Capítulo 7

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"El Joven Lord Wen es muy puntual. Este es Lu Yao, y este es mi hermano aprendiz mayor Zuo Qi."

Lu Yao vestía túnicas de brocado verde oscuro que estaban cubiertas de bordados de bambú extremadamente delicados, cosidos con hilo dorado. Sus ojos tenían forma de uva y parecían grandes y espirituales. Con una corona de jade atándole el pelo, Lu Yao parecía elegante y grácil.

Como hijo del Líder de la Secta Inmortal Shang Qing, su identidad era, naturalmente, incomparablemente honorable. Su espada Lang Yue era también un objeto raro y valioso que rara vez se encontraba en el mundo entero.

Una brisa suave y una luna brillante*.

(*Luna Brillante es la espada Lang Yue de Lu Yao, y Brisa Suave es Ji Feng, la espada de Hua Che.

Aquí se emplea una metáfora sobre una atmósfera gentil y de paz.)

Nacidas juntas y siempre interdependientes, eran hermanas de la misma rama.

Las espadas Ji Feng y Lang Yue eran un par de hermanas. En un pasado lejano, solían ser una sola espada, antes de dividirse en dos. Tras experimentar cómo el mar azul se convertía en campos de moras y otras innumerables evoluciones del mundo, las dos espadas se separaron a partir de entonces.

En el mundo actual, Lang Yue se convirtió en la primera en aparecer en el mundo. Fue adquirida por el Líder de la Secta Inmortal Shang Qing, antes de conceder personalmente la espada a su preciado hijo.

En la vida anterior de Hua Che, cuando dejó la Secta para viajar y acumular experiencia, cayó en un estanque frío mientras salvaba a alguien. Allí, Hua Che encontró a Ji Feng por accidente.

Ji Feng era una espada espiritual, y también contenía un aura divina de los tiempos antiguos. Naturalmente, era muy invencible.

Nadie dijo nada, pero era inevitable que la gente deseara a Ji Feng. De hecho, la posesión de la espada por parte de Hua Che acabó convirtiéndose en un catalizador que desencadenó muchas batallas sangrientas.

Después, Ji Feng cayó realmente en manos de cierta persona. Sin embargo, a pesar de esforzarse mucho por arrebatarle la espada, ni siquiera fueron capaces de desenvainarla.

Las espadas espirituales reconocían a sus dueños. Aunque arrojaras la espada al Fuego del Loto Rojo* y la convirtieras en cenizas, Ji Feng seguiría negándose a escuchar a nadie más que a Hua Che.

(*Séptimo infierno/Naraka de los Ocho Narakas Helados del Budismo.

Naraka se traduce a inframundo, el cual es un sitio de tormento. El Séptimo Naraka se llama Padma, el Naraka del "loto". En este Naraka las ventiscas rompen la piel congelada, abriendo heridas de sangre y carne cruda.)

Puesto que arrebatársela era inútil, esta disputa finalmente se calmó.

Hua Che sonrió fríamente.

Como sus espadas eran hermanas nacidas de la misma rama, los maestros que las usaban también debían convertirse en buenos amigos o hermanos que se respetaran y quisieran mutuamente. Sin embargo...

El profundo respeto y afecto que Lu Yao una vez tuvo hacia él, en última instancia seguía perdido por sus celos y cobardía.

"Los eruditos que vinieron al Palacio Ling Xiao este año son realmente excepcionales". La mirada de Lu Yao barrió toscamente a todos los allí presentes.

Todos los días, el Lord Demonio se escapa de su matrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora