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"Poner el termómetro de manera adecuada"

"Revisar si se ha llenado la tina"

"Ropa seca"

"La temperatura"

—¡Dios! Cuarenta grados y medio—exclamó la madre angustiada por su hija —. Vamos cariño, tengo que llevarte a la tina.

La mujer levantó a la niña en sus brazos, acunandola protectoramente en su pecho durante el camino al baño. La depositó suavemente después de quitarle la ropa húmeda de sudor.

—¡Está helada! —expresó la niña, temblando.

—No está helada bebé, lo que pasa es que tienes fiebre —explicó la madre.

"No baja la temperatura"

"Ropa seca"

"Las llaves del auto"

"Hospital"

Sus manos temblaban en el volante, rezando por su pequeña.

—Dios, se que no rezo mucho, pero por favor, si pudieras ayudarme...

La niña miraba a aquel alto hombre vestido de negro. Dándole una sensación de seguridad. Siempre acompañandola. Ojalá su madre pudiese sentir la calma que él le brindaba.

Sentado en el asiento de copiloto, el hombre posó su mano sobre la madre, ayudando a calmarla un poco y llegar con seguridad al hospital. Todo ante la atenta mirada de la pequeña.

Los doctores se acercaban, hablaban dentro sí desde que las recibieron en urgencias y la depositaron en la camilla. Su madre hablaba con ellos. Y el hombre, seguía ahí. Sus ojos azules, de dulce mirada, posados sobre ella. Extendiendo su mano, queriendo tocar la de él, pero sin lograrlo.

—¿La niña ha estado desorientada o confundida? —pregunta uno de los doctores a su madre.

—Dijo que vio a un hombre en su habitación —responde la madre, siguiendo a los médicos por el pasillo.

Su atención vuelve al hombre, que ahora le sonríe cálidamente.

—¿Tienes frío? —pregunta, recibiendo una negativa por parte de él.

Los doctores se apresuran a trasladarla a una de las habitaciones, perdiendo de vista al hombre y dejando a su madre en la sala fuera del lugar.

—La presión está disminuyendo, necesitamos oxígeno —El hombre vuelve a aparecer, acompañandola —. Tiene taquicardia. Hay colocarle una intravenosa. Respira con dificultad.

Sus oídos escuchan zumbidos extraños, su visión es borrosa, se siente demasiado ligera, pero esa mirada dulce sigue ahí, junto a ella.

—¿Eres Dios? —pregunta.

—No, mi nombre es Chanyeol.

—¿A dónde vamos? —cuestiona la pequeña.

—A casa —responde él, tomando su pequeña mano, comenzando a caminar por el largo pasillo.

—¿Mi mami vendrá?

—No —La niña ve como su madre llora, suplicando y rezando. Pero los doctores ya no pueden hacer nada.

—Ella no lo entenderá —dice, algo preocupada.

—Lo hará... Tal vez un día.

Una luz se ve a lo lejos. Brillante y calida, brindando una sensación de paz.

La pequeña con su pijama esponjosa de conejito, se detiene un momento cuando Chanyeol lo hace.

—¿Te puedo preguntar algo? —dice él —. ¿Qué fue lo que más te gustó?

—Las pijamas —respondió ella, volviendo a caminar, mientras esta vez son envueltos por la luz.

Dejando atrás toda preocupación y dolor. Solo habiendo paz.












Esta es una adaptación de la película de city of angels, pero en mi precioso chanbaek

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Esta es una adaptación de la película de city of angels, pero en mi precioso chanbaek.
Espero que Wattpad no me la borre y que a ustedes les guste mucho como a mí. 💞

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⏰ Última actualización: Jun 05, 2023 ⏰

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