"Más rápido que el viento,
apasionado como el pecado."Monte-Carlo, Mónaco.
Lena.
Me encuentro tumbada en el enorme sillón de Lando en su departamento de Mónaco, con la cabeza de Lu en mis piernas mientras vemos una película en silencio. Lando viajó a la fábrica de McLaren por unos compromisos que tenía pendientes, por lo que nos dejó solas en Mónaco. Por suerte Lu se encontraba conmigo porque seguramente me volvería loca yo solo en el gran departamento.
Los planes eran viajar en un par de días rumbo a Miami, habíamos quedado con Daniel de ir antes que todos para conocer la ciudad un poco más, para mi mala suerte Lu no podría ir con nosotros, sería hasta la carrera de España, así que sería yo con los pilotos de McLaren.
Me pongo de pie para ir a la cocina por más palomitas, ya que Lu se las había terminado sin que me diera cuenta.
— No entiendo como sigues comiendo, yo siento que voy a explotar. — Ella se ríe por mi comentario, el cual no era una mentira.
Habíamos ordenado comida italiana y prácticamente nos habíamos acabado la comida chatarra que Lando tenía en su departamento.
— Lena tu teléfono esta sonado.
— Responde por mi.
Me enfoco en llenar el bowl con todas las palomitas que entren en el y tomo unas cuantas cosas más para seguir viendo la película. Pero ni siquiera termino de tomar aquellas cosas cuando Lu entra a la cocina con mi teléfono en sus manos.
— Es Charles. — Las palabras que menciona la portuguesa en un susurro me dejan bastante sorprendida.
Dudo en tomar el teléfono cuando me lo extiende pero al final lo termino aceptando. Ella toma las cosas y sale de la cocina dejándome sola para responder aquella llamada tan extraña.
Tomo un fuerte respiro antes de llevar mi teléfono a mi oreja para empezar a hablar.
— Charles.
— Lena, ¿Cómo estas? — Pregunta tranquilo.
— Mmm bien, ¿A qué se debe tu llamada? — No quiero sonar grosera pero me intriga demasiado su llamada.
— ¿Recuerdas que te dije que robe tu número para invitarte a conducir mi auto?
Su pregunta me suena como la excusa más estúpida que he escuchado en mi vida. Si estaba muy consciente de que había dicho que me gustaría conducir su auto, pero el hecho de que esté usando esa excusa para todo, para robarle mi numero a Carlos y ahora para llamarme así sin más.
La actitud que Charles estaba tomando conmigo me resultaba intrigante, aún más después del comentario que Max hizo en Italia.
Desde que me dijo aquello no pude sacarme de la mente sus palabras. ¿Cómo podría ser posible que yo le gustara a Charles? El hombre estaba comprometido, su futura esposa vivía junto con él; me resultaba una situación bastante extraña pero no dejaba de causar algo dentro de mi.
— Si, lo recuerdo.
— ¿Crees que puedas esta tarde salir conmigo?
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THE ONE
RomanceLena no se enamora fácil, o al menos eso creía. Dos hombres, un amor más fuerte que el otro, una amistad rota. ¿A quién elegirá?