[3] Muertes que ayudan a la verdad

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La muerte de las hermanas Birdwhistle causó aún más alboroto en la aldea. Luego de hallar el cuerpo de Amaia, fue casi imposible mantener la situación lo más discreta posible. Más aún cuando la presencia de reyes de distintas aldeas comenzó a crecer.

Luego de que los habitantes de Wildwood fueran informados de aquel trágico suceso, la noticia llegó a distintos territorios que habían atravesado hechos similares.

Los brujos al conocer tal novedad, enviaron mensajeros informando sobre una reunión en conjunto con un total de cuatro aldeas que sufrieron ataques similares y conocer de una vez por todas qué los estaba causando.

El día de la convocatoria llegó, en la sala se encontraba el rey de la aldea Ciaggoss, la reina de la aldea Míttezis, la reina de la aldea Kiacche y el rey de la aldea Wildwood, cada uno con su  respectivo acompañante perteneciente a la comunidad mágica.

—Antes de comenzar necesitaremos que ustedes nos cuenten exactamente qué es lo que está sucediendo en sus territorios para que juntos descubramos qué lo está causando y encontremos una solución conveniente para todos —Joen había sido elegido para dirigir la charla, puesto que Yago se encontraba como acompañante del rey— comencemos con la aldea Míttezis.

La reina pronto se puso de pie y comenzó a relatar los hechos. 

—En mi territorio tres niños fueron hallados sin vida y torturados. Sus cuerpos se encontraron en los límites de la aldea. Como ya todos conocen, Míttezis fue la primera aldea en alzar escudos protectores a su alrededor y desde hace muchos años se caracterizó por ser una de las más seguras, pasaron años desde que ví algo como esto. 

—El hecho de que solo las aldeas con escudos mágicos formemos parte de esta reunión quiere decir que ésta criatura nos está diciendo algo, no le tiene miedo a nuestra magia, se burla de ellos, de nosotros —el rey de Ciaggoss no perdió la oportunidad de compartir su experiencia con los demás presentes— en nuestro caso fue una niña, su cuerpo estaba irreconocible por la cantidad de marcas en él, es verdaderamente aterrador que no tenga compasión por los niños. 

—En cuanto vea un descuido por nuestra parte no dudará en masacrar nuestras aldeas —la reina de Kiacche se mostró realmente preocupada— dos jóvenes fueron asesinados en mi aldea, sus cuerpos fueron esparcidos por los alrededores. Tardamos días en recoger cada pieza desparramada. Eso sin dudas es un llamado de atención.

—Creo que ya todos conocen lo que fue encontrado en mi aldea, la razón por la que nos encontramos reunidos este día, sin embargo yo sí tengo respuestas, mis brujos me contaron que creen saber algo de lo que está sucediendo —Yago no sabía el porqué de la presencia del rey, realmente no existía un documento que confirmara su mandato, sin embargo para entrar en la reunión necesitaba ser reconocido como acompañante. Ignorando las palabras dichas por aquel hombre, solo se dispuso a contar lo que sí sabía.

—¿Recuerdan aquel ataque que sufrió la aldea en donde perdimos a nuestros reyes? —Todos asintieron, excepto su rey pero poco llegaba a importarle, por lo que continuó— el castillo en este momento se encuentra envuelto en parte de la esencia de un Yian, creemos que aquel día buscaba algo pero al final de la noche se retiró sin conseguirlo, sin embargo, por naturaleza estas criaturas se caracterizan por dividir su cuerpo entre su conciencia y su esencia, es decir, su esencia solo la utilizan para vigilar aquello que tanto desean, mientras que con su conciencia realizan actos como los que se dieron en nuestras aldeas. Aquella noche nuestros escudos fueron rotos, por lo que luego fue necesario repararlos, en ese proceso participó Yua, quien también lo hizo la primera vez. Él es el único brujo que aún vive de aquel grupo encargado hace miles de años de dibujar los signos. Sin embargo, por su enfermedad no le queda mucho tiempo y cuando muera los escudos se debilitarán. Eso es lo que está esperando la criatura, que los escudos caigan y entrar. 

—Pero, ¿Cómo se conecta todo esto con las muertes en nuestras aldeas? —Para la reina de Míttezis tenía sentido lo explicado por el brujo, no lo negaba, pero sentía curiosidad por saber si su aldea se encontraba en peligro y debía protegerla.

—Esas muertes son una amenaza, nos dice que necesitaremos de su ayuda, que su poder es mayor al que mostró aquella noche y que estuvo preparándose todos estos años, lo cual nos deja en desventaja.

—¿Cómo podríamos ayudarlos? —La reina de Kiacche estaba dispuesta a contribuir tanto como le fuera posible.

—Necesitamos recoger la mayor cantidad de magia posible en la aldea, sus brujos podrían viajar hasta aquí y apoyarnos durante unos días.

—¿Y quién nos garantiza que nuestras aldeas nos saldrán perjudicadas? No lo malinterpreten, pero Ciaggoss necesita la magia que poseemos para ser segura frente a las demás criaturas que se encuentran en los bosques.

—Lamento decir que nadie puede garantizar nada, sólo lo sabremos una vez que caigan los escudos. Cuando eso suceda hay dos opciones, la primera es que se reparan a tiempo gracias a la gran cantidad de magia que generan sus brujos y los nuestros, o la segunda opción y la más probable, es que la criatura ingrese sin darnos tiempo a nada. Es por eso que debemos mantenernos preparados.

La reunión continuó por el debate entre si era conveniente o no dejar sus brujos por unos cuantos días. 

Luego de varias horas, la reunión concluyó en la ayuda para Wildwood por parte de la reina de la aldea Míttezis y la reina de Kiacche, mientras que el rey de Ciaggoss creía que su aldea necesitaba más a sus brujos que Wildwood.

Luego de varias horas, la reunión concluyó en la ayuda para Wildwood por parte de la reina de la aldea Míttezis y la reina de Kiacche, mientras que el rey de Ciaggoss creía que su aldea necesitaba más a sus brujos que Wildwood

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