El Cumpleaños

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Mi historia comienza con una mañana de verano, los pajaritos cantan y... No, mejor verdadera historia.

Soy Kate Smith, y bueno mi historia comienza con mi cumpleaños, cumplía por fin mi mayoría de edad, y como mi primer regalo pedí que me dejaran dormir una hora más; ya que en la clase de química un chico tuvo la genial idea de combinar dos sustancias sin saber lo que causaria: Un salpullido en toda la clase. Por lo tanto tienen que limpiar gran parte del lugar para que no hubiera más infección. Valió la pena, fue como mi regalo de parte de colegio, aunque la picazon es insoportable.

Estaba dormida, no, no dormida, en estado de coma, tengo un sueño tan profundo que sí el apocalipsis pasara en medio de mi descansar, jamás lo notaría.

Podía imaginarme dormir, un pie colgando de la cama, las sábanas tiradas casi en el pasillo, mi boca abierta sacando ronquidos, y saliva, saliva en casi todo mi rostro. Lo sé, soy adorable. Pero estaba justificada; estudié sin dormir la noche pasada para mi último examen de la Preparatoria, que depende mi entrada a la Universidad.

Soñando y descansando como un bello ángel hasta que un peso del tamaño de un costal cayó encima mío. Ignore por un momento ese peso, no me iba a impedir descansar a mis anchas, pero ese costal comenzó a mover mi cuerpo, al voltear ví a un elfo de grandes y pierdas orejas, voz chillona y un gorro largo y gracioso, no, espera... era mi hermano. -Despierta Despierta dijo el pequeño Elfo.-
- Déjame dormir George - Dije dándome nuevamente la vuelta para seguir descansando -

- ¡Vamos Kate es tú cumpleaños! - Me insistió -

- Agh, eso no es culpa mía - Le respondí cubriendo mi rostro con la almohada - Le dije a mamá que no me despertara hasta las ocho -

- Bien, entonces no querrás el regalo que te compré - ¡Tramposo! -

- ¡Déjame ver! - Dije entusiasmada sentandome en la cama con mi hermano enfrente, extendiendo sus brazos con una caja azul con púrpura, mis dos colores favoritos - Wow sí que te esmeraste - Le dije al ver la bonita caja -

- Aguarda aguarda, mira lo que hay dentro - Dijo George con emoción saltando en la cama. Obedecí su orden y al abrir la caja pude ver una foto en un porta retrato, una foto de nuestra familia, antes de que papá muriera.

Estábamos sentados abajo de un árbol, yo tenía la edad de George en ese momento, doce, el aún era un bebé, Mamá, Mamá se veía tan joven y llena de vida en aquel retrato, tomada de la mano de mi padre al mismo tiempo que cargaba a mi hermano, Papá me sentó en sus piernas y me hacia cosquillas, en la foto salimos todos felices, como sí no importara otra cosa en la vida más que nosotros cuatro.

Me lleno de nostalgia ver aquella foto, creí que estaba extraviada; ya que la última vez que la ví fue un día que me fuí de campamento, ahí fue donde según yo la perdí.

- De donde la sacaste? - Dije con una sonrisa de oreja a oreja -

- La encontré en el sótano, pero yo la decoré - Dijo mirando mi felicidad -

- Creí que la había perdido - Dije aún sin entender como fue que esa foto volvió a estar en mis manos -

- Bueno, era mía, mamá también me obsequió una igual a la tuya, pero yo tengo muchas fotos de nosotros, y a ti te encantaba esa foto así que ahora es toda tuya - Dijo el pequeño elfo, fue algo mi lindo lo que hizo por mi, desde ahora le estaré eternamente agradecida -

- Gracias elfo - Le dije dándole un fuerte abrazo - Te quiero -

- Yo también Kate , además, es la única foto donde no sales fea - Bromeó -

- ¡Pequeño demonio! - Le grité y lo perseguí por todo el segundo piso hasta llegar a la cocina donde estaba mi madre -

- ¡George que hiciste!, por qué la despertaste? le iba a cantar la canción del feliz cumpleaños en su habitación - Dijo sosteniendo un plato de waffles con fruta y una vela -

¿Que Daria?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora