Capítulo 29 - Decisiones

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Al día siguiente no pude ver a Taemin. Lisa parecía tener mucha prisa por irse, no sé por qué razón. Lo que sí sé es que esta mañana me he despertado y me he encontrado la maleta hecha. Apenas conseguí poner un pie fuera de la puerta de la habitación antes de que ella me lanzara un par de prendas limpias y me dijera que me vistiera rápidamente.

Intenté encontrar a su hermano mientras ella prácticamente me arrastraba escaleras abajo y salía por la puerta, pero no apareció por ninguna parte. Esperaba que continuáramos la conversación de ayer, pero cuando busqué frenéticamente por toda la casa con la mirada, me di cuenta de que estaba vacía. Ni siquiera pude ver a sus padres en la cocina cuando pasamos corriendo por delante de ella. Sin embargo, cuando Lisa abrió la puerta principal, me di cuenta de por qué. Apenas había salido el sol, lo que significaba que probablemente todo el mundo estaba durmiendo. Bueno, excepto ella y yo, supongo. 

El viento frío me golpea en la cara en cuanto salimos, e instintivamente me envuelvo la chaqueta más fuerte alrededor del cuerpo mientras caminamos hacia su coche.

—Ey, toma. —me llama cuando estoy a punto de meterme en el asiento del copiloto.

Lentamente miro su mano extendida, y tomo el sándwich junto a la botella de agua que me tiende. No me molesto en decir nada y me los pongo en el regazo. Todavía estoy demasiado somnolienta como para pensar con claridad, lo que se demuestra cuando ni siquiera me molesto en cuestionar el extraño comportamiento de Lisa. En lugar de eso, apoyo la cabeza en la ventanilla y dejo que el suave giro del coche me adormezca.

La siguiente vez que me despierto, estamos en la autopista, leo una de las señales y deduzco que queda una hora para llegar al campus.

—Buenos días, guapa. —me dice con una sonrisa mientras me mira fijamente.

—Buenos días. —murmuro suavemente antes de bajar la ventanilla y dejar que la brisa me quite el último rastro de sueño.

Cuando me siento con un poco más de energía, me vuelvo hacia ella en busca de respuestas.

—¿Por qué salimos tan temprano?

Lisa mantiene la mirada fija en la carretera y se encoge de hombros. 

—Porque no quería perder todo el día allá.

Levanto una ceja. 

—¿Así que decidiste que era mejor que nos levantáramos antes de que saliera el sol?

Vuelve a encogerse de hombros, claramente sin interesarse por mi curiosidad.

—Es porque hay menos tráfico. —se limita a decir. 

Capto la indirecta y me doy cuenta de que no me va a dar ninguna otra respuesta, al menos por ahora. Suspiro y busco mi celular en el bolsillo delantero, con la esperanza de que me entretenga el resto del trayecto de vuelta a casa.

—Aún no has comido. —comenta al darse cuenta de que estoy viendo una serie.

—No tengo hambre. —digo sin ni siquiera mirar la comida. 

El sándwich sigue en mi regazo, pero la botella de agua se ha caído por el asiento. No me molesto en recogerla, odio beber agua por las mañanas.

—No importa, tienes que comer.

Le fulmino con la mirada, esperando que se dé cuenta de que no me gusta su tono.

—Comeré cuando volvamos al campus. —respondo mientras intento que no se note mi enfado.

—Roseanne... —suspira, y puedo oír literalmente la irritación en su voz —Por favor. Cómete el sándwich.

—Bien. —digo frustrada y bloqueo el celular. —Con una condición.

WICKED GAME (ROSÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora