Capítulo 6: oportunidades y verdades.

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Eran las seis y media de la mañana, una llamada entrante en el teléfono de Carla, acompañado de una pequeña conversación me despertó.

-Lamento haberte despertado, no le avisé a mamá que me quedaría.

-No te preocupes, y creo que es momento de que tengamos una conversación, anoche estaba borracha. Y sé que te di una oportunidad. Pero siento que volver a la normalidad no sería lo mejor, dado a que deseas comenzar una familia conmigo, y yo no ahora, no quiero agrandar la familia, no ahora que nos estamos reconciliando y no sabemos si realmente esta relación va a prosperar, quizás dentro de algunos años, pero no sé si lograrás esperar.

-Bien, no estoy muy de acuerdo, pero es algo que podemos charlar, pero me gustaría sincerarme contigo, y contarte algunas cosas que tengo guardadas. La verdad es que te mentí en dos ocasiones.

-Siéntate y habla, nos merecemos tener una conversación. –Se sentó en mis piernas, y la abracé por la cintura.

-¿Recuerdas cuando conté por qué me vine de Italia? Bueno, no es tan así. Yo tenía dieciséis años recién cumplidos, llegamos allí y conocí a una chica, mayor, ella tenía veintiún años en ese tiempo. Me enamoré de ella –La voz se le comenzaba a cortar. –Al principio éramos felices, tenía la costumbre de cuando me besaba toquetearme entera, y apretujarme el trasero, pero luego comenzó –Hizo una pausa y entendí lo que me iba a decir, cerré los ojos intentando no escucharla. –Ella comenzó a golpearme, hasta que una vez me rompió la muñeca y el tabique, todavía tengo la cicatriz de la cirugía. –Me mostró la pequeña cicatriz de su antebrazo, la cual acaricié suavemente antes de limpiar sus lágrimas. –Entonces luego de la cirugía huí de Italia, y si te lo preguntas fue presa, lo estuvo durante seis años.

-Lo lamento tanto bella.

-Y esta ni siquiera la saben mis padres y creo que deberías saberlo tú, yo no puedo quedar embarazada, no por problemas de fertilidad, sino porque ya lo estuve, cuando te fuiste, luego de pelear con tu padre, fui a hacerme análisis para verificar que Iván no me haya transmitido enfermedades, pero me embarazó, por eso te necesitaba allí. –La abracé fuertemente mientras lloraba y le susurraba una y otra vez: perdón. Ahí entendí el error que cometí en irme. –Fue por dilatación y evacuación, por inyección se me hacía muy cruel. Y te lo cuento no solo porque eres mi pareja, sino porque conociéndote estás a favor del aborto y viviste mi violación conmigo, y sabes que no resistiría ver una criatura, un recordatorio de esa noche creciendo.

-Lamento tanto haberme ido. Y aprovecharé para contarte como casi pierdo un año de carrera y la vida. Era mi primer año en Uruguay, vivía con Morgan y Fran. Estaba mal, y mi rutina se basaba en desayunar café con una tuca, almorzar algo liviano y cenar un porro con vodka, lo que me pasó factura y terminé en el hospital, casi muerta. Y por si no lo sabías, tuca es prácticamente la punta de un porro, una pequeña cantidad de marihuana con un filtro. ¿Gino?

-Ay Mad. Con respecto a Gino, estamos discutiendo mucho, por alguna razón no quiere ver a su otra madre y me hace un escándalo cada vez que se tiene que ir, por ende Virginia me hace escándalos diciéndome que lo estoy poniendo en su contra, y él no me da explicaciones de su actitud.

-Creo que puedo ayudarte con eso, pero para eso se tendrán que volver a mudar aquí. Aprovechemos el fin de semana para hacer algún viajecito, no lo sé, solas, una casita en la montaña, algo así, ideal para sentarnos a conversar sobre aquél bendito tema, y el lunes te ayudo con Gino.

-Me encanta la idea.

-Vamos a desayunar y después yo saldré, no sé qué quieres hacer.

-¿Irás a correr? Te acompaño. –La abracé y la besé, no me esperaba esa reacción.

Más de lo que pensamos llegar a ser (Más que compañeras 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora