Lo que me faltaba, que un problema peliverde tuviera que seguirme.—Pero qué...
—Se lo que vas a decir.—Interrumpe.
—No deberías estar aquí.
—Pensaba irme a casa.
—No quiero oírlo.—Baje mi arco.
—Pero es que habían demasiadas plantas muy...
—Y ahora lo tengo que oír.—Dije mientras él seguía hablando.
—...extrañas que me resultaron interesantes—saco algo de su bolso—. Mira esto—se trataba de una juribina. Una flor normal de 5 pétalos color amarillo cristalino—. Sabe a miel, tiene miel—terminó diciendo con un brillo en sus ojos, como si fuera más raro encontrar una flor que crea miel a encontrar una vaca volando.
La juribina es la planta más normal que he visto—hasta ahora—capaz de producir miel por ella sola, la conozco porque a veces la suelo utilizar para hacerme mi leche de juribina o leche con miel. Su aspecto como bien dije es de lo más normal, una flor, 5 pétalos, amarilla, lo único que las diferencia de ser juribinas es que tienen una bolita en medio algo grande y muy redonda color transparente, se la quitas y de ella sale la miel.
—Wow, que gran descubrimiento Izuku, arriesgaste tu vida por una Juribina.
—¿Kure-qué?
No le respondí, dejando la pregunta al aire seguí mi camino haciendo a un lado esa hoja para volver a casa.
Al parecer el peliverde no paraba de seguirme.
—Okey la Kurebania es muy deliciosa, más que la miel que compras fuera del reino pero...—se terminó callando al observar esa casa, la casa en donde vivo.—. Wow, dime que no vives aquí—al ver que seguía sin responderle volvió a hablar—¿Por qué vives aquí? Digo... no es muy malo pero nunca había visto a alguien vivir en el bosque. No sé qué me sorprende más, la flor o tú viviendo aquí.
—Se llama Juribina no Kerubina—corregí—. Es la única planta menos rara que encontrarás por su físico pero no muy normal como para crear miel por su propia cuenta ¿sabe rica? Si ¿más que la que tú has probado? Ni idea—abrí la puerta de mi casa y volteé a verlo—. Y si tanto te sorprende verme vivir aquí regresa por donde viniste.
—N-no no me sorprende—hubo un silencio algo incómodo hasta que Izuku volvió a hablar—. Bueno si me sorprendió pero no lo dije con una mala intención, de hecho se me hace genial vivir aquí, poder explorar algo que casi nadie sabe que existe, conocer cosas nuevas, qué son capaces de hacer y porqué.
Me sorprende la respuesta que da Izuku. Es como la misma curiosidad que mi padre tiene hacia ellas. El ver cómo se le iluminan los ojos y hablar tan emocionado contándome su posible "descubrimiento" de la juribina me da algo de ternura.
Mi padre también era antes así conmigo, a veces lo es pero por ahora no, siempre que descubría algo me lo contaba como si fuera algo fuera del mundo, algo único, y bueno, obviamente es algo fuera de lo normal, aquí nada es normal dentro de este bosque.
Quizás le haya juzgado mal al pensar que sería un problema tenerlo cerca.
—Gracias, vuelve a casa.
—Si yo...
—¿Qué?
—No me sé el camino de regreso—solté un suspiro—. Pero si me dices cómo puedo regresar.
Bien. Me retracto de pensar que no sería un problema.
Es ya muy oscuro y no creo que sea seguro regresar. Me sé el camino de regreso pero de noche no salgo, todavía no conozco lo suficiente de plantas como para que por error toque una y caiga muerta. O peor aún, que por mi culpa él caiga muerto.
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Dulces traiciones (Katsuki Bakugo)
FanfictionTodo tiene una historia. Todo tiene un porqué. Todos tenemos secretos. Cada cosa es extraña en Tezuma, un reino dirigido por Katsuki Bakugo. Y así como todo tiene una razón, Najuny Gameyu, una chica con un buen dominio con el arco, decide encontra...