Capítulo 46

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La tan esperada visita había llegado hacia mi apartamento, cuando sonó el timbre Tamara se movió rápidamente para recibir a su novio.

—Hoy se va hacer el amor de duro está noche —pronunció Jeremy mientras Tamara se movía.

Todos nos giramos para ver a Maximiliano. La pareja de novios se dieron un beso en la boca.

—Mi amor estos son mis amigos —le dijo Tamara—. Ella es Juliet, Jeremy y ella es Susan —nos presentó señalándonos uno a uno.

Yo le sonreí y todos le dimos la bienvenida. Maximiliano parecía buena persona, todos estuvimos serios, quizás por la primera vez.

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Un mes después...

—Estoy pensando que sería mejor si nos mudáramos a un pen house. Por ejemplo: el de esta torre —sugirió Jeremy mientras me daba besos por mis brazos.

—No sé, creo que ya lo tienes planeado —deduje.

—Inteligente —sonrió Jeremy y volvió a rozar sus labios sobre mi piel.

—¿Piensas comprar el pen house de esta torre?

Detuvo sus besos y se aproximó a mí quedando cara a cara.

—Esa respuesta creo que lo sabes —se inclinó a darme un beso en boca.

Después de tener un rato besándonos escuchamos la voz de Tamara que se aproximaba hacia nosotros. Estábamos en mi habitación encima de un mueble.

—Oigan. ¿No vamos a salir hoy?

Ambos nos movimos y le pusimos atención a Tamara.

—No, Tamara. Hoy vamos hacer otra cosa, así que te recomiendo a que te des una vuelta por ahí —le respondió Jeremy.

Tamara rodó los ojos.

—Pero no quiero, hoy se hará lo que yo diga —sentenció Tamara dejándonos sorprendidos y se inclinó a mirar a Jeremy—. ¿Qué fue Jeremy? ¿Se te comieron la lengua los ratones?

—Eres una agua fiestas —le contestó Jeremy mientras Tamara se reía—. Venenosa, anticuada y aburrida.

—Y tú un maniático. Demente e inestable.

Me eché a reír.

—En ese caso ustedes dos no tienen competencia —interferí—. No sabría decir cual de ustedes tiene la cabeza bien puesta, porque tienen fantasías raras.

—Juliet eres una aburrida y lo sabes —me dijo Jeremy.

—Digan la verdad, ustedes son novios, no amigos —sugirió Tamara.

—Ni sabemos lo que somos —comentó Jeremy.

—Por favor, Tamara no indages tanto. Confórmate con saber lo que sabes —le dije mientras apartaba a Jeremy de mí.

Me moví de donde estaba y quedé frente a Tamara.

—¿Y si vamos para la playa? —sugerí emocionada—. Creo que el día está bueno para un baño exótico dentro de agua salada.

Tamara me miraba pensativa.

—¿Quieres hacer el delicioso? —cuestionó Tamara.

—Obvio burra. ¿A caso no ves de que ella quiere bañarse en la playa y hacer adentro lo más rico de la vida? —soltó Jeremy de golpe.

Tamara se giró hacia él y achicó sus ojos.

—Impertinente. Bestia. Inoportuno —le recriminó Tamara.

—Ya basta de dimes y diretes. Sé que se aman pero debemos de aprovechar —pronuncié con el fin de detenerlos.

Jeremy se levantó sin dejar de mirar a Tamara. Le sonrió.

—Soy lo que nunca vas a tener, y busca a tu novio para que no te quedes con las ganas de no hacer hecho el delicioso —le sugirió Jeremy antes de retirarse.

Yo le sonreí.

—Ve y llámalo —le dije.

—De acuerdo —me sonrió antes de retirarse—. Y Jeremy lávate bien los dientes.

De inmediato ubiqué mis cosas preparé lo poco que yo iba a llevar, luego me tomé un aseo. Cuando estuvimos listos salimos hacia la sala y Maximiliano estaba allí con Tamara besándose. Jeremy y yo nos sorprendimos y nos miramos por unos minutos. Ya cuando vi que había sido suficiente emprendí mis pasos para separarlos. Caminé hacia ellos y los toqué a ambos.

—Ya basta está bueno ya. Tenemos que irnos —alegué.

—Vaya, pero que desesperados están. ¿Tienen mucho sin haber hecho el delicioso? —cuestionó Jeremy.

—No tanto —respondió Maximiliano con una sonrisa en su cara.

—De verdad que no parece. Se estaban devorando como el tiene un año sin haberse satisfecho —prosiguió Jeremy.

—Son las ganas Jeremy —comenté.

—Uy, hoy se va quemar el agua de la playa, porque por el fuego que tenemos Juliet y yo... —sonrió Jeremy y me miró—. Vámonos mami.

En seguida me movilicé, y los demás tambien, nos retiramos en el auto de Maximiliano. Jeremy y yo nos ubicamos atrás, mientras Maximiliano iba manejando Jeteny y yo nos besábamos arduamente.

—Vaya y los desesperados éramos nosotros —se refirió Tamara a su novio.

—Jeremy es tan peculiar —pronunció Maximiliano—. Pensé que era más tímido. Algo así; como más cerrado a ciertas cosas.

—Pues te estás dando cuenta de que Jeremy tiene la mente sucia al igual que su novia —le contestó Tamara a su novio.

—Perversos y morbosos sí —se rio Maximiliano.

Tamara se rio tambien.

—Es poco lo que has visto. Ya luego te darás cuenta de muchas cosas —concluyó Tamara.

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