🚔Irrompible🚔 (JIKOOKMIN)-Completada.

🚔.2.🚔

El más alto no pudo evitar recorrer al castaño de la cabeza a los pies y luego de vuelta, Park Jimin seguía siendo el mismo seis años después, aunque podía apreciar pequeños cambios, su altura era la que recordaba, y eso que las botas reglamentarias le daban unos centímetros de más, seguía siendo delgado, pero ahora la diferencia entre el ancho de hombros y brazos con respecto a la pequeña cintura parecía aún mayor que antes.

Aunque tal vez eso se debía a la camiseta ajustada que llevaba metida por dentro del pantalón de uniforme.

Su rostro seguía siendo el mismo, nariz pequeña, labios gruesos y ojos bonitos, aunque tal vez su cara parecía más delgada y su mandíbula algo más marcada.

En definitiva, tenía un aspecto más maduro.

Jungkook apartó la mirada y tomó un puñado de servilletas para dirigirse a la mesa que ya estaba lista.

—¿Qué tal, Jimin?

Habló de manera despreocupada y le echó una última mirada con una pequeña sonrisa, tratando de verse amable pero tranquilo. Entonces vio al chico de lado y no pudo evitar fijarse en cómo le quedaban los pantalones de trabajo, tragó saliva de inmediato y se sentó apresurado en la mesa.

"Joder, Jungkook, ya lo habíamos superado, ¿no?"

Se maldijo a sí mismo internamente y comenzó a cortar la empanada para distraer su vista. Jimin había sido su primer amor y aunque habían pasado seis años el mayor seguía siendo atractivo, podría jurar que mucho más de lo que era antes.

Pero solo era eso, se sentía un poco nervioso por el recuerdo de sus antiguos sentimientos y porque el mejor amigo de su hermano es atractivo y eso nadie lo podía negar.

—Guau, estás... Enorme.—Respondió Jimin sentándose en la silla del centro sin apartar la vista del más alto.

Y Jungkook se sintió avergonzado, bajó aún más la cabeza si podía y esperó no haberse puesto demasiado rojo, pues el castaño le prestaba tanta atención que por un momento deseó haberse quedado en su cuerpo de quince años, ese por el que Park Jimin lo trataba como un niño.

El castaño no podía creer lo que veía, la última vez que se habían visto el pequeño de los Jeon era aún más bajo que él, delgaducho, con un corte de pelo horrible y las gafas más grandes que probablemente habrían en la óptica.

A ojos de Jimin, Jungkook nunca fue feo, simplemente era un chiquillo tímido al que le gustaba esconderse detrás de pelo largo y ropa ancha.

Aparentemente eso último no había cambiado, pues Jeon Jungkook llevaba una pantalón negro ancho con bolsillos y una camiseta de manga larga que podría ser de dos tallas más que la que le correspondía.

Ahora era alto, un buen trozo más alto que él, a pesar de la ropa ancha aparentaba un cuerpo fuerte y grande y con el cabello húmedo que parecía recién cortado se podían ver sus ojos brillantes y un piercing decorando su ceja.

—Bueno, uno de los dos tenía que salir a papá, ¿no?

Yoongi lo fulminó con la mirada y siguió masticando el arroz con verduras de su cuenco.

—¿Y viniste de visita? Desde que os fuísteis creo que eres el único Jeon que no regresó.

Jimin agarró un trozo de empanada y comenzó a comer con ganas, Jungkook se sentó por fin y mezcló un poco más el arroz con los palillos aunque no era realmente necesario.

—Me trasladé de Universidad, la de aquí ofrecía un mejor programa y... Bueno, echaba de menos a Yoon.

El castaño sonrió con la boca llena al escuchar ésto último dicho en un susurro, le pareció tierno, daba igual el tamaño que tuviese Jungkook ahora. Aún recordaba cómo andaba siempre pegado a su hermano mayor, y por consiguiente, a él.