BLEEDING OUT | Daryl Dixon ²

[47] NEGOCIO MISERABLE

Daryl y Lara se reunieron con Michonne más tarde esa noche, mientras el consejo debatía qué hacer con la situación. Lara ya le había pasado su opinión sobre el asunto a Gabriel, quien actuaba como su vocero mientras hablaba con Michonne. Hacer que los dos prometieran proteger a Lydia era solo una parte de lo que se discutía, pero era lo más importante. Lydia, aunque inocente, era valiosa para ellos. Lara no se sentía cómoda con lo que insinuaba Michonne, pero no dijo nada y accedió a cuidarla.

Daryl se convirtió en representante de Michonne para la votación, porque tanto ella como Lara sabían que Daryl haría lo correcto.

Cuando la conversación terminó, Daryl y Lara se dirigieron al consejo. Mientras caminaban, Daryl dijo—: Estás pensando en algo.

—¿Eso es una afirmación o una pregunta? —preguntó Lara.

—Una afirmación —dijo Daryl—. ¿Qué pasa por tu cabeza?

—Nada —dijo Lara—. Solo me preguntaba qué diablos hacer con Negan. Está del lado correcto en todo esto. No podemos simplemente colgarlo.

—Pero mató a Margo —señaló Daryl—. Él mismo lo dijo, la gente está sedienta de sangre. Tenemos que pensar en las repercusiones de esto.

—Entonces lo desterramos o algo así —dijo Lara—. No merece morir. Salvó a Lydia.

—¿No merece morir? —preguntó Daryl—. ¿Olvidaste lo que ha hecho?

—Ha... ha cambiado —dijo Lara—. No lo llamaría exactamente un santo, pero definitivamente ha cambiado. Demonios, corrió de cabeza a una tormenta por Judith cuando nadie más lo hizo. Salvó a Lydia. Lo está intentando, Daryl. No me malinterpretes, nunca será mi persona favorita, pero no merece la ejecución por esto. ¿Estás de acuerdo?

Daryl vaciló, pero asintió—. Ha hecho muchas cosas por las que merece que lo maten, pero esta no es una de ellas.

—Exacto —dijo Lara.

Cuando ella y Daryl entraron al consejo, los encontraron discutiendo sobre la decisión. Cuando las cosas se calentaron con Siddiq, Daryl intervino—. Miren, si no pueden tomar una decisión, la gente de ahí afuera lo hará por ustedes.

—Bueno, ¿qué dijo Michonne? —preguntó Gabriel.

—Quiere que vote por ella —dijo Daryl—. Lydia dijo que Negan la salvó. Entonces él la salvó. Yo voto "no".

—¿Lara? —preguntó Gabriel.

—Negan ha hecho muchas cosas por las que merece que lo maten, pero esta no es una de ellas. —dijo Lara, mirando a Daryl mientras repetía su punto anterior—. Yo también voto "no".

—Entonces estamos empatados —dijo Aaron—. Gabriel, ¿qué votas?

Gabriel se puso de pie—. Me tomaré la noche para pensar y considerar mi voto, y les sugiero que hagan lo mismo.

Lara suspiró, giró sobre sus talones y se fue. Daryl la siguió poco después, y cuando alcanzó a su esposa, dijo—: ¿A dónde vas?

Ella se encogió de hombros—. Voy a dar un paseo, a despejar mi cabeza. ¿Podrías ver cómo está RJ?

Daryl asintió—. ¿Estarás bien?

—Sí —dijo Lara—. Estaré bien.

—Muy bien, nos vemos pronto, ¿sí? —preguntó Daryl.

—Por supuesto.

Cuando Daryl se fue, Lara caminó. Debió dar dos vueltas a Alexandria, porque cuando finalmente terminó de deliberar consigo misma, el sol estaba saliendo. Lo que había decidido hacer era una traición, y estaría metida en muchos problemas si seguía adelante con su plan. Sin embargo, en ese momento, no le importó, y cuando entró en la habitación donde retenían a Negan, se dio cuenta de que no había vuelta atrás.

—Bueno, mierda —dijo Negan—. Creí que sería Gabey para darme los últimos ritos.

—Quiero que me escuches, ¿de acuerdo?  —respondió Lara—. El consejo está decidiendo si vives o mueres, pero no importa lo que digan. Alguien te matará sin importar lo que diga el consejo. Pero, ¿y si no tuvieras que morir?

Negan se puso de pie y se acercó a los barrotes—. No me di cuenta de que te importaba tanto que yo viviera o muriera, cariño.

—No me importa —dijo Lara—. Pero hay algo que puedes hacer por mí.

—Esto no tiene nada que ver con la reina de las pieles que tienes en la mira, ¿verdad? —preguntó Negan.

Lara se cruzó de brazos—. ¿Qué crees que es esto?

—Maldición —dijo Negan, riéndose—. Sí que tienes agallas...

—¿Aceptas o no? —preguntó Lara—. No tenemos tiempo para tus comentarios cómicos, por más divertido que creas que eres.

—Se dice que eres realmente brutal —dijo Negan—. Pero dejaste que te irritara y perdiste tu oportunidad. ¿Qué pasa si yo también fallo? Podría empeorar mucho las cosas para cada hombre, mujer y niño tras estas paredes. Y a pesar de lo que la gente piense de mí, eso no me parece bien.

—¿Por qué crees que me tomó toda la noche bajar aquí? —preguntó Lara, luchando por mantener la compostura—. Debatí esto conmigo misma toda la noche. Es suicida, sí, pero necesito que se haga. Necesito a Alpha muerta, Negan. ¿Después de lo que le hizo... a mis amigos, a mi hija? Ella necesita morir. Te preocupabas por Rosie, ¿no?

Negan asintió pero permaneció en silencio.

—Entonces ayúdame —imploró Lara—. No puedo acercarme lo suficiente a Alpha como para hacer esto. Ella me reconocería a un kilómetro de distancia y estaría muerta antes de que pudiera sacar mi arma. No, tienes que ser tú. Ella no te conoce. Puedes acercarte, engañarla para que crea que eres uno de ellos, y luego... luego puedes hacer lo que se debe hacer.

—¿Y qué obtengo yo a cambio? —preguntó Negan.

—Salir de esta celda —dijo Lara—. Has aguantado de todo con la esperanza de que algún día se olvidarían. Pero no olvidarán. Te hiciste un nombre por ti mismo de una manera que hace imposible que la gente lo deje pasar. Glenn, Abraham, Sasha, Olivia, Spencer. Nuestro pueblo sufrió y tú lo convertiste en un deporte. El resto de nosotros no estamos dispuestos a olvidar eso. No, a menos que hagas algo que los haga olvidar.

—Señorita Grimes, ¿qué le ha pasado? —le preguntó Negan—. Me estás pidiendo esto, pero ¿realmente lo quieres?

Lara parpadeó y una lágrima rodó por su mejilla—. He perdido demasiado, Negan. He perdido demasiado y no quiero perder nada más. No puedo comer, no puedo dormir. No puedo seguir sabiendo que ella está ahí afuera, viviendo mientras mi hija no lo hace. Quiero que Alpha se vaya, así que tráeme su cabeza, y la gente te recordará por eso. Me aseguraré de que sea así. Tienes mi palabra.

—¿Tengo tu palabra?

—Sí —dijo Lara—. La Lara que secuestraste hace tantos años se ha ido. Ahora hago las cosas sin importar lo que cueste.

—¿Y si me cuesta la vida? —preguntó Negan.

Lara abrió la celda—. Intenta no fallar. Haz esto rápido y me aseguraré de que salgas de tu celda.

Negan se rió—. Todavía eres brutal, señorita Grimes.

Lara puso los ojos en blanco—. Sí, lo que sea. Solo cállate y ven conmigo antes de que alguien nos vea.

Sacar a escondidas a Negan de Alexandria fue fácil, porque era el amanecer y la gente todavía no empezaba a despertar. Y cuando estaban fuera de los muros, Lara caminó con Negan hasta que las puertas se perdieron de vista.

Luego se detuvo, entregándole un cuchillo y una pequeña bolsa con algunos suministros—. Me traes su cabeza y todo estará perdonado.

—No tengo ninguna razón para hacer esto por ti —le recordó Negan—. ¿Qué me impide correr y no volver?

—Encontraré otra manera —dijo Lara—. Pero sé que, por alguna razón, te preocupabas por mi hija. Haz esto por ella.

Negan suspiró—. Era una niña dulce.

Lara asintió—. Sí, y Alpha nos quitó eso —dio un paso atrás—. Así que ve a buscar a la perra y llevemos este negocio miserable a su amargo final. Juntos.

lara está más badass que nunca