Lo había sentido.
Vi la pregunta en su mirada cuando mi mano acarició la suya con gentileza pero me negué a dársela, mi semblante permaneció intacto e ignore lo que había sentido, lo empuje nuevamente a lo más profundo de mi corazón y lo volví a cerrar bajo llave, para que esos sentimientos que he llevado guardados durante años no salgan a la luz de nuevo.
No podía permitirme pasar por eso de nuevo y no podía permitirme hacerle eso a Kiba porque lo amo, esa es la única verdad.
Después de eso, me fui diciéndole alguna excusa y le prometí que pensaría si seguiría con su consejo o no. No creo que sirva para nada pero admito que me da mucha curiosidad ver que tan lejos puede llegar y que tanto Kiba lo puede creer.
¿Lucharía por nosotros?
Una sensación de calma se instalo en mi pecho al pensar que simplemente se daría por vencido y me odie a mi misma por ello. Lo haría y sea cual sea el resultado, me quedaré con él, no puedo dejarlo en el momento más difícil de su vida.
Llegue a casa y Kiba no estaba, esperaba que llegara sobrio y sin pararme a meditarlo más, comence a sacar mi ropa del armario y a meterlo en una maleta, metí lo suficiente y deje lo demás en su lugar y al terminar solo me senté sobre la cama a esperarlo.
No sabía que iba a ocurrir, como iba a reaccionar y la verdad, ya me estaba arrepintiendo de lo que estaba por hacer, así que cuando estaba apunto de abrir la maleta y poner todo en su lugar, escucho la puerta de entrada abrirse y me quede paralizada.
Ya no había marcha atrás, debía hacerlo.
Salí con la maleta en la mano y me lo tope en la entrada dejando sus sandalias en la puerta, hasta que se dio cuenta de mi presencia, me miró de arriba a abajo y justo en ese momento se dio cuenta de la maleta en mi mano. Comenzó a tragar saliva y a negar con la cabeza.
—Hi-Hinata, ¿Qué haces con eso?— pregunto tembloroso, acercándose a mi para intentar quitarme la maleta de la mano y yo la alejé de él como pude y lo mire a los ojos intentando mantenerme firme.
—Me voy, Kiba, no puedo soportar más esto— intento que mi voz no decaiga con mucha fuerza de voluntad y paso por su lado con rapidez hacia la puerta.
El me sigue y me toma del brazo para girarme hacia él, veía desesperación en sus ojos.
—No te vayas, podemos arreglarlo, por favor— me acerco a él y yo me alejé negando con la cabeza y mis ojos llenándose de lágrimas.
—Lo he intentado Kiba, e intentado que esto funcione por tanto tiempo, dos años, dos años intentando que nuestra relación funcione pero no has puesto de tu parte— debo admitir que me estaba desahogando, nada de lo que decía era mentira, necesitaba sacar todo de mi y hacerlo entender que me podía perder —Me siento estancada en una relación que simplemente no avanza, te aislaste en tu propio dolor que ni te diste cuenta del mio, llegas ebrio los dias, dejaste las misiones, te abandonaste, me abandonaste, abandonaste esta relación y me dejaste a mi cargando con todo el peso de ella y estoy...— tomo aire, cierro los ojos — agotada —vuelvo a abrir los ojos y lo miro fijamente, las lágrimas habían desbordado mis ojos. —No puedo más, no puedo seguir así, si no vas a cambiar, es mejor que esto termine—
Termine de decir y todo se quedó en silencio, la tensión que había en el ambiente me hacia sentir asfixiada y Kiba me miraba, no sabía como identificar su mirada pero solo se quedó así, viéndome fijamente. Hasta que después de unos minutos en el que estuve a punto de darme la vuelta y marcharme decepcionada de su falta de reacción, él cae de rodillas frente a mi, lo que me hace retroceder sorprendida.
—Lo lamento, Hinata, he sido el hombre más despreciable de todos— murmura, tomándome de las caderas y levantando la cabeza para mirarme desde abajo, se le notaba la vergüenza en los ojos —Me avergüenza tanto haber actuado como he estado actuando durante estos dos años, el no poder darte una familia me dolio tanto que pensé que había fracasado, que te había fallado— Kiba, sin previo aviso, comenzó a llorar y eso me alertó.
—Kiba, cielo, levántate, ¿si?, no tienes que arrodillarte— solté la maleta y los agarre de los brazos para levantarlo del suelo pero se negó rotundamente a ponerse en pie.
—Se que es egoísta de mi parte, que debería dejarte ir y que busques tu felicidad lejos de mí pero no puedo, te amo demasiado como para dejarte marchar, porque te quiero a mi lado y porque en este momento te juro, Hinata Inuzuka, que voy a cambiar, que dejaré de tomar y comenzaré a tomar misiones de nuevo y que voy a hacerte feliz, juro ser el hombre que necesitas— me miraba con tanta sinceridad y cada palabra la decía con tanta seguridad que le creí completamente.
Estoy segura que cumplirá su palabra porque estaba vez esta hablando con el corazón.
'No te cases con él, Hinata, se que esto es egoísta pero, maldición...Te amo, te amo tanto y quizás hay alguna pequeña posibilidad de que me sigas amando y si la hay, por favor, no te cases con él.'
Ese recuerdo pasó repentinamente por mi mente y me odio totalmente por pensar en eso en una situación tan seria como la que estaba viviendo en ese momento.
—Kiba, esta bien, levántate, lo intentaremos ¿si?, salgamos adelante— lo volví a tomar de los brazos y esta vez si se dejó levantar por mi —hagamos todo para que esto funcione, volvamos a ser la feliz pareja de antes—
—Hinata, te amo, te amo tanto— me abrazo fuertemente, aun llorando y yo le regrese el abrazo.
Lloraba.
Pero no lloraba por él, lloraba porque pasarán los años que pasasen, él no salía de mis pensamientos y me odiaba a mi misma por pensar en otro hombre con mi marido mostrándome su lado más vulnerable.
Me odiaba tanto que lloraba del enojo y de la decepción hacia mi misma.
No se si Naruto y yo podemos ser amigos.
—Yo también te amo Kiba— susurre entre lágrimas, apretandome contra su pecho con fuerza y sintiendo su mano acariciando mi cabello.
No podía hacerle esto a Kiba, no podía hacerle esto a Naruto y no podía hacerme esto a mi misma.
Tengo que alejarme de él, tengo que hacerlo antes de que sea demasiado tarde. Antes de que todo esto se haga demasiado grande y no pueda hacer nada.
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Carta para mi amor imposible || NaruHina
FanfictionFinalmente tome el valor de renunciar a ti y eso aunque me duela, es lo mejor y me hace sentir orgullosa de mi misma. Adiós, Uzumaki Naruto.