Capítulo 48: Un pacto - Final

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¿Han tenido alguna vez la maravillosa sensación de enamorarse? Ese momento único en la vida en que te sentís invencible. Salís a la calle y todo brilla, todo está feliz: El sol, el cielo despejado, la brisa cálida. Todo el mundo te mira a vos, porque vos mismo, resplandeces y contagias sonrisas. Hasta te parece que de pronto podrías ponerte a bailar y cantar en medio de la calle, y la ciudad entera se uniría a tu musical.

Pues bien, así era como se sentía Matías hoy. Eran las siete de la mañana, y su hermano lo había despertado con un desesperado grito para pedirle que comprara facturas para los niños ya que él estaba "resfriado". Traducción: "Anda vos porque yo no tengo ganas".

Aquella mañana llovía torrencialmente. No llevaba paraguas, estaba empapado, y Matías tenía unas irresistibles ganas de gritar a todo pulmón lo mucho que le gustaba la sensación de las gotas de agua cayendo sobre su rostro.

-¿Señor...? ¡¿Señor?! -la encargada de la confitería intentaba sacarlo de su ensueño.

-¿Eh...? - replicó él, aún embobado.

-Las facturas están listas -le anunció.

-Oh, eh... claro, me las llevo.

¿Por qué estaba tan nervioso? No era como si no tuviera la certeza de que ella finalmente pronunciaría las palabras "Sí, acepto" y todo estaría perfecto. Más perfecto de lo que jamás hubiese soñado. Sí, lo sabía. Estaba seguro. Tal vez por lo mismo, tal vez esa seguridad le causaba esta emoción inusitada, que probablemente estaba confundiendo con nerviosismo.

Pero sabía que no debía estar nervioso, la noche anterior habían hecho un pacto. Todos habían jurado estar siempre juntos, no tenía porque temer.

FlashBack

Estaban todos sentados en una ronda en el suelo, en medio del lobby, como lo hacían cada vez que tenían que hablar de algo importante, sólo que esta vez, lo único importante era pasar un tiempo en familia.

Daimon tocaba una melodía en el piano, Manuel algunos acordes en su guitarra, y Azul y Maia cantaban. Mia dormía entre los brazos de Ailen, su madre, y los niños comían unas galletas que Venecia había hecho, mientras escuchaban la canción en silencio.

-¿Qué les parece si brindamos? -dijo Noah cuando las chicas terminaron de cantar.

-Me parece una gran idea -le contestó Venecia.

Cada uno agarró su vaso y Noah, luego de pensarlo un poco, dijo:

-Por la esperanza, y por la familia.

Y brindaron, sintiendo el amor y la amistad en el aire. Noah sintió como Adam se lanzaba sobre él y comenzaba a hacerle cosquillas. Rió feliz y miró a su alrededor.

Devi y Valentín abrazaban contentos Mary y Taylor; Daimon y Ailen acariciaban felices a la pequeña Mia; Joaquín y Maia reían al ver como Bruno le hablaba a la abultada panza de Maia, donde estaba su hermanita; Franco y Azul llenaban de besos a Antonella, que reía divertida; Manuel y Gisel se besaban con ternura; Inti y Emma jugaban con Tomás; Gopal acariciaba el vientre de Ámbar donde estaban sus gemelos, haciéndola reír; Matías y Guadalupe atacaban a Luz con cosquillas...

Noah miró a su derecha, Venecia y Adam lo miraban. Entonces pensó: a su esposa y a sus hijos los tendría siempre, pero... ¿y a sus amigos?

-Quiero que hagamos un pacto -dijo sorprendiéndolos a todos.

-¿Un pacto? -Matías lo miró extrañado.

-Si, un pacto de amistad -entonces todos, que aún seguían extrañados con la propuesta de Noah, ya que no era propia de él, volvieron a sentarse en una ronda y lo miraron.

Aliados 3 Temporada [Completado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora