A paso rápido caminaba Yoichi Isagi, completamente cubierto, con lentes de sol y mascarilla, con un gran polerón negro y unos jeans del mismo color, nadie podría reconocerlo a menos que sea demasiado observador y detallista, no podía dejar que la prensa lo descubriera por ningún motivo, por eso mismo, dio varias vueltas por los alrededores para perderse entre la masa de personas, y despistar a algún periodista que haya esperado que salga de la residencia que se estaba quedando, con su club actual.
Cuando llego a su destino dio una gran bocanada de aire, aun no entendía porque razón vino, siente que estar aquí, es una acción impulsiva e incluso inmadura, que sería una buena acción dar la vuelta y no llegar a la cita. Sin embargo, piensa en todas las precauciones y molestia que le tomo llegar hasta aquí, que seria una completa perdida de tiempo, retractarse ahora y devolverse con el rabo entre las piernas, y peor aún, será tachado de cobarde y tendrá un par de mensajes provocativos de parte del estúpido alemán que se encontrar.
Aprieta sus puños para mover sus brazos arriba abajo, para luego inhalar y exhalar otra vez, para darse el impulso de entrar al motel, cuando llega va donde el recepcionista para decirle:
—Habitación 111, dígale al huésped que Blaues Hindernis ha llegado.
El hombre asiente para marcar a aquella habitación y confirmar el nombre, para luego asentir al escuchar la respuesta positiva detrás del teléfono.—Puede pasar, que disfrute su noche.
Isagi asiente por inercia, para luego ir apresurado al cuarto correspondiente, no espero que fuera el piso mas alto del edificio. Eso le daba un pensamiento ominoso sobre que tenía planeado el alemán, cuando al fin llega al cuarto, gira la manilla rápidamente para no encontrarse nada más y nada menos, que Michael Káiser, Michael Káiser solo con una bata blanca que dejaba descubierto su pecho y parte de su tatuaje del brazo izquierdo, sobre una cama con una los labios curvados hacia arriba coquetamente.—Por un momento pensé que no entrabas. Si no lo hacías te grabaría de aquí como aleteabas tus brazos como ave y luego huías como una gallina sin cabeza, Yoichi. —Después de todo Káiser estuvo observando por la ventana.
Isagi tiene un pequeño tic al oír ello. Así que el cuarto tenía una vista estratégica a la entrada del lugar. Cierra a puerta casi de un portazo y con seguro para responder a ese dicho.
—No esperabas que me miraras con una cara de psicópata desde una ventana. —Dando un gruñido.
—Y yo no esperaba que mi preciado obstáculo viniera más tapado que monja. Sabes llamas más la atención así. Estas usando un gran pollerón cuando hace demasiado calor. —Káiser alzando una ceja. —Parece que también querías ser una gallina rostizada.
Isagi a se va sacando los lentes, mascarilla y pollerón para al fin sentirse más libre.—No me puedo arriesgar, que me vean entrando a un motel y luego saliendo con… —para decir con sarcasmo lo siguiente. — el gran emperador, súper estrella alemana del fútbol.
—Oh, pero cuando te sacaron fotos borracho con Meguru en Brasil sí que no te dio vergüenza.
Isagi al recordar ello, encoje sus hombros para mirarle con una sonrisa amable para sentarse a su lado.—Si que amas sacar mis trapos sucios.
—Por supuesto amo molestarte, aun recuerdo las portadas de las noticias sobre ti, el héroe y el bailarín del fútbol japones, se agarraron a pelotazos con desconocidos en un bar reconocido de Brasil.
Isagi chasquea la lengua, en ese tiempo Bachira estaba jugando por un club brasileño y le invito en la época de mercado de fichajes ir a verlo, porque lo más probable que volviese a un club español y se perderían la oportunidad de conocer juntos aquel país, desde la época que estuvieron en Blue Block y hasta que fue escogida la selección final de Japón, han sido mejores amigos, incluso pareciendo como hermanos.
Sin embargo, sucedió un incidente, que puso por primera vez Isagi en las portadas de los diarios por algo que no sea futbol.
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𝑫𝒐 𝑰 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝑲𝒏𝒐𝒘 (𝓘𝓼𝓪𝓰𝓲 𝔁 𝓚𝓪́𝓲𝓼𝓮𝓻)
FanfictionIsagi había terminado con Káiser, por temas del trabajo como futbolista. Káiser lo llama e Isagi atiende a su llamado, y se juntan en un hotel, recordando viejas pasiones. Listo.