Ira

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Y ahí me encontraba yo, bajo un cielo rojo como el rubí.

Y ahí estaban ellos, buscándome bajo la luz de la luna carmesí.

Esa noche la iluminación de las estrellas era tan fugaz que desaparecí.

Y es por eso que ya no estaba allí.


En el interior de un inmenso bosque me decidí refugiar,

junto a un lago, donde me pare a pensar...

"Me pregunto como ha de ser así algo que yo no pedí."

Entonces su voz me aconsejó: "Si estás insatisfecho con lo que te acabas de ganar,

mejor sal de aquí y no vuelvas a entrar.

Pues si bien los problemas se los busca uno nada más...

Otras veces son pruebas que a ti te han querido regalar.

De este modo has de saber que viniendo aquí no te vas a librar."


El bosque, muy sabio en ese entonces, hizo que me armara de valor aquella noche sin temblar.

Volviendo hacia atrás, saliendo por el mismo lado por el que recién acababa de entrar.


El camino de rosas desapareció y la luna dejó de brillar...

De la misma manera en que regresó la paz... Aquella gente no volvió jamás.

Y así fue como esa noche fui capaz de ganar un conflicto sin tener armas con las que luchar.


IraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora