Los días pasan agonizantes, volviendo de mi vida un completo infierno con el que no consigo lidiar, las pesadillas se han vuelto el pan de cada día, siento que van a volverme loca, he decidido guardar silencio y ocultarle todo lo que sé a mi padre, me siento mal al hacerlo, pero no me siento capaz de traicionar a Alexian.
-Hija ¿Te sientes bien? -Pregunta al notar mi silencio-.
-Sí papá, estoy bien -Finjo una sonrisa tratando de disimular mi estado-.
-Yo sé que no es así -Asegura tomando mi mano- últimamente has estado muy callada, pero sobre todo triste, es por ese chico ¿Verdad? -Me cuestiona-.
-No papá, yo...
-No tienes que fingir conmigo Abril -Me interrumpe- no soy tonto, he visto a ese chico parquear el auto y esperarte, llama preguntando varias veces por ti ¿Que te hizo?
-No me hizo nada.
-Hija, no sé que pasó entre los dos, pero no quiero verte triste -Besa mi frente- pasar por una ruptura a tu edad es difícil, pero no se acaba el mundo, yo siempre estaré para ti.
-Gracias papá -Digo abrazándolo e intentando no seguir con el tema-.
A las diez de la noche subo a mi habitación para dormir y es necesario que apague el celular, pues los mensajes de Alexian no paran de llegar.
Ha sido mucha su insistencia en estos días, sé que quiere hablar conmigo, pero no soy capaz de mirarlo a los ojos, no después de todo lo que pasó.
A la mañana siguiente me levanto con el ánimo por los suelos, y me alisto para ir a la escuela, es mi padre quien me lleva en el auto y deja cerca, y aunque intento despejar mi mente, mi mala suerte hace que me encuentre con Alexian que está dejando a Lucas.
-Abril -Pronuncia mi nombre, pero decido ignorarlo y seguir de largo- Abril -Repite dándome alcance y sujetándome del brazo-.
-Suéltame -Exijo, pero él hace caso omiso y en un rápido movimiento me acerca a él-.
-Por favor Abril -Pide abrazando mi cintura- necesito que hablemos.
-No tengo nada que hablar contigo -Le dejo en claro- es mejor que te vayas.
-Abril -Sube sus manos a mi rostro- caramelito, necesitamos hablar, deja que te explique -Susurra sobre mis labios buscando darme un beso-.
-No te atrevas -Lo alejo- no quiero que vuelvas a buscarme, no quiero que me llames, quiero que me dejes en paz.
-¿Sucede algo? -Interrumpe Lucas acercándose a nosotros-.
-No pasa nada -Respondo tomándolo del brazo y alejándome con él-.
Caminamos por el patio con dirección a las aulas en completo silencio, pero la curiosidad termina por hacer que Lucas me llene de preguntas.
-Ustedes terminaron ¿Verdad? -Me cuestiona- por eso ya no sales con él ¿Cierto? ¿Te hizo algo? ¿Qué pasó?
-Nada, solo decidimos darnos un tiempo -Miento-.
-¿Por qué? ¿Te hizo algo? -Insiste- Si te hizo algo te juro. . .
-No me hizo nada -Lo interrumpo- solo necesitamos tiempo, es eso y nada más -Contesto dando por terminado el tema-.
Las clases continúan, pero poco o nada es la atención que les pongo, siento que no puedo lidiar con esto, salimos de la escuela y quedamos con Lucas, y los chicos para hacer un trabajo en mi casa.
Al llegar puedo notar que mi padre está ahí, ha traído comida para que almorcemos mientras revisa algunos documentos, en los que puedo ver la foto del hombre que asesinaron los amigos de Alexian.
-¿Todo bien con el trabajo papá?
-Sí, solo organizo unos documentos de este caso.
-Es el señor que perdió su hija ¿Verdad?
-Sí, intento averiguar si la muerte de su hija, fue una venganza que empezó por la niña y terminó con él.
-¿A qué te refieres?
-Sospechamos que la misma persona que mato a la niña, mató al padre -Me comenta dejándome helada, y no puedo evitar sentirme miserable por guardar silencio de todo lo que sé-.
-Eso es terrible papá.
-Lo sé, me alegra que no hayas llegado a tiempo a la casa de ese hombre, Hans fue muy irresponsable al pedirte que fueras a dejarle ese sobre, pudo haberte pasado algo.
-No fue su culpa, yo insistí en ayudarlo.
-Hija debes tener cuidado, sé que tal vez te aburra con mis sermones, pero solo lo hago porque quiero cuidar de ti.
-Lo sé papá y lo agradezco.
Terminamos de almorzar y me despido de papá que debe regresar a su trabajo, a las cuatro de la tarde Lucas llega en compañía de Alexian que entra en la casa, a pesar de que no lo he invitado a entrar.
-¿Y el resto Lucas?
-No tardan en llegar, mientras tanto iremos adelantando el trabajo.
-Está bien, iré por unos marcadores -Le indicó antes de dirigirme a mi habitación-.
Reúno los materiales que ocuparemos para realizar la tarea y no tardó en escuchar la puerta, alguien se ha ido y aunque mi corazón desea que sea Alexian quien abandonó la casa, el mismo se paraliza al escuchar unos pasos acercarse a mi puerta, es él.
-¿Dónde está Lucas? -Me apresuró a preguntar-.
-Se fue a comprar algo -Se acerca hasta mi buscando acorralarme, el deseo se desborda en su mirada-.
-Vete.
-No -Se niega mientras toma asiento en una silla, su mano toma la mía y en un rápido movimiento me sienta en su regazo-.
-Suéltame -Intento alejarme de él, pero sus brazos se aferran a mi cintura-.
-Te he extrañado tanto -Junta su frente con la mía- mi dulce caramelito -Busca besarme, pero no se lo permito-.
-¿Intentas seducirme? -Lo encaro- tienes miedo de qué te delate y les diga a todos que tú eres el asesino al que tanto buscan -Digo intentando levantarme de su regazo pero me lo impide-.
-Yo no le temo a nada ni a nadie -Afirma con seguridad- no necesito seducirte para que guardes silencio -Dice sacando su navaja y rozándola en mis labios- si fuera así -Susurra acercándose a mí boca- te cortaría la lengua o la garganta ahora mismo, sería muy fácil para mí desaparecerte-Asegura deslizando la filuda punta por la camiseta y acariciando mis pechos por encima de la tela-.
Mis ojos lo miran expectantes deseando saber que es lo siguiente que hará y una sonrisa se dibuja en su rostro mientras su mano lanza con fuerza la navaja y la clava en la pared.
-No hay miedo en tu mirada mi dulce Abril -Me observa con atención- solo deseo, el ángel y el demonio de tu cabeza tienen una lucha interna de lo que deberías hacer -Baja sus manos por mi cintura hasta llegar a mis muslos y los acaricia de forma lenta, haciendo que se me erice la piel- escucha al malo -Me aconseja- es más sabio y hará que tú y yo le demos paso a ese instinto que nos hace desear poseer el cuerpo del otro -Hunde su mano en mi cabello y me atrae hacía él besándome sin darme tregua alguna-.
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ALEXIAN "Lo Bizarro Del Amor"
RomanceEra todo aquello con lo que nunca soñé, era oscuridad, era maldad, era esa mezcla exquisita de locura y placer que pocas veces podías conocer, capaz de poner mi mundo de cabeza y de llevarme ha desear lo prohibido, con él podía pasar esos límites qu...