Desde el invierno pasado que corrían rumores acerca de rebeldes saqueando castillos y destruyendo a grandes nobles, se decían muchas cosas sobre los ataques, pero en general había algo en que todos los nobles estaban de acuerdo y es que eran rebeldes organizados en conjunto con personas poderosas, hombres y mujeres adinerados que buscaban algo más que debilitar a casas fuertes o en el peor de los casos, desaparecer a casas débiles.
Los Suh no eran una fortaleza, habían sido nobles desde hacia más de dos siglos, tenía el estatus y la clase que a cualquier otro noble le faltaba, sin embargo, carecían de grandes puntos fuertes, la mayoría de los Suh habían contraído matrimonios con personas de menor rango social, empobreciendo su sangre, o al menos eso decían los rumores.
La casa con el emblema de los felinos ya no tenía una variedad de especies en su linaje, el único alfa que tenían era el hijo mayor y para suerte de ellos, el menor había resultado presentarse como un omega, lo que les otorgó el mayor estatus que podrían desear después de cien años sin omegas en su familia.
Pero una casa débil con solo un alfa y solo un omega, rodeado de betas, era realmente una invitación a ser saqueada y boicoteada por los rebeldes.
Sin embargo, si ellos creían que los Suh eran unos simples nobles que se escondían detrás de grandes paredes de piedra, entonces estaban confundidos, más allá de los planes que tenía el rey Suh, sus hijos también sus propios planes.
El príncipe Felix se levantó apenas la luz del amanecer se filtro por las cortinas, su largo cabello rubio hasta los hombros estaba desordenado e inflado, el omega abrió las cortinas y vio hacia las montañas, el castillo de su familia estaba ubicado en el medio de tres grandes montañas, es por ello que los inviernos son más fríos que en el resto de las zonas, la nieve cae con tanto entusiasmo que llega a medir hasta un metro y medio, es casi imposible salir del interior, así que para la temporada de invierno todos deben permanecer a salvo con las suficientes provisiones como para dos meses.
En el castillo de los Suh ya no quedaban sirvientes, muchos habían oído cuando los rumores apuntaron contra los hijos del rey Suh.
La noche de las farolas el príncipe alfa sería asesinado y el príncipe omega seria profanado.
Felix podía sentir el gusto metálico en la punta de su lengua, las miradas hambrientas y obscenas que recibía en los eventos burocráticos. Los Suh habían sido una casa formada desde las llamas y la sangre de una gran masacre, sus antepasados habían asesinado a cientos de nobles con coronas de oro y sangre azul, cuando la guerra se desató por el derecho al trono, los Suh fueron los primeros en unirse a los Kim para reclamar el derecho de ellos a la corona suprema, después de destruir a todas las casas a su paso, los Kim les entregaron el castillo en las montañas, debido a que su emblema era un caracal, se les empezó a llamar felinos.
Los rebeldes y los poderosos olvidaban que los felinos habían sido realmente salvajes y dañinos en el pasado, y aunque parecían domésticos y sin garras, en las últimas dos décadas habían nacido a quienes llamaban los últimos nobles de la casa Suh.
La puerta de su habitación fue golpeada y el omega miró en dirección a ella, su hermano mayor entro, su cabello dorado y corto le robó una sonrisa—Johnny.
—buen día, príncipe Felix ¿cómo amaneció hoy?—el alfa le regaló una sonrisa y se unió a él para mirar por la ventana, él abrió con cuidado las puertas de cristal y ambos salieron al exterior del balcón—empieza a ponerse frío.
—siento el invierno en la punta de mi nariz—comentó el omega rubiecito, apoyándose en las barandas de piedra que tenía el balcón—¿nuestro padre está despierto ya?
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La noche de las farolas
RandomEl reino de los Suh se está derrumbando, el rey Suh intenta salvar a sus hijos, pero el destino de los príncipes está escrito de otra manera. Historia con tres parejas: Seunglix, Johndo y Hyunlix.