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Hirving y Andrés no tardaron absolutamente nada en empezar a murmurar cuando divisaron a Memo ingresando en la cafetería acompañado de, nada más y nada menos que Lionel Messi.
─¿Qué verga les pasa a ustedes dos? Parecen dos viejas chismosas ─se queja Javier, dirigiendo su mirada hacia sus dos amigos, quienes le miraron estupefactos y después, señalaron hacia donde Guillermo se encontraba acompañando a Lionel por algo para almorzar─. Oh, miren, Memo está con el chavo anaconda.
Hirving soltó una carcajada. ─¿Le contaste a Javier? ─inquirió Andrés, mirando acusadoramente a Hirving.
─De hecho, fue Memo quien me contó. Estaba tan desesperado de que el chavo anaconda lo perdonara, que nos contó a todos su... hermosa y romántica primera charla ─respondió Javier con tranquilidad y sarcasmo. Andrés estuvo a punto de retarlo.
─Hola, chicos ─saludó Memo, sonriendo con un poco de tensión. Sabía que sus amigos podían ser algo... raros, y a él no le importaba, sólo que esta vez, no quería asustar a Lionel─. Eh... él es Lionel Messi. Va a ser nuestro amigo ahora.
Javier, Hirving y Andrés se miraron entre sí con un poco de sorpresa.
─Yo soy Andrés, encantado de conocerte ─saluda estirando una mano hacia Lionel. Éste le corresponde el saludo con timidez.
