Capítulo 11

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El pánico se apoderó del cuerpo de todos los involucrados, el frío de la noche congelaba desde los huesos

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El pánico se apoderó del cuerpo de todos los involucrados, el frío de la noche congelaba desde los huesos. Veía todo pasar tan de prisa que por instantes creí estar soñando o eso quería creer. Los hombres que antes se encontraban hablando a mi alrededor en la sala, siguen sin aparecer, seguro eran minutos los que tenían fuera de mi vista, pero los percibía como horas.

No sentía las piernas, tampoco tenía conocimiento de cómo aún podía permanecer en pie. Tenía esa sensación de que comenzaría a tener visiones como siempre me ocurre en momentos de tensión o bajo estrés, hacía todo el esfuerzo mental posible para evadirlos, quería estar presente en lo que ocurre en estos instantes, debía estarlo.

Ya Carl viene por ustedes, las llevará al apartamento de Emma —dice Santino, sacándome de mi trance—, allá estarán a salvo. Luego nosotros iremos por ustedes.

Bruno trae a Angela en brazos, Evelyn traía sus labios fruncidos observando todo a su alrededor como si inspeccionará que no se quedaba nada importante mientras cerraba bien su bolso de mano. La mujer, incluso dentro del momento caótico que estamos viviendo, daba la sensación de que tenía todo bajo control. Angela a diferencia, se miraba serena, como si no comprendiera con exactitud lo que estaba pasando, o como si no le hubieran dicho.

Mayson aparece por la puerta con Carl.

—Nos vemos en un rato —indica Mayson—. Trata de mantener la calma y no hables con nadie hasta que estés contigo otra vez —asiento ante su orden, aunque me parezca extraño su petición.

Carl abre paso y nos dirige a los ascensores, no a los mismos de siempre, de grandes puertas brillantes y alfombra de calidad, estos estaban un poco más lejos y de aspecto descuidado, creo que trata del ascensor de los empleados. Nos montamos y nos baja directo al estacionamiento subterráneo. Una camioneta ya se encontraba esperando por nosotros al frente de los ascensores.

Unos hombres vestidos de negros y gafas oscuras nos abren las puertas para montarnos en el vehículo. Una vez dentro nos marchamos y por el retrovisor observo como al menos dos camionetas idénticas nos siguen cuidando nuestro camino.

Carl es nuestro chófer y quien constantemente recibe códigos por medio de su walkie-talkie, los cuales no entendía nada lo que quería decir. Las calles de los Ángeles para ser un miércoles por la noche se hallaban más llenas de lo habitual. Continúo teniendo la sensación de hace rato de ser observada, pero claro, andamos tres camionetas tan grandes, de vidrios polarizados, y manejando a exceso de velocidad, que por supuesto llamamos la atención.

Entre las bocinas de los demás vehículos sonando, las voces que dictaban tantos números por el walkie-talkie, y los insultos bien ganados por el resto de los choferes aterrados por andar a tanta velocidad por su lado, estaba tan aturdida que me era imposible guardar la calma como pidió Mayson.

No conozco la ruta hacia el apartamento de Emma, pero sé que vamos llegando porque han reducido la velocidad, estamos en una zona más tranquila y de enormes edificios que lucen lujosos.

Ante Mis Ojos (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora