Paralizada.

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Paralizada estoy. Mi cuerpo está en pausa, mi corazón está en guerra y yo nose para donde salir.
Estoy en una situación de dolencia. Donde mi cuerpo y mente no pueden contactar. Si bien el dolor de corazón se relaciona con mis ganas de vivir, es inmenso el sentimiento de confusión.
Por dentro tengo muchas ganas de vivir, avanzar, ser feliz. Pero tengo cosas pendientes que no me lo dejan seguir. No por que no quiera sino por que no se me dan. Hay veces uno sabe que es lo correcto que le haría bien al alama, a los sentimientos y al cuerpo. Pero está fuera de uno eso.
Ojalá todos tuvieran el don de controlar sus emociones, pero no se puede. Por qué hay veces que las emociones son de uno personal y otras veces hay personas que controlan nuestras emociones.
Sea un comentario, una charla, un amor, eso nos deja a nosotros de lado y repercute la visión del otro sobre uno mismo.
Cómo nos lastima y hay veces nos fortalece la opinión del otro sobre uno. Lo lastimoso que puede ser el sentir. El corazón sin movimiento ya que no sabe para donde salir y el cuerpo en pausa esperando una señal para mejorar.
En mi parte el corazón y el cuerpo jamás los pude controlar. Tengo mucho junto, muchas cosas que por el momento y a lo largo de mi vida me afectaron emocionalmente. Desganaron y lastimaron mi corazón. Hay veces no todos sentimos igual o vemos lo mismo. Pero cuando uno de chiquito se siente desamado cuesta mucho aprender a amar. Y cuando uno consigue lograr conectar con alguien es muy difícil dejar. En lo personal, yo amo mucho y muy intenso internamente pero me cuesta demostrar amor por el simple hecho de salir lastimada, por querer ser más fuerte cuando no lo soy. Me cuesta tanto amar y confiar que cuando lo hice hoy le debo a mi corazón muchos abrazos para sanar. Y me doy cuenta en el hecho de que cuando peleo con mi familia me lastima tanto no poder estar ahí, hablar con mi mamá. Es un sentimiento tan grande de culpa que no me deja respirar. Por que siento preocupación a que me deje de amar. Cuando me enamore y aprendí lo que significa el amor me di cuenta que me pasaba lo mismo. Me dolía tanto pero tanto, que sentía que tenía que confrontar y ser más fuerte. Pelear y estar mas arriba como le hago a mi mamá. Pero cuando me siento un momento sola, es imposible controlar el llanto y la angustia al miedo que me dejen de amar. Será por qué de chica pedí mucho amor todos los días y no entendí nunca por que yo no era. Por que? Por que no me puede amar mi papá, que hice mal yo para recibir eso. Teniendo solo 6 añitos sentir esa sensación de culpa. Y con los años siguió pasando. Me cuesta mucho generar relaciones y lazos por el miedo a me fallen. Mis amistades dolían tanto que prefería alejarme para no sentirme mal. Muchas veces las personas no entienden lo que el otro pasa o cuán frágil puede ser. O que les paso para ser así. No es culpa del otro, pero si de uno mismo es lastimarse.
Jamás entendí por que me pasaba lo que me pasaba, por que tenía esa necesidad de encerrarme y hacer cosas que me dolieran. Después de más grande entendí que era por rencor hacia mi, que yo estaba tan dañada que era la culpable. Después de unos años encontré una bandita que me sanó por un grande tiempo, no me dejó respirar y eso me ayudó a dejar de pensar, dejar de lastimarme y poder ver que si puedo ser amada. Hoy no la tengo.
Hace un gran tiempo y todo volvió. Una vez mamá de chiquita me vio por abajo de la mesa, tenía la pollera del cole corrida y no dijo nada. Solo me pregunto si estaba todo bien e intento calmar esa agonía que sentía. Ese mes conoci a mi mayor tormenta y por mucho que lo seguí haciendo las cosas fueron bajando solas. Había días buenos, días malos, uno nunca sabe que es lo que puede pasar en su mente. No es culpa de nadie, nadie puede hacerte lo que te hace tu misma mente. Más allá de que las cosas influyen cómo les contaba, lo que le atormenta a uno es su mente y no tener control sobre la agonía.
Durante estos años me controlé el impulso por vergüenza a me vea ese dolor alguien que amo. Pero hoy que no está es inevitable, estar sola te da mucha tiempo para pensar y a alguien como yo que sobrepiensa mucho es difícil controlar a la mente de las mayores cosas, después de un tiempo intenté mantenerlo atado al sentimiento de dolor, pero un día solo no me dejo más opción. La mente no la pude controlar. Y todo eso, las ganas de dolor volvieron a regresar. Hay veces uno no actúa como le gustaría pero mi mente habla distinto, me pide cosas que me duelen. Y no puedo controlar a mi cuerpo. Hoy entendí que usar pollera no era opción.
- Pauli

Parálisis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora