📖CIENTO CUARENTA Y DOS📖

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P. O. V. LEVI:

La reunión con la Reina había resultado casi en un fracaso total, o al menos fue lo que yo considere, hasta que al llegar con Ami ella dijo lo contrario:

-¡Son buenas noticias! - celebró emocionada. - Digo, conseguiste salvar nuestro pellejo nuevamente y ganaste tiempo para buscar a nuestros hijos...

-¿El embarazo ya te afecto? Se te olvida que ahora tengo el problema de la RG encima... - le recordé de mala gana.

Estaba ella sentada en su cama del hospital, con una mesa movible frente a ella, llena de chocolates, frutas y jaleas; se cruzo de brazos.

-Técnicamente ese ya era tu problema... Bueno, nuestro problema... - comentó ella.

Miro con recelo la manzana de su mesa y la tomo para poder ponerle algo de jalea de frambuesa. La mire con atención con una mueca, sus antojos eran realmente extraños de vez en cuando.

-Si, pero ahora... - comencé a decir antes de que ella añadiera chocolate a su manzana. Repito, sus antojos eran raros. - ¿Estas segura de que puedes comer esa cantidad de azúcar?

-¡Claro! - confirmo ella, mordió su manzana y con la boca llena añadió: - Bueno la verdad no, solo sé que las enfermeras cumplen mis antojos...

-¿Eso es un antojo o una bomba de azúcar?

-¡Calla! Es tu culpa por querer otro hijo... - me reprochó.

Me señaló acusatoriamente y por el movimiento algo de jalea me salpico la cara. Suspire mientras tomaba una servilleta y me limpiaba, ella sonrió divertida.

-¿Yo quería otro? Fuiste tu la que lo sugirió aquel día en la playa - le recordé de mala gana por lo pegajoso que me había dejado.

-Aja, pero ¿tenias que hacerme caso aquella noche? - me reprochó burlona.

Al instante me quede petrificado. Solo atine a mirarla incrédulo antes de recuperar el habla. Claro que recordaba aquel día: había tenido que venir a la Capital, Kai me acompaño y mientras hacíamos las compras se me había ocurrido la grandiosa idea de comprarle flores a Ami... Una cosa llevo a la otra aquella noche y henos aquí...

-Diría algo, pero nos hemos desviando... - evadí el tema.

Dio una mordida más a su aperitivo, recelosa por mi respuesta, pero al final asintió con energía, dejó de lado la comida, se lamio los dedos y me miro:

-Sabes donde encontrar a la RG, así que finge que los investigas mientras encuentras a los niños, después organizas un escuadron y vas en busca de la RG, ¡Fácil!

-Tener un plan no es lo que me preocupa... - le dije tratando de robarle una manzano, ella me dio un manotazo.

-¿Entonces?

-Me preocupa que no tenemos la menor idea de donde esta Kai, Melgar esta investigando, pero no hay avance alguno... Ya pasó una semana y...

Ami cambio su expresión por una que avisaba que estaba por vomitar. Me agache al instante por el recipiente que tenía para ello y se lo pasé; tal como predije, comenzó a vomitar, me senté a su lado para apoyarla y sostenerle el cabello.

-Agh... Ya no quiero manzana... - se lamento aun con la cabeza dentro den recipiente. - ¿Sabes que es lo peor de todo esto?

-¿Que no estamos llegando a nada ninguno de los dos? - me aventure a decir.

Volvió a vomitar y pidió un momento. No me molestaba esto, de hecho me recordaba a cuando estuvo embarazada de Kai, pero si me dolía ser solo un espectador de su sufrimiento.

-No... - negó recuperándose. - Lo peor es que yo estoy aquí tirada en cama, comiendo y vomitando, mientras tu estas arriesgando la vida allá afuera... Quiero ayudar...

Suspire y deje de lado el recipiente.

-Ya hablamos de eso. Si no estuvieras delicada de salud, podrías ayudar...

-Y si yo ayudara, no estarías preocupado por la RG, porque yo me encargaría de eso mientras buscas a Kai...

-Eso no me quita una preocupación, solo se añade otra...

Abrió la boca para protestar, pero se detuvo cuando llamaron a la puerta:

-Adelante. - autorice.

Al instante la puerta se abrió dejando entrar al mensajero, me entregó las cartas habituales y se marchó. Comencé a revisarlas con Ami a mi lado tratando de leer algo.

-¿Buenas noticias? - pregunto esperanzada.

-Ninguna...-dije. Pase a la carta del capitán que había dejado a cargo en mi lugar. - Mañana terminan de revisar Stohess, pero no hay señales de los niños.

-¿Qué va a pasar si no están en el país?

-No lo sé... No creo que hayan llegado tan lejos, deben de estar aquí... - respondí frustrado.

Ami me rodeo con sus brazos, más que nada para consolarnos a ambos, pues realmente lo necesitábamos.

Por el resto del día y ciertamente los días que siguieron, mi preocupación por mi trato con la Reina, las malas noticias de que no había rastro de los niños y la poca estabilidad en la salud de Ami, fueron temas que rondaron en mi cabeza. La búsqueda no avanzaba, nada estaba saliendo bien y eso me frustraba. Así paso el resto de la semana, hasta que llego el sábado nuevamente.

Armin, Eren y Mikasa habían terminado de revisar sus zonas y ahora estaban frente a mi escritorio en mi oficina:

-¿Cómo esta Ami? - pregunto Mikasa.

-Técnicamente bien, pero el no tener noticias de los niños la hace recaer... - confesé afligido.

-Sabíamos que quizá no encontraríamos nada en los distritos. - señaló Armin. - Deben estar aun en la capital.

-Eso espero, pero Hange no ha encontrado nada tampoco. - explique.

-¿Qué hay de su alumna? ¿Te ha dicho algo sobre alguna pista? - pregunto Eren.

-Si, pero tampoco ha tenido suerte. Ella esperaba que Kai estuviera visitando a las familias cuyos hijos murieron durante las expediciones de la Legión, pero hasta ahora nadie ha visto a los niños. - le respondí recordando el contenido de la última carta de Melgar. - Tiene a alguien analizando el diario que comenzó todo esto, pero aún no tiene otra pista.

-Ya son dos semanas y media, ¿estarán bien? - se aventuró a decir Armin.

No tuve el valor de responder. Sabía que nuestros hijos podían ser capaces de sobrevivir, pero al no saber nada sobre su paradero estaba comenzando a creer que lo que deberíamos buscar eran sus cuerpos, lo cual no era nada agradable de pensar.

-Si lo están... - aseguró Mikasa optimista. - Si siguen juntos estarán bien.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora