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¿Cómo fue que llegué a perderte?
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Cross miró por última vez el reloj sobre la pared de la cocina mientras el café en su taza se enfriaba a cada minuto que pasaba sin ser consumido.

Pero el esqueleto monocromático estaba demasiado perdido en sus propios pensamientos que ni siquiera le estaba prestando atención a la temperatura de su bebida, y es que hace mucho tiempo olvidó que habían otras cosas de las cuales había que preocuparse, como el comer o dormir.. Últimamente su mente estaba vagando sin detenimiento en un infinito limbo de recuerdos tan alegres que resultaban dolorosos para el melancólico esqueleto de ropajes con cruces por todos lados. Sus amigos se ocupaban de él a veces haciéndole compañía en sus momentos de soledad, trayendo comida o simplemente invitándolo a salir para sacarlo de su casa donde pasaba la mayoría del tiempo hundiéndose más en ese abismo que él solo se ocupó de cavar.

Ahora ya no estaba de humor para muchas cosas y de a poco cortaba relación con amigos a quiénes veía menos, mientras que los cercanos trataba de verlos menos... ¿La razón?

Tal parece que tuvo que aprender por las malas que el amor no es para siempre y las personas vienen y van por tu vida pues todo se marchita con el pasar del tiempo.

Y a él se le estaba agotando.

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Cuando lo conoció su primer pensamiento fue en algodón de azúcar y escarcha dorada, pero un puño en su nariz le hizo cambiar de opinión en una milésima de segundo.

No es que haya hecho algo malo realmente, pero su primer encuentro no fue el más.... "Romántico", por así decirlo.

Sus amigos decidieron que una cita a ciegas le haría bien, pues luego de terminar su carrera Cross nunca se vió entusiasmado por juntarse con alguien que no fuese su amigo amante de los pollos de goma y un par de esqueletos más que le resultaban cuanto menos agradables, así que su vida amorosa se resumía a un cajón con chocolates vacío y flores marchitas. Por lo que se tomaron medidas a sus espaldas para tratar ese tema sin que él supiera algo sobre aquel plan tan mal organizado que terminó como uno se lo esperaría.

Lo engatuzaron con una apuesta para asistir y luego abandonaron al pobre hombre a su suerte en ese café sentado en una pequeña mesa con dos sillas siendo una ocupada por él mientras que la otra se mantuvo vacía por un par de minutos, hasta que él llegó.

Se notaba igual de incómodo y confundido que él cuando lo vió pasar por la puerta del sitio, el de coronilla miró alrededor con su celular en la mano hasta que sus miradas hicieron contacto por primera vez. Fue entonces que todo tuvo sentido y maldijo a sus amigos mentalmente mientras desviaba la vista todo nervioso pensando en mil maneras de escapar de dicha situación.

Salir corriendo al baño y escapar por la ventanilla se vió tentador por un momento.

Pero no tuvo tiempo de decidir si hacerlo o no, pues el de orbes amarillentas ya se encontraba preguntando por su nombre parado frente a su mesa. Por inercia respondió afirmativamente tartamudeando, el chico se notó sorprendido y miró a ambos lados antes de regresar los ojos a la pantalla de su celular una última vez antes de sentarse.

Se presentó cordialmente ante él como Dream, y el monocromático se limitó a corresponder al saludo esperando no sonar como un completo retrasado empujando las palabras a salir de su garganta. Ni siquiera sabía por qué se sentía tan nervioso, y eso fue notado por el esqueleto frente a él que simplemente le sonrió dejándolo aún más confundido que al inicio.

El soñador se sinceró ante Cross confesando que ésto había sido plan de sus amigos por razones que sabía perfectamente pero no iba a decir directamente pues pensó que se escucharía algo patético, aunque el monocromático sorprendentemente correspondió a sus palabras diciendo exactamente así que luego de verse por unos segundos en silencio se rieron quizá por incomodidad o porque genuinamente les daba gracia su situación.

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