Prólogo

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So maybe
Maybe we were always
meant to meet
Like this was somehow destiny
Like you already know
Your heart will never
be broken by me
Maybe, James Arthur

So maybe Maybe we were always meant to meet Like this was somehow destiny Like you already know Your heart will never be broken by me Maybe, James Arthur

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Cuando Rubén y Tomás despertaron esa mañana para ir al primer día de clases, ninguno de los dos tenía muchas expectativas para ese año en particular.

  Rubén solo esperaba que ese día, al ver a la chica de sus sueños otra vez, esa hermosa chica con la que había compartido un bonito verano, finalmente fuera capaz de reunir la valentía suficiente para mirarla a los ojos y pedirle una cita. Enamorado como estaba, no tenía la menor duda de que entre ambos había algo especial y que ella era el amor de su vida.

  Tomás, por otro lado, solo esperaba que su vida amorosa fuera menos complicada y que pudiera aprobar la mayoría de las materias. Tal vez incluso aprender a tocar la guitarra como tanto deseaba.

  Fuera de eso, ambos estaban convencidos de que ese año sería igual a los años anteriores: La misma aburrida rutina de siempre en la escuela, los mismos amigos de siempre, los mismos crush que tenían desde hace tiempo.

   Eso es lo que ambos pensaban mientras caminaban hacia su respectiva clase: Tomás escuchando música en sus auriculares, tarareando la canción y moviendo los dedos de sus manos al ritmo de ésta, y Rubén pensando en qué podía escribir en la nota en la que pensaba declararse.

  Ambos tomaron asiento en el mismo lugar de siempre: Rubén al fondo para que el profesor no le prestara atención (aunque era imposible, Rubén era bastante alto), y Tomás en la tercera fila a la izquierda, dibujando en su cuaderno mientras usaba los auriculares sin que el profesor se diera cuenta (debido a que era bajito tenía la suerte de pasar desapercibido).

   La clase transcurrió con completa normalidad pues no era muy diferente a cualquier otra que hubieran tenido en el pasado. Mientras Tomás vagamente copiaba lo que había en el pizarrón, Rubén hacía una pelotita la nota que había escrito.

   Había decidido que eso no era lo suyo. Si iba a declararsele, lo haría de frente.

   Cambiando un poquito de tema, ¿Conoces algo llamado 'El efecto mariposa'? Básicamente consiste en que el simple aleteo de una mariposa en el otro lado del mundo puede llegar a provocar un tsunami. Suena exagerado, ¿verdad? Pero solo es una forma de explicar que las acciones más pequeñas pueden ocasionar grandes consecuencias.

  Ese día, cuando Rubén sintió tanta pereza de levantarse y tirar la bolita de papel en el basurero, una simple decisión produjo un gran cambio en la vida de los dos chicos.

  La bolita de papel que Rubén tiró desde su asiento (quien, por cierto, tenía bastante mala puntería) pudo haber caído en cualquier lugar: en el piso, en el basurero que era su destino original, en otro compañero o, y gracias al cielo que no fue así, pudo haber caído en la mesa del profesor. Pudo haber caído un asiento más adelante, un asiento más atrás, un asiento más a la derecha.

   Pero no lo hizo. Esa bolita de papel cayó sobre Tomás Arbillaga.

  Sin saberlo, Rubén había dado un pequeño aleteo y Tomás...

  Tomás era su Tsunami.

  Tomás era su Tsunami

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Bueno, finalmente me decidí a empezar una historia de estos dos ಥ‿ಥ

Por cierto, la historia va a estar narrada mediante los papelitos que ambos se mandan. Capaz que más adelante haya algún que otro capítulo narrado por mi, pero esa es la idea principal.

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