Mi Tipo Ideal ~《OS》

Capítulo Único~

Estaba recostado en la barra de la cafetería en donde trabajo. Ayer me acosté muy tarde imaginando un futuro que no sucederá y sin pensarlo, caí rendido.

Dos toques en el cristal del mesón me hicieron despertar.

Me levante lentamente y con pereza, mis ojos cansados miraron a la persona que había interrumpido mi tan anhelada siesta.

Abrí los ojos sorprendido al ver de quien se trataba, me levante de inmediato, pero él estaba mirando el menú.

Pidió un americano negro, como siempre y se sentó en la mesa que estaba cerca al gran ventanal.

Lo mire fijamente y saque el celular de mi bolsillo, me metí a la aplicación de Instagram para publicar una historia.

Mi tipo ideal a aparecido.

Sonreí después de publicarlo.

Día tras día, venia a la cafetería y siempre hacía algo nuevo que me daba material para publicar en mi red social, había creado una sección en mis historias que de nombre: "Mi tipo ideal".

Me gustan los hombres que usan gafas mientras leen, también hoy ató el cordon de su sudadera en un lazo. Que lindo >.<

Les digo con certeza, que él ya había probado todo nuestro menú.

Me gustan aquellas personas que disfrutan los postres dulces.

También creo que lo he visto usar todo su guarda ropa, desde sudaderas gruesas hasta suéteres cortos y camisas elegantes.

Me llama la atención una persona con una cicatriz que de seguro tiene una historia interesante.

Esta justo debajo de su codo, en la parte de abajo de su ante brazo. No me pregunten como lo note, tal vez lo hice cuando miré sus fuertes brazos a través de su camisa arremangada hasta los codos. Se veía tan bien.

Es una persona que se ve bien con gorro💙.

Su cabello castaño, había crecido un poco y yo solo quería acariciarlo.

Me gustan las personas que beben tragos largos de su café.

Después de publicar eso me coloqué nervioso y guarde de nuevo mi celular.

No había día en el que no faltará y eso lo agradecía.

Verlo día con día, detallar sus hermosas facciones.

Nunca lo había visto sonreír, pero su piel era blanca y se veía tan suave, tenía una cicatriz en la mejilla, sus ojos eran oscuros, su rostro era perfecto, sus labios color sandia y ese pequeño mechón que caía por su frente.

No podía dejar de verlo.

Pero cuando él volteaba a mirarme, me era inevitable no girar la mirada para no encontrarme con la suya.

Me daba miedo, soy un cobarde.

Aunque estaba decidido a que eso tenía que cambiar.

Y lo hice, tres días después. Reuní las fuerzas suficientes para hablarle y lo espere pacientemente.

Siempre llegaba a las dos de la tarde y se iba justo antes de que mi turno acabará.

A mi nadie me engaña, eso es el destinó.