𝗣 𝗥 𝗢́ 𝗟 𝗢 𝗚 𝗢

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  MARY NUNCA VIO LA LUZ DEL DÍA TAN HERMOSA cómo lo fue el de las primeras mañanas que paso junto a Ban. El hombre en cuestión tenía una resaca que lo mantuvo en cama casi toda la mañana, pero que no evito que le sonriera cómo si fuera una joya preciosa. Varios la vieron así antes, pero ¡Diablos! Había algo en Ban y sus hermosos ojos carmesí que le decía que era honesto, leal y amoroso. Ella estaba tan embriagada con el, y eso parecía gustarle. Los hombres iban y venían en su vida y cada uno parecía una copia cada vez más grosera y tonta que el anterior, pero Ban sería único, caballeroso y especial.

  Ban vio en Mary algo (alguien) que le pareció hermoso desde el primer momento. Ojos de miel, cabellos de sol y una inocencia rota.

  Si las personas fueran como jardines, sin dudas Mary habría sido uno tan hermoso que la cruel avaricia del hombre no pudo resistir tomar su esencia. Un paisaje profanado y mutilado (marcas que otros hombres dejaron) con sus flores más hermosas marchitas, pero, un paisaje que aguarda hermosos capullos debajo de la superficie mancillada (gran belleza rota).

  — Buen día — hace tres días que el ladrón llegó a su puerta y ambos se sumergieron en un sueño (olvida tus pecados, olvida tu pasado). Mary sonrió y Ban sintió una hermosa calma a la que podría volverse adicto.

  — Que gran manera de despertar — el inmortal paso su mirada por la figura desnuda de Mary y admiro como su piel contrastaba con el sol.

  Como si estuviera en un paraíso, su sueño ideal.

  — Gabrielle debe estar furiosa — comento la rubia con una sonrisa.

  A Ban no le pudo importar menos la furia de la señora y dueña de La casa de las Rosas, Gabrielle. Sin prisa ni deseo (puro amor, mero cariño que necesitaban los dos) Ban se lanzó a besar cada una de las marcas que el tiempo y el destino se encargaron de estampar y borrar lentamente, unas más violentas que otras (el amor duele, decían algunos).

  — ¡Señorita Mary, señor Ban, despierten!¡Es hora de desayunar! — Ban gruño contra la piel desnuda del hombro de Mary al escuchar la voz de la menor de las Rosas (el capullo sin florecer de la casa) a través de la puerta.

  La ojimiel se rió — ¡Vamos en un momento Sonya!

  — ¿Si le pago extras Gabrielle nos dejaría desayunar aquí de nuevo?

  Oh si, el oro. Ban llegó a la casa de las Rosas con una gran bolsa de oro que le valió la mejor cerveza, los mejores lugares, la mejor habitación y la mejor mujer. Todo lo mejor del lugar hasta que el precisado metal desapareciera.

  Mary nego y se colocó frente a el, con sus grandes ojos mirándolo cómo haría una enamorada devota (hermosa ilusión).

  — Ban, vamos a desayunar abajo — batió sus pestañas doradas como solo ella sabía y el sintió que podía perder el hilo ahí mismo — Quiero ver a Julia, por favor.

  Ban se lo pensó un momento antes de aceptar — Está bien, pero comemos y cenamos aquí, solos. ¿Te parece?

  — De acuerdo — ella beso los labios del ladrón y el sintió el toque de seda de una rosa.

  Los dos se vistieron entre juegos, risas y besos robados. En el camino a la cocina se toparon con algunas de las curiosas flores; Marlena iba saliendo de su habitación, con aire cansado y sábanas sucias en manos. Wendy tomaba lo último de una botella abandonada en el segundo piso y apenas los miro. Faith, la flor rosada sin inocencia que pretendía tenerla, estaba leyendo un libro en la pequeña sala improvisada que las Rosas armaron para sí mismas.

  — ¿Desayunaste?

Faith hizo una mueca desganada sin mucho apetito y Ban casi se rie por el pánico infundado de la chica a engordar, algo que le hacía difícil probar bocado y al final provocaría otra discusión con Gabrielle, que a su vez terminaría en Mary obligandola a comer. Su acompañante le dio un golpe en el estómago y el tuvo que besarle el cuello y murmurar dulces palabras de miel en su oído todo el camino restante para obtener su perdón.

  — ¡Al fin aparecen!

  Julia los recibió en la cocina/comedor con su prominente vientre de apenas ocho meses y sonrió. Desde el comienzo del embarazo Gabrielle le permitió estar al cargo de la cocina para que no estuviera "de inútil", y pareció ser que ahí logro encontrar su paz. A pesar de tener casi la misma edad que ellos, el tiempo fue algo cruel con Julia, llevándose una parte de su juventud con cada mes de gestación (la mayoría se fue con su amor).

  — ¡Siéntese conmigo señorita Mary! — pidió Sonya mirando a la rubia y con una mano en el lugar vacío a su derecha.

  ¿Tienes idea de hasta que punto...

  — Oh, no — Ban abrazo a Mary por los hombros y la atrajo a su pecho — Ella desayuna conmigo.

  — Señorita Julia, ayúdeme por favor — pidió la menor con la voz de haber roto ni un plato.

... puede uno odiarse a si mismo...

  — ¡Oye niña eso es trampa!

  — Cálmense por favor — pidio la rosa sin espinas entre risas.

... por no haber sabido evitar algo tan inevitable...

  — Se calman los tres o no desayunan — ordenó Julia.

Ban observo como Sonya inflaba las mejillas con tal de comer los suaves pancakes que preparaba la futura madre. Vio como Mary acariciaba la cabellera de la menor y como le sonreía como si fuera el hombre más fascinante del mundo. En ese momento, en medio de la cocina de La casa de las Rosas y sin saber las desgracias que le traerán los recuerdos y sus arrepentimientos (cadenas irrompibles que me pesan por una eternidad), Ban se sintió tan feliz y pleno que paso por alto que ya había pasado tres días sin lamentarse por la santa doncella (hada Elaine, inocente condena inmortal)

... cómo la salida del sol o la marea alta en una noche de luna llena?

  — ¿Cómo se va a llamar?

  Julia miro a Ban (niño perdido con el corazón roto) y le sonrió como una madre a un hijo curioso — Será una niña, puedo jugarlo. Mi hermosa Carolinne.















































































































































































Nii_etoile te preguntarás

¿Qué chingados? Bueno, el punto de este prólogo (prometí un cap y traigo el prólogo y la introducción a la parte uno, que mala soy sjjsjsj), es que conozcamos un poco a las Rosas y un poco el contexto de como rayos se procreó Libetti, por qué mi bebé no es un producto de una aventura de una noche o un simple revolcón, no señor.


𝗠𝗮𝗱𝗱𝗻𝗲𝘀 ━━━━ ᴛʜᴇ sᴇᴠᴇɴ ᴅᴇᴀᴅʟʏ sɪɴsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora