⟨🌧️⟩

290 28 14
                                    

Después del mundial de Qatar, él junto con el resto de sus compañeros regresarían a sus respectivos clubes.

Guillermo Ochoa había aceptado una gran propuesta por parte del club de Salernitana de la Liga Italiana. Hubo cosas que tuvo que abandonar, como a sus padres, a su familia, sus amigos, su antiguo club que le dio esa oportunidad para salir a Europa tantas veces, así como su país.
Creyó que había sido la mejor opción para él y su carrera.
Pero pareciera que cualquiera que fuera la decisión que tomara, nunca sería buena solo porque la tomaba él, porque era él.

Tuvo un buen recibimiento por el director técnico, sus compañeros, hasta la afición se mostraba feliz y objetiva con su llegada, pero más que nada, sus compatriotas eran los que acababan con él.

Estar acostumbrado sería decir mucho, su cabeza no permitía que aquellos comentarios resonaran en su mente, lo había aprendido, pero le había costado muchísimo.
Pero al estar lejos de su tierra, lejos de la gente que ama, tarde o temprano iban a atormentarle lo suficiente.
Él no podía hacer todo el partido sin embargo parecía que todos, absolutamente todos querían que así fuera y más quiénes lo detestaban.

Afortunadamente llegaron mensajes de alivio que calmaron su alma, listo para seguir entrenando y enfrentarse a Atalanta.
Pero sucedió aquella desgracia, su equipo fue derrotado por ocho goles. No daba tregua. Todo lucia terriblemente mal, él quizás no lo demostró lo necesario porque era obvio que todos miraban. No era su culpa y claramente de su parte era consiente, así como también que se había convertido en el más reciente objetivo de burlas. Su semblante molesto fue evidente por más que trato de evitarlo y las lágrimas de impotencia fueron ocultas por la lluvia que cayó durante el partido.

No importaba si por su parte, hubo un desempeño aceptable tampoco era novedad que se culpe a un portero por los goles que haya metido el equipo contrario; tampoco la primera ni la última vez que lo culpaban exclusivamente a él. Como una avalancha se hacían llegar los comentarios con poca gracia, juzgándolo, mofándose de él y de sueño por continuar y mejorar para sí mismo. No soltaban aquel apodo: «eres una coladera, Ochoa» No debió revisar las redes sociales tan pronto.

"Memo, ¿necesitas hablar?"

Llegaron muchos mensajes y llamadas de esa índole.
Sus amigos que estaban también en Europa, que se tomarían la molestia de visitarlo si él quería, pero simplemente evadió todo de la manera más cortés, no buscando interferir con sus entrenamientos, trabajos y todo aquello que pudiera ser una distracción.
Hubo un mensaje que destacó de entre todos, aun así, lo dejó de lado por un momento. Necesitaba meditar para no caer, no quería contestar de una manera en que se viera mal pues con las emociones de tristeza y enojo la verdad uno nunca termina diciendo cosas racionales.

"Es normal, era evidente, Atalanta es un gran rival"
Eso contestó a la mayoría. Aun sí ignorara todo, su nombre salía en todas partes. Revistas amarillistas con títulos exorbitantes, toda la gente que lo odia estando pendientes para destrozarlo en todas las redes sociales. Era como una burla directa en su rostro.

No quería decepcionar a sus padres, a su familia, a sus amigos, a las personas que más valora y le han brindado apoyo y que, sobre todo, han creído en él y su carrera. Nadie, menos él quería tener el odio de sus compatriotas porque justamente uno de sus propósitos era poner el nombre de México en alto pero todos ellos se lo devolvían con comentarios del tipo: «estás dejándonos en ridículo, retírate ya».

Cualquiera siendo tan juzgado y rebajado, sentiría desesperanza como para entrar en un bajón emocional.
No pudo más y simplemente se dejó caer en su sofá, abatido y lloró amargamente toda la noche.

⟨🌧️⟩

Su aspecto lucia cansado y sentía los parpados hinchados por llorar pero de todas formas reunió la fuerza suficiente para lidiar con el inicio de un nuevo día, una vez desahogado por leer palabras de aliento y cariñosas, estaba listo para retomar el camino, muchos rumores y otros no tanto, como el hecho de que habían despedido a su director técnico.
No lo pensó viable pues, el sábado sería su encuentro contra el Napoli, ahí recordó que tenía mensajes y llamadas pendientes.

mi lugar seguro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora