Uno

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Conterstine. La puta madre, como odio a ese pibe. Odio que cada día de su vida llegue a quejarse de las grandes cosas (por no decir desgracias) que suceden en su patética vida.
Es estresante, habla, habla y habla. Se queja del clima, del tipo que le gusta, que no le da bola y... Solo quiero ahorcarlo.

Como justo ahora que está sentado a mi lado, a la vez que estoy dandome de golpes en mis manos. El albino se mantiene hablando del porqué el pibe que le gusta deberia darle bola. Posta, me chupa un huevo.

—Él ni siquiera voltea a verme

Me pregunto, ¿acaso ese pibe tendría la capacidad de hacerlo callar? También me cuestiono si siquiera le habla.

—¿Al menos le hablas?

Él me mira anonadado, jamás le había contestado a una de sus preguntas, más que preguntas, jamás le respondí. Apuesto que apenas y conoce mi voz. Nunca me dan ganas de contestarle porque solo sería entrometerme más.

—¿Qué?— Él me mira y se cohibe— Bueno, sí.

—Él te tiene que hacer callar.

—Ehh. Tú no crees que hablo tanto— Me observa de nuevo y regresa la vista al frente— ¿O sí?

Suelto una risa amarga y junto ambas de mis manos. A mi lado esta Farfadox leyendo un libro de la materia, intentando ignorar a la vez al tipo que está a mi lado, y Conter solamente esta temeroso a lo que vaya a responder.

Sería un buen momento para decirle que lo odio, que esperaba que reprobara la materia de artes de la que me culpaba por no prestar atención; que quería que se le cayera el sanguche que se comía cada mañana de igual manera. Nunca cambiaba. ¡No lo entiendo! Sin embargo, me resigno a no ser tan hijo de puta.

—Si, eso creo, Conter.

—¡Ehh! ¡eres muy malo!—siento una piña en mi hombro. Sé que viene de nuevo su gran hablar y observo a Farfa ponerse de pie.

Le pregunto con la mirada el por qué de dejarme en la guerra solo. Siento miedo del abandono y poco apoyo que tendré.

—He estado suficientes veces desayunado con ustedes como para saber que sigue— Habla serio. Cruza ambas piernas de la banca roja y sonríe— Además, tengo que devolver el libro.

—¿Qué sigue?—Pregunta Conter. El farfano rueda los ojos y me hace un mohín diciendo "suerte". Volteo a ver a Conter y recargo mi barbilla en la palma de mi mano— ¡Claro! Ustedes piensan que yo hablo, hablo y hablo, ¿no?. Pues claro. Los chicos como ustedes nunca entienden todo esto. Solo miran por...

Me mantengo al tanto de lo que sea que esté detrás de su mirada. ¿Por qué sigo aguantando? ¿Por qué no simplemente me pongo de pie y le digo que deje de joder tanto?

—¡Tú eres malo conmigo! Solo hablas para decirme cosas feas, eh. ¡Spreen, casi puedo jurar que te odio!

También lo odio. ¿Por qué no le digo que lo odio? ¿Por qué sigo sentado aguantando que me de golpes en el hombro?

—¿Ves? ¡Ni siquiera me prestas puta atención!

Quizá hasta te presto más "puta" atención que cualquiera que esté en este lugar. Y no sé porqué. ¿Podes decirme vos?

—Cuidá tu vocabulario—Menciono vagando fugazmente la mirada en él.

—No me vengas con esas estupideces, ¿¡por qué eres así!?

Le detengo de una buena vez la vista a los ojos y fuerzo una sonrisa. ¿Por qué no me pongo de pie y ya? ¿Por qué sigo como un boludo?

—Los chicos que hablan así no se ven bonitos, ¿entendes, hablador?

—¡Deja de molestarme! Te he escuchado hablar así, no puedes decirme nada. Ehh, entiendo... eres de esos chicos—Comienza de nuevo. Intento ahogar una sonrisa en mi garganta— No soy hablador, yo simplemente expreso lo... ¡Deja de reírte puto!

Observo bien su rostro. Está con la mirada fija en algún punto del recinto, quejándose de lo que me da igual. En un momento ya está hablando de lo que le he dicho. Bien, él pudo interpretar que le dije lindo. Sus cejas se juntan porque esta enojado y sus labios se mueven junto con sus manos. La piel pálida tiene un brillo aquella mañana y el buzo de dinosaurio solamente le hace ver mas brioso.

—Spreen, prestame atención. ¡Soy tu amigo y nunca me prestas atención!

¿Por qué no te callas, Conter? ¿Por qué mejor no te vas vos?

Bien. Estoy delirando.

—Conter... Conter—Él sigue y sigue. Me dan ganas de sonreír pero no, no puedo— ¡Conter!

Él me mira

—¿Qué?

Por primera vez me presta atención, durante... que se yo. Tanto tiempo que espere este maldito día. Por fin le diría todo, le diría que lo odiaba. Que lo odiaba tanto que... No sé. ¡Que lo odiaba! Y él por fin se iría con sus amigos, me quedaría con los mios. Y nunca más volvería a verlo.

Ah. Pero no.

—Cállate

Sus cejas se juntan. Se lo que sigue, lo sé perfectamente.

—¿Callarme? ¡Callate tú, tonto! ¡Déjame hablar, tu siempre haces tus cosas, y siempre me quieres decir que hacer o qué no!— Está enojado— No, no Spreen. Para de ser así, ¡casi te odio!

¿Por qué, Conter?

Planto un beso en sus labios. Él se mantiene estático, no se mueve. Sus manos se aferran a mi remera, mientras yo me aferró a sus hombros. En unos pocos segundos, me separó de él.

—Cerrá el orto, ¿Sí?

¿Por qué me gustas?

.........

si alguien de argentina puede decirme donde puse los modismos horrible lo apreciaria qlfjalfkwl No soy de argentina sepan disculpar

Cállate (Spreenter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora