tulipanes ⚘ zoenette

amarillo

⚘ amistad ⚘

De no haber sido porque regresó a París, la chica rubia no habría conocido a aquella chica de cabellos azules que, en un primer encuentro, iniciaron una bonita amistad.

Desde entonces, Marinette Dupain-Cheng se había convertido en su primera amiga, y poco después, en su primer amor.

— ¿En qué tanto piensas? —Preguntó la chica de sus sueños.

—¿Ah? —Abrió los ojos sorprendida. Por un segundo, no recordaba estar en el salón de artes.

Marinette sonrió con dulzura, mirando de reojo el cuaderno de dibujos de Zoé. Soltó una risita cuando se dió cuenta que sólo había dibujado una circunferencia.

—Necesitas despejarte —Concluyó, dejando caer su lápiz encima de su dibujo. —Ven, acompáñame afuera para que nos llegue la inspiración —Dijo sin esperar respuesta de la rubia.

La tomó de su mano, guiándola hacia la entrada para salir a tomar aire fresco. Zoé sintió su corazón retumbar en sus oídos debido a sus manos entrelazadas, pero hizo caso omiso e intentó no escuchar a su tonto corazón.

Ambas caminaron al lado de la otra sin decir una palabra, y Zoé de alguna forma disfrutó de aquel silencio.

—¡Oh! —Exclamó Marinette al ver a un chico rubio. —¡Es Adrien! —Chilló por lo bajo, llena de emoción. Alzó sus brazos, acomodando las palmas de sus manos en sus mejillas, soltándose del agarre de Zoé.

Ésta divisó al rubio chocando los puños con su mejor amigo. Después desvió la mirada hacia el perfil de Marinette.

Zoé no pudo evitar sentirse enternecida por verla así de feliz al divisar a su primer amor. Sin embargo, no pudo evitar sentirse triste porque, aquellos suspiros y ese brillo que yacían en sus ojos celestes, deseaba que fueran para la chica rubia, y para nadie más.

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