Duele cuando estás en el suelo.Duele cuando te estás levantando.
Duele incluso cuando abandonas el lugar que te hizo tropezar.
Pero vale la pena ¿sabes?
Nunca podré decir que sé como se siente, porque tu herida pudo ser más profunda que la mía y tu camino más largo en comparación con el propio.
Sé como se siente la dicha y satisfacción de ver de lejos como la tierra que me hizo tropezar está siendo reconstruida.
Lo veo al momento en que acepto que algo duele.
Y si vuelves a pasar por allí, sabes qué tan fuerte debes pisar, sabes cuando es momento de irte porque los escombros caerán.
Conoces la tierra porque te acompañó por dias, meses o años.
"¿Si pudiste una vez, por qué no una segunda y tercera?" Corre, sal de ahí, los escombros van a caer y esa es la mala señal. Ésa no es tu zona segura.
Alguien que te empuja y arrastra para que le sigas el paso a los demás, nunca será tu mejor opción.