Capítulo 21 - Cazando Fantasmas

157 10 8
                                    

Iván y Julia están en el recreo. Iván la atrae hacia él para decirle algo al oído y ella ríe.

- ¿Qué? ¿No te gusta?

- No, no me gusta. - Dice, coqueta.

- Ven aquí. - Se dan un beso lento y ardiente.

- Separaos ya que esto todavía es un colegio! - La inspectora los regaña.

Iván toma a Julia de la mano y la lleva hasta el baño de chicos.

- Iván... - Dice Julia entre risas cuando se da cuenta de dónde la lleva.

- Tengo que mostrarte algo, ven. - Iván la coge por detrás y le besa la oreja.

Los dos entran y cierran la puerta para empezar a besarse. Iván desabrocha el jeans.

- Si es eso ya lo he visto mil veces! - Bromea Julia. Los dos se ríen.

- No seas malpensada, mirá. ¿Qué te parece?- Iván baja un poco su jeans y los calzoncillos, para mostrar algo en su cadera izquierda.

- ¿Y esto? - Julia mira con una expresión de ternura y sorpresa. En la pelvis de Iván, abajo de una cicatriz que tenía, había un pequeño tatuaje.

- Es para ti. - Le sonríe, pícaro.

- ¡Es un fantasmita! - Julia ríe. - ¿Cuándo te hiciste eso?

- Ayer. Era una sorpresa. ¿No te gustó?

- Sí que me gustó. - Ella sonríe, todavía derretida por el acto. El dibujo era pequeño y sencillo, pero significó el mundo para ella. - Muy mono. Pero, ¿qué va a pasar cuando me cambies por otra y tu nueva mujer vea esto? - Julia entrecierra los ojos, provocante.

- Pues... va a tener que acostumbrarse. Yo de ti no me olvido jamás.

Se besan otra vez, la mano de Julia siempre en la nuca de Iván, y la de él tocándole el culo. Siguieron besándose y metiéndose mano, con los pantalones de Iván aún desabrochados. En el internado hacían cosas indecibles por los baños, y aparentemente en el nuevo cole sería así también.

***

Más tarde, los chicos estaban reunidos en el cuarto de Marcos, "cuidando" a Samuelcito mientras Sandra asaba un pastel para la merienda de la tarde.

- Dijo Jacques! Escuché muy bien. - Relató Julia sobre lo que había vivido el día anterior.

- Tenemos que seguirla otra vez.

- No, Vicky. Ella sabe que la seguimos, para la próxima nos puede tender una trampa.

- Pero puede que sea la única manera de saber dónde está mi padre. - Dijo Iván, luego poniéndose molesto por haber dicho "mi padre". Aunque lo odiaba, era fuerza del hábito de una vida entera.

- No creo. Tenemos que pensar en otra cosa, yo también no me fío de Sonia. - Agregó Marcos.

- Chicos, yo les creo todo, pero es que no caigo que Sonia sea una especie de agente secreta nazi? Estuvo los dos últimos meses de mamá ayudándola y viviendo con nosotros...

- Lo siento. - Marcos la miró con pena y le hizo una caricia en la pierna. Obviamente, todos pensaban lo mismo: que a lo mejor a Sofía la habían matado. Y tenían razón.

- Bueno, pues, digo yo, por eso mismo tenemos que llegar al fondo de todo esto. - Faca se acercó a sentarse al lado de su hermana, y la abrazó.

Mientras los demás hablaban y pensaban en maneras de llegar a Noiret, Julia sentía un olor muy fuerte a manzanas. Como si alguien estuviera haciendo un té, o sacando una tarta del horno. Se dió cuenta que nadie más notaba y luego supo lo que estaba pasando. Fue cautelosamente saliendo de la habitación y siguiendo el olor. Bajó, vio a Sandra en la cocina y le preguntó, pero el pastel que hacía era de chocolate y no llevaba nada de manzana. El olor era cada vez más rico y más fuerte, hasta que llegó al jardín y al arbolito que había plantado Marcos. Y allí, de pie y con el uniforme del Laguna Negra, estaba Carolina.

El Internado: Volverá La LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora