Capítulo 28 - Revelación

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Hay una tensión en el aire casi tan densa como para tocarla con las manos. Ha estado flotando sobre nosotros como una nube durante toda la noche, aunque los Manobal han hecho todo lo posible por fingir que no pasaba nada. 

El reloj acaba de dar las doce, y todo el mundo se está dando las buenas noches. Ha sido un día largo y agitado y, para ser sincera, estoy agotada, tanto mental como físicamente. Afortunadamente, Acción de Gracias ha terminado oficialmente.

Un par de brazos delgados me estrechan en un suave abrazo y sonrío a Chitthip.

—Buenas noches, cariño. —me dedica una cálida sonrisa y, a pesar de la tensión, me doy cuenta de que es sincera.

—Buenas noches. —le respondo con una sonrisa en los labios.

Chitthip y Marco se marchan del salon en silencio, y como me quedo con Lisa y su hermano, que no se llevan muy bien en este momento, tomo eso como una señal para marcharme también.

—Bueno, estoy agotada. —me dirijo hacia ellos para despedirme —Buenas noches.

No esperaba que nadie me impidiera subir a toda prisa los escalones que conducen a la habitación de Lisa, así que cuando su hermano aparece de repente delante de mi camino, me detengo bruscamente y le miro. Una sonrisa se dibuja en sus labios y, antes de que me dé tiempo a reaccionar, se inclina y me rodea el hombro con su brazo. Me atrae hacia él en un abrazo no demasiado íntimo, lo cual agradezco, porque Lisa ya está clavando dagas en la nuca de su hermano mayor.

Aunque el abrazo apenas dura tres segundos, me basta para distinguir las palabras que Taemin me susurra discretamente al oído para no alertar a su hermana.

—Ven abajo, en cuanto puedas. Es importante.

Al retroceder, me da las buenas noches y desaparece antes de que yo tenga la oportunidad de hacerlo.

Me encuentro con la intensa mirada de Lisa, que me incomoda enormemente, y rápidamente me doy la vuelta y subo las escaleras. Le escucho seguirme, pero no me molesto en reconocer su presencia. En lugar de eso, tomo todo lo que necesito de su habitación y me dirijo al baño.

Su reflejo aparece en el espejo unos minutos después de cepillarme los dientes, y estoy a punto de terminar de trenzarme el cabello cuando me habla.

—Me gustas así. —me dice en voz baja, recorriendo mi cuerpo con la mirada.

—¿Eh? —pregunto mientras miro la pijama que me puse rápidamente antes de abrir la puerta.

—Natural. Cómoda. Bonita. —murmura mientras se acerca despacio por detrás y me pone la mano en los hombros, dándome un suave apretón —Eres una belleza natural... —susurra a mi oído y veo su reflejo en el espejo mientras inclina la cabeza y me da un suave beso en el hombro.

—He olvidado el celular abajo. Vuelvo enseguida. —me aparto rápidamente de ella.

Lisa frunce un poco el ceño, confundida, pero yo solo le dirijo una débil sonrisa antes de darme la vuelta y empezar a bajar las escaleras. Me detengo a la mitad un segundo, solo para asegurarme de que ella no me sigue y, cuando escucho el grifo abierto del baño de arriba, respiro aliviada y bajo los últimos escalones. 

Taemin no está en la sala de estar, así que me dirijo a la cocina. Tardo un momento en verlo, ya que todo está muy oscuro, y lo poco que alumbra es la ligera fuente de luz procedente de las farolas de la calle. Finalmente lo veo en una esquina, recargado en la puerta que da al patio trasero.

—Te has tardado bastante. —dice Taemin mientras se endereza.

Me limito a asentir, ansiosa por saber por qué me pidió que viniera.

WICKED GAME (ROSÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora