recobró el control de sus extremidades bailó por última vez, ya sin tanta energía como antes. y no podía sacar de su mente los pequeños ojos de sunghoon, sus lunares, risa, manos (incluso su llanto): e imaginó como sería verlo llorar debajo de él, gimiendo su nombre.
la vida me odia.
heeseung pidió una botella entera de vodka, pagó por ella (además de los tragos) antes de salir. caminaba por las calles en tanto bebía: su nombre como su apellido fueron olvidados. no importaba nada más que no fuera llegar a casa... o donde sunghoon.
hubo un instante donde sus piernas dejaron de funcionar, dando como resultado que su cuerpo estuviese tirado en plena acera. se arrastró hacia la pared, su espalda apoyada en esta mientras bebía las últimas gotas de la botella: preguntándose las razones por las cuales sunghoon y él no podrían estar juntos.
tu recuerdo no se va
balbuceó una parte de la canción que le recordaba a sunghoon. no sabía su ubicación exacta y si sus padres conocían su paradero. tenía suerte de que al día siguiente fuera día libre.
sacó su teléfono de su bolsillo delantero (en ocasiones olvida que posee uno). entró a contactos y con su vista borrosa trató de pedir un taxi. lo cual fue complicado, y optó por rendirse.
sin tener conciencia propia para realizar decisiones coherentes: sus manos teclearon el nombre de sunghoon. heeseung se relamió los labios antes de apretar el ícono de llamar. por lo tarde que era no contestó y heeseung dejó un mensaje.
estaba completamente seguro que se arrepentiría en la mañana.
─hola... te llamo porque creo que eres sunghoon ─ríe mientras juega con la botella vacía─. tienes algo que me hace estar enamorado de ti, es raro decir eso, pero me siento así ─. su sonrisa iba desvaneciendo con cada palabra dicha, las lágrimas comenzaban a hacerse presentes y heeseung no supo controlar lo siguiente─. me... gustas... mucho, sé que te gusta alguien más o es lo que dicen, pero tu lo eres todo para mi. no sabes cuántas veces he llorado todas las noches imaginando que somos felices, con miles de animalitos y viviendo en las montañas (en lugares fríos).
» ¿es muy raro? apenas hablamos segundos y siento que te conozco de años. quisiera ir donde estás, abrazarte mucho y dejar besitos en tu rostro. ¿eso me hace cursi? quiero dedicarte todos los poemas de amor que existen. quiero ser una persona en la que puedas apoyarte cuando te sientas triste. quiero alegrar tus días como tu lo haces con los míos. quiero hacerte feliz, quiero que me ames como yo a ti. es mucho pedir, lo sé. sueno tan patético en estos momentos.
» pero... no quiero que seas solo parte de mi vida, por favor, se mi vida entera.
antes de poder enviar el mensaje cayó dormido. o eso pensó, ya que al perder la conciencia su pulgar presionó el botón correspondiente.
estaba completamente jodido, en todos los sentidos.
damas y caballeros, los invito al día de mi suicidio.
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you know nothing ♥︎'s heehoon
Fanfictiontítulo alternativo: cardigan ¿Heeseung era el todo de Sunghoon?