Decir que no se como empezar a escribir esto es la mejor forma de ir llenando la hoja. Verla en blanco más de 2 minutos me molesta. Después de todo escribo estas páginas para asegurarme de que mi mente sigue en una pieza. Espero que el hecho de contarlo me ayude a recobrar la confianza en mis facultades, a cerciorarme de que no fui simplemente una víctima de una pesadilla.
Confío en que las personas que lleguen a leerme juzguen los hechos que voy a relatar, y piensen si podrían haber tenido algún reaccionar distinto al mío a lo que vaya a suceder.
Mi nombre es Mary W. Cumberbatch vivo con mi abuela Amanda Gray en 1976 W Gray St, Houston, Estados Unidos. De nuevo, esto no es un cargo de culpa, le estoy hablando a mis lectores ahora.
Vivo con mi abuela desde que tengo memoria, ayudándola tiempo completo en lo que me gusta llamar "nuestro" Anticuario. Somos visitadas frecuentemente por turistas, curiosos, coleccionistas, y algún que otro cliente rimbombante. El problema que vengo a contar comenzó al atardecer de este día 18 de Marzo de 1927, cuando un hombre de piel morena, apariencia haraposa, y con ropa llena de tierra, entró al local. Lo primero que noté, era que sus cabellos, a pesar de duros por la suciedad, parecían flotar levemente como si estuvieran bajo el agua. Su apariencia me daba escalofríos. Mi abuela no estaba en ese momento, así que debía atender al cliente sin caer en los prejuicios que su apariencia traía consigo. El señor hablaba pesadamente, su voz parecía resonar en mi cabeza en lugar de venir de su boca. No lo mencioné antes pero ese señor vino a vender un artículo. Mientras hablábamos puso un libro sobre la mesa. El libro era grande, negro, con detalles cobrizos, y un candado que mantenía cerradas sus páginas. En el centro tenía algo parecido a un pedestal cuadrado con flechas en el final, que apuntaban a algo como una V con dientes. Rodeada por un escabroso círculo y otros símbolos que jamás había visto. Tenía un aura claramente sombría, no me gustaba en lo absoluto, estaba forrado con un cuero extraño, demasiado familiar a la vista.
Se veía demasiado auténtico para ser una farsa de un vagabundo buscando dinero fácil. A mi abuela le habría fascinado tan peculiar artículo para sus vitrinas. Así que sin pensármelo tanto le ofrecí 6 dólares por el. Y el señor extraño aceptó encantado, le dí su dinero y se fue campante. Cuando salió del local, vi como su cabello volvía a tener un aspecto "normal" y se perdía entre la poca gente que recorría las calles a esas horas.Éramos el libro y yo, verlo me hacía sentir un desasosiego, un vértigo de caer a un abismo inexistente. No lo quería tener cerca, así que decidí guardarlo hasta que mi abuela decida echarle un ojo. Cuando lo tomé en mis manos, miles de sensaciones pasaron por mi cabeza como balas quemando todo a su paso. Sentía un pinchazo que subía desde mis dedos hasta mis brazos, una sensación caliente de presión en mi panza, y mi corazón latía alarmantemente rápido.
Hubo un destello en mis ojos, y durante ese efímero tiempo pude ver cosas que no puedo explicar del todo en palabras. Había como, Lunas de carne derretida, una serpiente de nubes negras y babosas que las deboraba en una explosión de viscosidad deformada, a la cacofonía de cosas que mi imaginación pudo transmitir a algo similar a voces en un revoltijo de letras que no creo ningún humano haya sido diseñado para pronunciar.
Cuando volví en mí, sentí un sudor helado recorriendo mi frente y nuca. Me sentía muy agitada, como si hubiera corrido hasta la próxima ciudad. Fuera lo que fuera, no era agradable. Procuré dejar el libro en un cajón. Y transitar lo que quedaba de día en una normalidad improvisada. Cerré la tienda, y me dedique a subir a mi habitación obviando la cena y el encuentro con mi abuela, prefería no contarle del libro hasta yo saber que era primero. Se que puede sonar bastante irresponsable, no necesito que me critiquen eso. Pero prefiero estar segura de que es clase de cosa es este artículo que pagué antes de exponerla a cualquier riesgo. Cerré mi habitación y me dispuse a escribir esto.
Escribir es más cansador de lo que parece, ya está anocheciendo más. Esta siendo hora de ir a dormir.
Voy a volver a escribir eventualmente, pero creo que es suficiente por hoy.
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Sueños de agravio.
General FictionEl diario de una chica que al toparse con un libro, comienza a sonsacar el macabro mundo onírico que reside en los humanos y más allá de ellos, buscando respuestas que solo dan paso a más preguntas.