Un Amor Verdadero 🤍

Capítulo 3. La Cita

Una mañana con un sol radiante amanece en San Marcos. El día tan esperado para Sara y Franco llega, una cita que les permitirá conocerse aún más se avecina para ambos.

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En la Hacienda Elizondo Sara decide no salir como todas las mañanas, prefiere descansar y revisar entre su armario que prendas especiales usaría hoy. Su hermana Jimena cuestiona.

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-¿Hoy no saldrás Sara?
- No hermana. Te comentaré algo pero por favor no puedes decir nada.
- Claro que no tu dime.
- Hoy saldré a dar una vuelta con alguien
- ¿De verdad Sara?. Dime quien es el afortunado. Comenta Jimena en voz de felicidad por su hermana.
- No te diré de quien se trata quizás ni lo conozcas Pero si estoy feliz y nerviosa por esta cita.
- Mientras estés feliz yo estaré feliz por ti.
- Gracias hermana.
- Quieres que te ayude arreglarte más tarde.
- Si porfa.

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Por otra parte un día con mucho trabajo se avecina en la Hacienda Reyes. Pero Franco decide salir y le pide a su hermana Livia lo acompañe hacer unas vueltas al pueblo.

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- Uds dos ¿van a salir? Pregunta Juan.
- Si, contesta Franco. Le pedí a Livia que me acompañe al pueblo hacer unas cosas.
- Esta bien pero por favor con cuidado.
- Si tranquilo.

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Ambos montan el Carro de Franco y Salen al pueblo. Mientras van de camino empiezan a platicar. Livia pregunta.

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- ¿Que vamos hacer?
- Quiero que me acompañes a elegir algo especial.
- ¿Algo especial?
- Si, hoy saldré con alguien y necesito llevarle algo especial y quiero que tu me ayudes con eso
- Franco ¿enserió? Y puedo saber quien es esa persona que tiene así de emocionado a mi loco hermanito.
- No te diré nombres, pero créeme que si es alguien muy especial. Culmina Franco.

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Llegan al pueblo y luego de entrar en varios sitios buscando el regalo perfecto para su cita, entran a una joyería donde Franco mira un hermoso collar con piedras delicado de color azul como el color de sus ojos. Y dice.

- Es este Livia. Este es el regalo que llevare hoy.
- ¿Estás seguro Franco?
- Si, completamente seguro.
- Si es lo que deseas adelante.

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Ambos regresan a casa. Pero Franco decide no bajar el regalo de su coche para serciorarse que no se le quedaría al momento de irse a su encuentro.

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Por su parte Sara empieza arreglarse para su cita con ayuda de su hermana Jimena, esta le ayuda a escoger un hermoso vestido color café, acompañada de su pelo suelto que llega a sus hombros, su rostro pintado por una sonrisa hermosa, sus labios en un tono suave y con la felicidad que desbordaba por todo su cuerpo, Sara se encuentra lista para salir con esa persona especial. Mientras baja las escaleras se encuentra con su madre.

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- ¿Saldrás Sara? Pregunta Doña Gabriela
- Si madre, espero no halla problemas.
- Ninguno hija. Pero ¿con quien lo harás?
- ¿Me obligaras a darte nombres mamá?
- Claro que no hija, solo preguntaba. Respondía Doña Gabriela, pero con la intriga de quien se trataría esa persona con la que su hija saldría.

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En la hacienda Reyes Franco también se disponía a salir. Un traje color crema, camisa color azul como sus ojos y zapatos café, con un aroma que enamoraba a cualquiera se disponía a salir de su casa y antes de esto se tropieza con su hermano oscar.

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- Caramba hermano bastante arreglado a esta hora.
- Si oscar. Saldré con alguien
- ¿Y quien es la afortunada?
- El afortunado yo porque ella halla aceptado salir conmigo hermanito, nos vemos más tarde.

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Ya Ambos en camino a su cita, el primero en llegar es Franco a un restaurante casi dispuestos para ambos, una mesa con la mejor vista para ellos. Cuando Sara llega, él se queda impresionado por semejante belleza que veían sus ojos.

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-Muy bella ud Sara. Le dice Franco con una tierna mirada
- Muchas gracias Franco, le contesta.
- Sara si me lo permite le traje un obsequio, le comenta.
- ¿De verdad? ¿para mi?
- Claro. Déjeme contarle cuando lo vi supe que era para ud. Un collar delicado como la flor más bella que se debe cuidar, de color azul como el océano infinito que puedo ver entre sus ojos.

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Ella sonrojada y casi muy apenada solo pudo decir.

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- Muchas gracias Franco.
- Sara el agradecido soy yo porque ud este acá conmigo. Comenta él
- Franco ¿porque lo hace?
- ¿A que se refiere? Le pregunta tomándola de la mano
- A esto. La invitación, el regalo. ¿Porqué tan especial?

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Él se le queda mirando fijamente tomándole de las dos manos y le dice:

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- Porque ud es especial Sara.
- ¿ De verdad piensa eso?
- Claro que si. Basta con verla. La pasión y el amor con el que hace las cosas, me parece una mujer muy valiente y muy aguerrida, sin dejar de lado su belleza indiscutible.
- Franco me apena todo lo que dice, pero le agradezco. Nose si de verdad tenga todas esas cualidades, pero muchas gracias
- Claro que las tiene, ¿Porqué le diría mentiras?
- Le seré sincera me cuesta mucho integrarme a otras personas pero nose porque con ud es distinto, me siento segura, siento de verdad que puedo confiar.
- Lo puede hacer sara, de eso no tenga la menor duda.

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En ese momento mientras ambos están agarrados de mano, se miran de tal manera que pierden la noción del tiempo, sin darse cuenta de lo que pasa a su alrededor y lo inevitable pasa, ambos dan ese paso que prácticamente era un hecho, se funden en el mas tierno pero apasionado beso en el que ninguno quisiera apartarse del otro, donde se sienten protegidos y seguros, esto sucede por varios minutos hasta que se separan y dice Sara.

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- Esto no esta bien Franco
-¿Porqué no?
- Solo pienso en lo que dirán mis padres.
- Sarita esto lo deseaba ud tanto como yo, lo demás no importa.
- Twngo miedo.
- No tiene porque tenerlo
- Prometame algo.
- Lo que ud quiera.
- Que no habrá engaños y que por el momento esto solo será entre ud y yo.
- Esta bien Sara, todo será como ud quiera.

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Ambos ríen de felicidad por lo que acababa de suceder y ya Sara más tranquila se deja llevar por el calor del momento y libre de tensiones disfruta la cena a placeres con Franco. Una vez culminan Franco acompaña a Sara a su camioneta.

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- Sara gracias por venir, ha sido una velada maravillosa. Le dice mirándola fijamente
- Gracias Franco por todos los momentos maravillosos de hoy.

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Se miran tiernamente, impregnados de la felicidad del momento y con ello la llegada de un segundo beso de la noche en el que deciden entregarse con la pasión más desbordante que dos amantes pudiesen mostrar, sin importar quien les viera o el que dirán, acompañados de una luna llena mágica para el momento, de dicha y felicidad sin el mas mínimo pensar de querer parar.